En una inundación hay víctimas directas e indirectas. Quienes mueren tratando de salvar a otros y quienes mueren ahogados o electrocutados. Ayer, a las dos muertes que ya había dejado la inundación en Formosa y Misiones se sumó la de un hombre que murió electrocutado. Además, hay al menos 14.000 personas –entre Formosa, Misiones, Corrientes y Chaco– que debieron abandonar sus casas y ser evacuadas en patios de escuelas, clubes y autoevacuadas en casas hechas con chapas y cartones.

Sigue lloviendo en Formosa, aunque se espera que desde hoy empiecen a mejorar las condiciones meteorológicas. La crecida de los ríos Paraguay y Pilcomayo obligó al gobernador Gildo Insfrán a declarar el estado de emergencia para las zonas ribereñas afectadas. Además, las Fuerzas Armadas salieron ayer a asistir a los pobladores con camiones de cocinas y una planta potabilizadora. A Misiones, el Ministerio de Defensa envió un helicóptero a pedido de las autoridades provinciales para abastecer a la localidad de Colonia Aurora, que quedó aislada por la crecida del río Uruguay.

Oficialmente hay 8.000 evacuados en Formosa y muchos otros lo hicieron por su cuenta. Por ejemplo, todos los pobladores de Puerto Pilcomayo, una ciudad lindante con Clorinda, se autoevacuaron y armaron casas de chapa y cartones al costado de la ruta nacional 11. Varias escuelas de Clorinda y pabellones del Regimiento de Infantería, además, fueron acondicionadas como centros de evacuados. “Esta extraordinaria crecida del río Paraguay, sumada a las persistentes lluvias, algunas de ellas de gran intensidad en poco tiempo, agravan el ya de por sí complicado escenario”, advirtió el ministro de Gobierno de Formosa, Jorge González.

Además, unas 3.200 personas permanecen evacuadas por el desborde del río Uruguay en Misiones, que creció como nunca en las últimas tres décadas. El agua se mantiene alta debido a que continúan las precipitaciones en las altas cuencas (se esperan lluvias durante todo el día de hoy), aunque se estima que en las próximas horas comience a bajar. El gobernador de Misiones, Maurice Closs, consideró “muy grave” la situación.

Las lluvias también elevaron el nivel del río Iguazú, que en pocas horas pasó de 5.000 metros cúbicos por segundo a 15.000. En Chaco y Corrientes, unas 3.000 personas debieron abandonar sus casas por la crecida del Paraná. En la ciudad de Corrientes, la crecida superó los siete metros de altura.