Dos intérpretes del peronismo para la nueva etapa

Dos intérpretes del peronismo para la nueva etapa

No será una intervención muda. Hábil declarante, más allá de algunos excesos tristemente célebres, el interventor del Partido Justicialista nacional, Luis Barrionuevo, eligió rodearse con dos reconocidos intérpretes de la liturgia peronista: Julio Bárbaro fue presentado ayer como el coordinador político del partido intervenido y Carlos Campolongo como su vocero.

 

La primera reacción que generó la difusión de sus nombres pasó más por la veteranía que por el currículum de los elegidos, sobre todo en tiempos donde impera el discurso de la renovación peronista: Bárbaro tiene 76 años, la misma edad que Barrionuevo y cinco más que Campolongo. Menos, de todos modos, que la jueza electoral que eligió al interventor: María Servini de Cubría tiene 81.

Más allá de la anécdota del calendario, lo cierto es que Bárbaro y Campolongo casi no requieren presentación: multiplicaron su visibilidad en los medios durante la última década como analistas del fracturado escenario peronista y críticos del rumbo que asumió el kirchnerismo en su última etapa. Pero su trayectoria está lejos de resumirse en esas líneas.

Bárbaro fue interventor del ex-Comfer entre 2003 y 2008. Antes fue secretario de Cultura en los primeros años de la presidencia de Carlos Menem y diputado nacional entre 1973 y 1976. Intentó sin suerte convertirse en senador porteño en 2013 y en los últimos meses se acercó al massismo. "El sueño es que haya una interna entre tres candidatos: Massa, Urtubey y De la Sota", sostuvo ayer en una reportaje radial.

Es, más allá los cargos, un comunicador: el peronismo que interpretó para el público amplio de la televisión lo analizó desde siempre en la prensa y en una decena de libros.

Campolongo también es un comunicador. Identificado en los últimos tiempos como panelista de Intratables, tiene una larga trayectoria como columnista en radio y televisión, pero también como docente universitario.

En la trinchera política, fue elegido legislador porteño en el año 2000 por el partido País y en 2003 dirigió la campaña que consagró a Aníbal Ibarra como jefe de gobierno porteño. Acompañó luego las aventuras presidenciales de Roberto Lavagna en 2007 y de Alberto Rodríguez Saá, en 2011.

Los caminos que más de una vez cruzaron a Bárbaro y Campolongo en la política y los medios los vuelven a encontrar ahora, rodeando a Barrionuevo. Tanto el líder gastronómico como la intervención del PJ necesitan un discurso que convenza al resto del peronismo.

 

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