Intensos combates reavivan el conflicto armenio-azerí

Intensos combates reavivan el conflicto armenio-azerí

Crisis en el Cáucaso

La batalla se inició en la madrugada en la frontera entre Nagorno Karabaj y Azerbaiján. Se asegura que hay cientos de muertos. La ONU y Rusia exigen el inmediato cese del fuego.

A la constante inestabilidad de la región del Cáucaso se sumaron ayer repentinos y violentos combates entre tropas de Armenia y Azerbaiyán, países que disputan la región separatista de Nagorno Karabaj. Los choques, que aún continúan, dejaron centenares de muertos según fuentes de los dos países, un helicóptero derribado y varios blindados destruidos. Ha “un gran número de víctimas”, dijo las Naciones Unidas.

La escalada de violencia de las ex repúblicas soviéticas alarmó a Rusia, a EE.UU. y a la ONU, cuyo secretario general, Ban Ki Moon, pidió detener los enfrentamientos y respetar el alto el fuego.

Estas acciones bélicas fueron las más graves registradas en las dos últimas décadas. Nagorno Karabaj es una pequeña región montañosa cuya soberanía disputa Azerbaiján, un país de mayoría musulmana y gobernado desde el 2003 por Ilham Aliyev, quien ejerce un poder casi absoluto. Sin embargo, el enclave está poblado mayoritariamente por cristianos armenios, que desean estar bajo la órbita de Ereván.

A principios de los años 90 se libró una sangrienta guerra entre ambos bandos que dejó casi 30.000 muertos y concluyó con la declaración de independencia del territorio. Pero ningún Estado lo reconoce. Desde entonces, el enclave ha estado bajo asistencia de Armenia y del ejército de ese país.

Las tropas proarmenias de Nagorno y las azeríes están divididas por una zona desmilitarizada, la línea de contacto, aunque con frecuencia hay escaramuzas y enfrentamientos. Desde 1994 rige un alto el fuego muy frágil y el gobierno de Bakú ha amenazado varias veces con invadir el territorio separatista.

Ayer, ambos países intercambiaron acusaciones de que el otro había sido el responsable de los enfrentamientos, y dieron distintas cifras de víctimas. Armenia habla oficialmente de 200 muertos del lado azerí, mientras Azerbaiján sostiene que es al revés. Lo cierto es que testigos consultados por Clarín afirman que son centenares las víctimas, muchas de ellas civiles.

Las versiones son contradictorias sobre cómo se iniciaron los enfrentamientos. El Ministerio de Defensa armenio informó que “un grupo de sabotaje y reconocimiento” de las fuerzas armadas de Azerbaiján se introdujo en la zona de Levonark y fue “eliminado”. Luego, agregó, “Azerbaiján lanzó un ataque masivo en la frontera de Nagorno-Karabaj con tanques, artillería y helicópteros”. También informaron que las fuerzas separatistas abatieron un helicóptero y causaron “importantes pérdidas” al enemigo.

Azerbaiján inmediatamente desmintió esa versión y aseguró que sus fuerzas se habían limitado a replicar un masivo ataque armenio. Agregaron que sus militares lograron el control de varias alturas estratégicas y de algunos territorios habitados de la región, después de destruir seis tanques armenios y 15 emplazamientos de artillería.

El presidente ruso, Vladimir Putin, aliado de Erevan, dijo que está “profundamente preocupado por la noticia de la reanudación de las acciones militares” y demandó a ambas partes “detener inmediatamente los combates”, según explicó el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov. Los ministros de Relaciones Exteriores y de Defensa de Rusia se comunicaron con sus colegas de Azerbaiján y Armenia con la expectativa de estabilizar la situación.

El jefe de la diplomacia de Estado de EE.UU., John Kerry, condenó “con la mayor firmeza” las violaciones del alto el fuego. “Urgimos a las partes a mostrar contención, evitar una mayor escalada y adherirse estrictamente al alto el fuego”, pidió. Lo mismo exigió el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. “El secretario general está profundamente preocupado por las violaciones a gran escala del alto el fuego en la zona y en especial por el uso de armas pesadas y el gran número de víctimas, incluidos civiles”, dijo el vocero de la ONU en un comunicado.

El conflicto en el Cáucaso tiene varias aristas, vinculadas a las potencias que se disputan el control de la región. Rusia es un antiguo aliado y socio comercial de Armenia. Allí tiene una importante base militar. Azerbaiján es respaldado por el gobierno islámico de Turquía, a quien le vende la mayor parte de su producción de gas y petróleo. También cuenta con el aporte de Israel, país que le vende gran parte de su armamento.

Para resolver la disputa por Nagorno Karabaj y evitar una escalada del conflicto se creó el Grupo de Minsk, integrado por Rusia, EE.UU. y Francia, además de los dos país involucrados. Es el encargado de supervisar el alto el fuego establecido hace 22 años y de promover las negociaciones. Pero hasta ahora no pudo avanzar demasiado.

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