La investigación por el ataque a Bonfatti no tiene pistas firmes

Las hipótesis apuntan a una interna policial o una venganza de narcos; queda un solo detenido
Doce días después del atentado con 14 balazos al domicilio del gobernador socialista Antonio Bonfatti, en el barrio Alberdi de Rosario, no muestra avances la investigación para dar con el paradero de los cuatro encapuchados que cometieron el hecho institucional más grave en la provincia desde la recuperación de la democracia.

El jefe de la Unidad Regional II (Rosario), comisario Luis Bruschi, dijo ayer que la hipótesis de una interna policial "puede ser una posibilidad", pero destacó: "No es la pista más firme que estamos investigando".

Bonfatti insistió en que el ataque se produjo como respuesta a la política anticriminal del gobierno provincial: "Estamos haciendo lo correcto y este hecho no es más que una reacción ante una acción sostenida que estamos ejerciendo sobre los que no quieren vivir en paz. Por lo tanto, vamos a seguir adelante".

La única persona que permanece detenida, luego de una decena de allanamientos ordenados por la jueza María Luisa Pérez Vara, es Lucas S., de 22 años, quien negó su participación en el ataque a la vivienda de Darragueira y Gallo. Su abogado defensor, Marcos Cella, explicó que el joven declaró ante la magistrada que efectivos policiales "le plantaron" el arma que le fue secuestrada, y que ahora "teme por su vida". La causa que se le instruye a Lucas S. es "tenencia de arma de guerra", indicó su patrocinante.

También opinó la fiscal Ana Rabín: "Ninguna hipótesis está descartada. Necesitamos el transcurso de los días para que se den los resultados".

La investigación trabaja sobre varias hipótesis: que el hecho se haya generado por venganza de las bandas narco que comenzaron a ser desbaratadas por la policía provincial, y la interna en la propia fuerza policial, varios de cuyos jefes tendrían conexión con narcotraficantes. Los investigadores sostienen que encontrando a los autores materiales se podrá avanzar en la búsqueda de los autores intelectuales del ataque. "Ninguna línea investigativa está descartada", insistió Rabín.

A su vez, Bonfatti no dudó en señalar que "los violentos y corruptos están en todos lados", y agregó: "Nosotros tenemos que luchar contra ellos y cuando se trate de un funcionario del Estado, no tendremos la menor contemplación y tendrá que rendir cuentas ante la Justicia". Añadió: "Cuando uno no transa con ningún sector, las cosas salen a la luz. Nosotros exponemos los resultados, no los escondemos. Santa Fe publica los índices de delitos; no hay ninguna provincia y menos la Nación que difunda índices posteriores a 2008".

El atentado a la finca que Bonfatti y su esposa, Silva Tróccoli, ocupan en la zona norte de la ciudad de Rosario, se registró el viernes pasado después de las 22. El frente de la vivienda recibió 14 disparos. Dos balazos -calibre 9 milímetros- traspasaron la puerta, pero no hubo heridos.

Al día siguiente, Bonfatti recibió el apoyo institucional de todo el arco político provincial y nacional, y el domingo por la tarde lloró emocionado cuando sus vecinos se movilizaron para expresarle el apoyo al vecino gobernador que sufrió tan grave ataque.

Entre tanto, la inseguridad en las grandes ciudades santafecinas, traducida en 80 homicidios en esta capital y 190 en Rosario este año, obligó al gobierno santafecino a requerir apoyatura nacional. Así, el gobierno nacional dispuso que unos 400 agentes de Gendarmería Nacional retornen progresivamente para el apoyo a operativos de seguridad en la provincia.

El ministro de Seguridad de la Nación, Arturo Puricelli, recibió en su despacho a su par santafecino, Raúl Lamberto. Sobre el tema, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, consideró: "Siempre es posible mejorar los niveles de coordinación y potenciación de lo que son las tareas de seguridad en el ámbito provincial"..

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