Inquieta al PRO un pacto de Massa con el PJ post-K

Inquieta al PRO un pacto de Massa con el PJ post-K

El Gobierno sigue con atención las conversaciones en la oposición. El efecto de la visita de Cristina. Aparece el “cordobesismo” en la mesa. La solución mágica: evitar los candidatos premium.

Federico Salvai, ministro top de María Eugenia Vidal, abrumó a preguntas al manojo de alcaldes peronistas en la cena que el jueves compartieron en un restó de Puerto Madero. Siempre cordial y empático, esa noche Salvai lució más inquieto que de costumbre al hablar del vínculo del PJ y Sergio Massa, el diálogo y la chance de que, en el futuro mediato, alumbre un acuerdo entre el PJ post-K y el Frente Renovador que opere como protocolo de un pacto electoral.

Con radar provincial, Salvai vio el entendimiento entre los PJ y el FR en un proyecto para "lotear" La Bonaerense, un alerta más serio: ese ensayo legislativo puede, convertirse en un dolor de cabeza porque todos los peronismos, aun con La Cámpora excluida, juntan número para tener quórum y mayoría en la Legislatura. La primera víctima política de un eventual enlace PJ-Massa sería Vidal.

Pero en Casa Rosada también siguen, con detenimiento, esos movimientos. Descansan, por ahora, en una presunción: que un acuerdo PJ-Massa si no imposible, muy difícil. Argumentan que el tigrense sembró furias entre los caciques bonaerenses y que los gobernadores no quieren otra jefatura bonaerense, "es peor que Cristina porque a Massa le quedan 40 años para seguir haciendo política" fue el dictamen de un jerarca provincial. Rogelio Frigerio, su vice Sebastián García De Luca y Emilio Monzó escuchan a cada rato reproches de los shogunes del PJ por el trato preferencial que dan a Massa por ser el dador de quórum en Diputados.

Pero el PJ no es Massa. En rigor, este mediodía, habrá una juntada en Almirante Brown que marcará otro tipo de avance: Martín Llaryora, vicegobernador de Juan Schiaretti en Córdoba, llegará al distrito que conduce Mariano Cascallares con un grupo de diputados de Córdoba y San Luis para una sentada con alcaldes del conurbano. Llaryora y Cascallares se conocen hace años y abrirán una vía con el cordobesismo.

Unidades

En Interior, intervienen para evitar la unidad panperonista. El paso de Cristina de Kirchner por Capital fue una mala noticia para Mauricio Macri: el raid de la expresidente fue más judicial que político y dejó la sensación de que sus urgencias son más personales que "de proyecto político". Jorge Ferraresi, el intendente de Avellaneda, le contó a otros caciques que notó a Cristina sin intención de conducir. Y decidió plegarse a las citas de alcaldes.

En el PRO apuestan a que las tirrias acumuladas contra Massa y el rechazo del PJ a Cristina sean la dinamita para rompa cualquier posible pacto panperonista. Pero aparece una variable osada. ¿Y si el acuerdo avanza sobre una cláusula que diga que ningún dirigente premiun sea candidato en 2017? En criollo: sin Massa, ni Cristina ni Daniel Scioli ni Florencio Randazzo. Esa alternativa, muy germinal, circula en las mesas del PJ.

"Si el problema son los figurones, hagamos un acuerdo sin figurones", aventura un dirigente del conurbano que tuvo más jefes que esposas. No suena alocado. Massa y Scioli, por separado mandan a decir que ellos evalúan no ser candidatos el año que viene. Randazzo avisa que no lo desvela ir en una lista. Cristina no parece tener ni volumen ni ganas, por ahora, de zambullirse en una aventura de ese tipo salvo que pretenda, más adelante, ir en busca de fueros.

La síntesis más clara se le escuchó al exgobernador. "Yo no voy a ser candidato de una facción del PJ". Cerca de Scioli explican que el excandidato presidencial entiende que si "su nombre en vez de colaborar con la unidad, la impide" se va a autoexcluir de las candidaturas de 2017. Quizá detone un efecto dominó.

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