Los acusados son Lucas Fiorini y Alejandro Carrancio, quienes están envueltos en una suposición que se está iniciando en los últimos días, incluso dentro del propio espacio que encabeza Sergio Massa, donde se analiza la expulsión del partido para estos dirigentes.

El escándalo de presunta corrupción se enmarca en una semana clave para el Gobierno del intendente Carlos Arroyo, quien debió llegar a la última sesión del año con una serie de expedientes fundamentales, tales como el aumento de tasas, la emergencia económica, como el aumento en la tarifa de taxis y colectivos. En la investigación se sospecha que los dos concejales, a diferencia del resto de sus pares del bloque massista, aseguraron sus votos para apoyar la suba impulsada desde Cambiemos, aunque aceptando cargos políticos para otorgar su voto en la sesión ordinaria.

Sin esos votos, el intendente de Mar del Plata tendría otro duro traspié en el Concejo Deliberante, donde requiere el consenso de otros sectores de la oposición para hacer valer los proyectos de mayor trascendencia. Ante esa necesidad, la acusación presume que los concejales aceptaron diversos puestos en el Gobierno comunal y provincial para permitir la aprobación de las ordenanzas fiscal e impositiva, entre otros temas.

El aumento de tasas en Mar del Plata promedia entre un 30 a 40% de aumento, con picos de 200% y con usuarios, en menor medida, que no recibirán subas, a partir de la revaluación inmobiliaria que ha dispuesto el Gobierno bonaerense.