Tras la victoria que consiguió River frente a Guaraní, el Inter y Tigres abrieron la segunda semifinal de la Copa Libertadores en Porto Alegre. Con una ráfaga de calidad y jerarquía, el dueño de casa sorprendió a su rival con dos cachetazos que parecieron cerrar la llave de forma prematura.

 

En menos de 10 minutos, Andrés D'Alessandro y Valdivia pusieron al equipo comandado por Diego Aguirre en ventaja y la pasiva actitud de los mexicanos favorecía al incisivo juego brasileño, que apoyado por más de 60.000 personas no pensaba en otra cosa que en el arco opuesto.

 

Sin embargo, de tanto ir en búsqueda de la goleada, el dueño de casa descuidó a su última línea y en un preciso centro de Rafael Sóbis, Hugo Ayala estableció el descuento. El 2 a 1 fue de vital importancia para los mexicanos, dado que es la última instancia que el grito a domicilio tiene un valor extra para la revancha.

 

 

En el desenlace del primer capítulo Andre Gignac estuvo cerca de opacar la fiesta que se producía en el Beira Río. Luego de dejar en el camino a William con un exquisito caño, la flamante incorporación francesa fusiló aAlisson, quien con su mano izquierda desactivó el peligro. Después de un comienzo arrollador, los colorados mermaron su ritmo y la visita se aprovechó de ello para emparejar el pleito.

En el complemento la clase del galo no fue suficiente para llegar a la igualdad, y la expulsión del defensor deMorelia debilitó sensiblemente a la escuadra dirigida por Ricardo Ferretti. De todos modos, a pesar de la inferioridad numérica, Tigres se las ingenió para conformarse con la mínima adversidad, para intentar revertir el marcador en su propia casa.

Naturalmente, la llave permanece abierta y para la próxima semana, el que consiga avanzar al partido decisivo ya sabrá su rival, dado que un día antes se establecerá la revancha entre paraguayos y argentinos en el Defensores del Chaco. El sueño continental todavía está vigente para los cuatro aspirantes al título.