Interna precoz: asoman las primeras diferencias entre los intendentes del PJ

El grupo Esmeralda intenta expandirse, mientras surgen los Fénix. La falta de líderes y la necesidad de resolver las legislativas 2017 generan los primeros roces.

 

Sin líderes y con una gestión a cuesta, los intendentes peronistas de la Provincia de Buenos Aires, iniciaron un particular, y casi experimental proceso de reconstrucción, tras la pérdida de la gobernación y la presidencia, en 2015.

Aunque las reuniones eran habituales durante la campaña electoral, la derrota, accionó una mesa chica de jefes comunales, que inicialmente se integraba por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Gabriel Katopodis (San Martín), Juan Zabaleta (Hurlingham), Mariano Cascallares (Almirante Brown), Fernando Gray (Esteban Echeverría), Eduardo Bucca (Bolívar), y Juan de Jesús (La Costa).

El espacio que ofreció Insaurralde para las reuniones, ubicado en la calle Esmeralda, en el corazón de la city porteña, habilitó el nombre que hasta hoy los identifica.

El Grupo Esmeralda, se fue alimentando con otros compañeros, que miraban con preocupación las legislativas de 2017.

Entre el protagonismo de Insaurralde, acostumbrado a moverse con mucha autonomía, y el perfil bajo de Katopodis, uno de los principales armadores del espacio, el grupo inició un vínculo conveniente con el gobierno bonaerense, de María Eugenia Vidal.

Y con el gobierno nacional, a través de su relación con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el jefe de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.

Las cenas con el ministro de Gobierno de la Provincia, Federico Salvai, y las recorridas territoriales con la gobernadora, fueron parte de la agenda del primer semestre del año.

En las márgenes, y con una posición más crítica, se ubicó La Matanza. El municipio más populoso de la Provincia, sufrió la caída de su líder, Fernando Espinoza. Y recién a partir del segundo semestre del año, empezó a elevar la figura de la sucesora distrital, Verónica Magario.

A quien ahora se menciona como futura titular de la Federación Argentina de Municipios (FAM), en caso de que prospere un acuerdo con el PRO.

En paralelo, se comenzaron a observar algunas fisuras en el grupo de intendentes, que pretendían mostrar unidad.

Un sector, asentado mayormente en la primera sección, comenzó a marcar algunas diferencias, y sobre todo, una mirada crítica a los pretendidos liderazgos de la tercera.

Se trata del Grupo Fénix, conformado por los intendentes, Ariel Sujarchuk (Escobar), Walter Festa (Moreno), Leo Nardini (Malvinas Argentinas), Juan Ustarroz (Mercedes), Santiago Maggiotti (Navarro), Ricardo Curutchet (Marcos Paz), y Gustavo Menéndez (Merlo).

Menéndez fue el gestor del “Pacto de Padua”, un documento que fusiona consignas del Papa Francisco con algo de doctrina peronista, y que firmaron la mayoría de los jefes comunales de su Partido.

Para Menéndez, un intendente nuevo en un distrito muy caliente del conurbano, el “Pacto” funciona muy bien como una herramienta de acción para adquirir notoriedad y sumar voluntades.

El sucesor de Raúl Othacehé, es uno de los intendentes que se muestra más cercano a su ex jefe político, Sergio Massa.

El pasado viernes 5, organizó un partido de fútbol entre el equipo del diputado nacional, y su grupo de jefes comunales, en la quinta municipal La Colonial.

Pero la actividad no tuvo repercusión entre los Esmeraldas, que amparados en el clima inestable, que anunciaba lluvias, desistieron del convite.

El partido se realizó el domingo siguiente, pero quedó acotado al grupo Fénix, y a un nutrido massismo.

“Siempre hay internas menores, pero están muy por debajo de lo prioritario” indica un ex funcionario, aggiornado ahora a la tarea de operador territorial.

El dirigente reconoce igual que estas diferencias se mantienen contenidas, porque todavía no se definieron nombres para las futuras listas electorales.

“Mientras no se hable de 2019 hay coincidencias” remarca otro operador, que supo ocupar una banca legislativa. Y remarca que “tampoco se habla de quien encabeza en 2017, ahí seguro se va a complicar”.

La idea de armar un espacio electoral común con Massa, es un tema latente, aunque por ahora no genera coincidencias. El Grupo Esmeralda, en general, sigue con la idea de impulsar antes un candidato propio, que podría serFlorencio Randazzo.

Y desde allí pulsear la conformación de un espacio político común con Massa. Aunque para esta instancia todavía falta mucho tiempo. En el camino, el Pro continúa intentando capturar voluntades, aunque sean acuerdos de forma subterránea.

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