“Si no hay inversiones en gasoductos, en exploración, no hay más gas y se termina”

“Si no hay inversiones en gasoductos, en exploración, no hay más gas y se termina”

Lo declaró el vicepresidente de la Cámara de Senadores de la Provincia de Buenos Aires, el tandilense Carlos Fernández, quien confirmó obras para rutas cercadas a la ciudad serrana entre los 1200 kilómetros que se repararán en territorio bonaerense. Además, advirtió que la falta de inversiones en materia de energía podría repercutir a nivel local en el suministro del gas, en un año.

 

En diálogo con el medio Tandil despierta, adelantó que “en esta región hay una serie de anuncios importantes que comienzan en un breve lapso de tiempo. Estamos hablando del acceso a María Ignacia (Vela), que es un reclamo de hace mucho tiempo. También se va a reparar la Ruta 30, en el tramo que va desde Rauch hasta Las Flores, que es el más deteriorado”.

El senador describió que de acuerdo con cada obra, los trabajos contemplan desde la repavimentación hasta bacheos.

“Se repara también la Ruta 74 en el tramo que va desde Ayacucho hasta Madariaga, que también está feo, y la Ruta 227 en el tramo que va desde Napaleofú hasta Lobería y después continúa la Ruta 60 a Quequén”, destacó.

“Para esta región en particular son obras muy importantes. Sobre todo la de la 30, porque engancha con una obra que también hace muchos años que estamos esperando que comenzaría en el primer trimestre de 2017, que es la autovía de Monte a Azul sobre la Ruta 3. Nosotros doblamos en Las Flores cuando venimos de Buenos Aires y tomamos la 30. Así que esta obra es complementaria de la que se viene a partir del primer trimestre de 2017”, celebró el dirigente del radicalismo.

Consultado por la Ruta 29, indicó que no fue contemplada entre estos 1200 kilómetros, pero estimó que podría encararse el año venidero. Reseñó que es un tramo de catorce kilómetros entre las dos rotondas de Ayacucho -desde la 74 hasta la 50-, que casi hay que hacerlos de nuevo.

En relación a los plazos, Carlos Fernández afirmó que estas obras “son de ejecución en el segundo semestre. Esto comienza ahora. Los recursos están para hacerlas ahora. Una clave para esto fue, primero, el arreglo con los holdaouts a nivel nacional, y segundo, la colocación de bonos en el exterior que ha hecho la provincia de Buenos Aires”.

Uno de los aspectos que analizó el legislador sobre el gobierno de Cambiemos fueron las marchas y contramarchas que ha dado respecto a algunas decisiones políticas. El último caso fue el incremento del gas, donde el Ejecutivo nacional decidió poner un tope para mitigar el impacto en viviendas y empresas. “Uno admite dos miradas. Una positiva, en el sentido de que hay un gobierno capaz de rectificar errores. Estábamos acostumbrados a que a pesar de un error, se redoblaba la apuesta, se insistía. Aquí, cuando el Gobierno advierte que ha cometido algún error, rectifica y corrige el rumbo, lo cual me parece saludable. Del lado negativo, uno quisiera que se cometieran menos errores o que se anticiparan algunas decisiones para que no hubiera necesidad de tantas rectificaciones”.

El legislador descartó la improvisación y atribuyó las idas y venidas “al esquema de ajuste gradual que se ha elegido”. Argumentó que las subas son paulatinas con el ejemplo de la energía eléctrica, ya que con el incremento del 1050 % en el megavatio, “estamos en un tercio recién de lo que cuesta”.

Sostuvo además que “la realidad es que hay que cubrir costos. Vivimos doce años de ficción. Esto genera consecuencias, porque no era solamente que teníamos baratos determinados servicios, esto genera consecuencias concretas”.

Objetó que las políticas del gobierno anterior llevaban a que se subsidiara el gas, por ejemplo, para las piletas climatizadas de zonas que podían pagar. “El problema es que no estaba acompañado eso con inversiones en exploración o en gasoductos. Entonces, está todo muy lindo, muy barato, pero no hay más. Es barato, pero no se consigue. Pasamos de ser un país autosuficiente en energía a importar, con un incremento de costos sumamente importante. Cuesta mucho más, entonces los subsidios son cada vez más grandes y se hacen insostenibles en el tiempo, que es lo que nos pasó”, fundamentó.

Por su parte, Carlos Fernández aseveró que “esto tiene otras consecuencias. En Mar del Plata, como no hay más gas, tienen entre 30 y 40 edificios ya terminados que no se pueden habitar. El problema es que son inversiones en construcción. Por lo tanto, se paraliza la construcción que funciona con inversores que ponen dinero, levantan los edificios y después venden los departamentos”.

Reconoció también que en Tandil, si no se hubiera ejecutado la obra del cierre del anillo en avenida Rivadavia,“estaríamos en el mismo problema que Mar del Plata” y aseguró que también ocurre en ciudades costeras como Pinamar y Villa Gesell.

“En Tandil va a pasar esto dentro de un año, porque esa obra que nos dio un plafón, generó la posibilidad de tener dos mil o tres mil medidores más, pero no es in eternum. Si no hay inversiones en gasoductos, no hay inversiones en exploración, no hay más gas y se termina. Y además, ese tipo de inversiones no son inmediatas”, advirtió.

En esa línea, cuestionó que “están muy lindas algunas políticas de subsidios que son, desde el punto de vista populista, sumamente placenteras, como decir a la gente que todo es gratis. Ahora, no haber previsto este tipo de cuestiones genera esta situación de indefensión donde se terminó el gas barato de Bolivia, hay que importar gas más caro de Chile”.

Por último, el senador llamó a establecer un equilibrio, teniendo en cuenta que la gente no puede pasar a pagar de 10 a mil, pero los subsidios “se venían sosteniendo exclusivamente con la maquinita, que tiene otras consecuencias, como el proceso inflacionario que genera”.

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