Entre el 11 y el 13 de octubre cayeron 110 milímetros sobre el distrito de Cañuelas, según la medición de la estación meteorológica de ACUMAR situada en el Camino Panelo. A lo largo del fin de semana los bomberos Voluntarios de Cañuelas y Petión en colaboración con una unidad de Defensa Civil de la Provincia bajo la coordinación de Cristian Aristegui evacuaron a unas 200 personas en distintas áreas de Máximo Paz cercanas a los arroyos. Otras 300 salieron por sus propios medios para alojarse en el CIC.

Lo cierto es que el temporal cubrió nuevamente con más de medio metro de agua a todos los barrios que se extienden desde la Ruta 205 hacia la Autopista. El sector más afectado fue Las Praderas, donde casi el 80 % de la población fue evacuada.

 ¿Por qué se producen estas inundaciones recurrentes? ¿Qué se debe hacer para evitarlas? El ingeniero Heriberto Ponce -secretario de Obras Públicas durante las gestiones de Ezequiel Rizzi y Héctor Rivarola; y asesor en hidráulica y caminos rurales durante algunos meses en la gestión de Gustavo Arrieta- es una voz autorizada para abordar esta problemática.

Con relación al episodio puntual del fin de semana Ponce explicó que el problema se vio agravado por un “tapón hidráulico” generado por la sudestada, que impidió la rápida salida del agua hacia el arroyo Matanza y luego Riachuelo para finalizar en el Río de la Plata. “Al tener sudestada el Rio de la Plata aumenta su nivel generando un tapón. Por suerte ahora tenemos viento del oeste que opera como bajante del río permitiendo un desplazamiento más rápido de todos los cursos”, explicó.

Con relación a los problemas que presenta el territorio, Ponce explicó que “En Máximo Paz tenemos que tener en cuenta que hay un asentamiento en el lugar de paso de agua. En el año 2015 tuve la oportunidad de ir a un congreso realizado en Marcos Paz, organizado por la Dirección de Hidráulica de la Provincia. Allí se hizo mucho hincapié en el asentamiento que tenemos a la vera del arroyo Cañuelas, un lugar que figuraba en una cuarta etapa de obras del gobierno Nacional en 2015. El proyecto era hacer un reservorio en toda la zona, lo que implica el traslado de mucha gente para que viva en otro lado”.

Ampliando ese concepto, Ponce destacó que mucha gente se afincó en terrenos que antiguamente eran hornos de ladrillos, con el suelo bajo y depredado. “Hay toda una franja que va de Máximo Paz a la autopista que se ha ido poblando y que hoy es la zona más afectada por la inundación. En 2016 aconsejé pedir permiso en un campo aledaño al asentamiento para hacer una zanja con bordo en el alambrado a los efectos de que esa agua entrara al canal y cayera al préstamo de la autopista para luego desaguar en el arroyo. Sería una manera de evitar el ingreso de toda esa agua al asentamiento, pero la verdad es que no sé si esa recomendación mía se materializó”.

Por otra parte Ponce describió que hay tareas de mantenimiento que están pendientes. “Si uno hace un recorrido por parte del arroyo Cañuelas y el arroyo Alegre, ya saliendo de la parte urbana, se encuentra con un cauce tapado de árboles. Eso retiene el agua y produce un rebalse. Hay que limpiar y generar bordos”.

Algunas obras realizadas en la zona urbana de Máximo Paz (en el “casco viejo”) también han contribuido a agravar la situación de Máximo Paz Oeste. En ese sentido Ponce recordó que en la década del ´80 se hizo un zanjón para derivar el agua de la planta urbana hacia el arroyo Alegre. En tiempo reciente se hizo una rectificación de arroyo que pasa entre Máximo Paz y el nuevo barrio Moradas, pero en lugar de enviar el agua por calle Suiza hacia el arroyo Cañuelas, la derivaron por el préstamo (zanjón periférico) de la ex ruta 205. “Están mandando el agua a un canal que se dirige hacia el asentamiento y que lo inunda rápido. Eso es una derivación que no está aprobada por hidráulica y que contribuye a complicar la zona. Esa agua se tendría que mandar para el otro el otro lado, como se hacía en las décadas del ´80 y el ´90”.

El especialista destacó asimismo que se han hecho algunas obras urbanas, como la sala de primeros auxilios, que “borraron” antiguas zanjas aliviadoras de desagüe. Alrededor de 2011 se licitó una cámara sobre calle Rivadavia que iba a recibir el agua de la Av. Pereda, pero no está claro si esa obra se finalizó.

Como una muestra del descontrol urbanístico que hay en toda el área Ponce puso el acento en la casas (algunas de dos plantas) que se construyen debajo de las líneas de alta tensión. “¿Cómo puede ser que se permita algo así? Hay familias enteras que están sometidas a un peligroso campo magnético. Se ve que el Supremo es cañuelense; de otra manera no se entiende que no hayamos tenido ningún accidente”, concluyó.