Durante agosto se realizaron al menos siete secuestros de drogas en la alcaidía de Comodoro Rivadavia, en donde el común denominador fue siempre el mismo: la capacidad inventiva de los familiares de los detenidos para tratar de sortear el control policial y poder ingresar elementos prohibidos al recinto carcelario.

Según pudo conocer Diario Patagónico, ayer por la mañana personal de esa penitenciaria requisó a un hombre que le llevaba una pizza de jamón y queso a un interno del Pabellón 1.

Cuando comenzaron a cortar y hurgar, como lo hacen con cada uno de los alimentos caseros, los policías se encontraron con cinco “bochitas” de marihuana diseminadas entre el aderezo de la pizza.

Ante la presunción de que estaba ante la presencia de estupefacientes, se le dio intervención a la Brigada de Drogas Peligrosas y se efectuó un análisis con el respectivo reactivo químico que determinó que se trataba de marihuana.

El allegado al interno detenido por robo en el Pabellón 1 fue identificado y puesto a disposición de la Justicia Federal, por lo que una vez notificado del delito por el que se lo acusa, recuperó la libertad.

La orden del jefe de la alcaidía, Argentino Urrutia, y su segundo, Marcelo Ponce, de realizar exhaustivas requisas comienzan a dar resultados.

Ya que en agosto en al menos siete oportunidades lograron interceptar droga que pretendían ingresar a la alcaidía.

Según las fuentes consultadas por este diario, las artimañas para ingresar la droga consistieron desde costuras en los pantalones para ocultar marihuana o bochas de la misma droga en medio de la carne del estofado.

También la policía ha secuestrado droga que los internos se pegan en sus partes íntimas con cinta adhesiva.