Inician obras en el colegio Especial 512, pero afirman que convertirán al edificio “en una escuela inútil”

Inician obras en el colegio Especial 512, pero afirman que convertirán al edificio “en una escuela inútil”

Lo reclama la comunidad educativa del establecimiento de Rawson al 1500, después de conocer los planos de obra, que prevén distintas modificaciones no idóneas al edificio que alberga a chicos que sufren trastornos emocionales severos.

Luego de una lucha de varios años reclamando a las autoridades educativas por distintas fallas edilicias -como la falta de calefacción o filtraciones en los techos- la comunidad educativa de la Escuela Especial 512, de Rawson al 1500, logró que en el 2015 -a través de Nación- se destine dinero para la reparación del establecimiento.

En los primeros días de julio, una constructora comenzó a realizar distintas modificaciones al edificio, pero  lejos de generar alegría en la comunidad educativa, produjo un nuevo malestar: según ellos, las obras convertirán al edificio “en una escuela inútil”.

“El plano que exhibía la empresa Insersan, que venía cerrado desde La Plata, fue realizado con ignorancia acerca de las características de la escuela, porque para nada se adecuaba a las necesidades de una escuela especial para niños con trastornos emocionales severos”, afirmó Jorge Tesán, padre de uno de los alumnos de la Escuela 512.

Es que las nuevas modificaciones que tendría el edificio, no conformó ni a padres ni a docentes: aulas sin puertas independientes, la reducción de tamaño del actual comedor, la construcción de 3 baños para nenes con discapacidades motoras (cuando sólo uno es necesario).

“Se instalarían tres baños para niños con discapacidades motoras, cuando, pese a que por norma los edificios públicos deben contar con al menos un baño de estas características, la escuela no trata la patología motora ni tiene alumnos en esa condición. Si bien podrían recibirse alumnos con problemas motores asociados a los trastornos emocionales, con un solo baño sería suficiente”, argumentó Tesán.

En relación al comedor, cuyas nuevas obras prevén su achicamiento, desde la comunidad educativa consideró que “la escuela cuenta con niños que a veces no quieren proximidad con otros. Y la ampliación del mismo redundaría en la posibilidad de recibir más alumnos”.

Otra punto cuestionado por los padres, es la construcción de dos nuevas aulas, “que de ninguna manera resuelve el problema de circulación que tiene la escuela, ya que las aulas no tendrían puertas independientes, y llegar a cada aula implicaría pasar por todas las aulas precedentes, cuando los trastornos de los alumnos de la escuela requieren que a veces el docente deba lograr que estén tranquilos para poder trabajar,tranquilidad que se interrumpe al pasar por cada aula los alumnos que concurren a un aula adyacente. Además de la falta de ventilación ni ventanas y los problemas que surgirían en caso de que haya que desalojar el edificio por alguna emergencia”.

“Ante estas irregularidades, la inspectora de la Unidad Ejecutora Provincial, a cargo de la infraestructura de los edificios, arquitecta Liliana Gómez, decidió la clausura de la obra. Sin embargo, esta inspectora fue desplazada de su función y reemplazada por un inspector de apellido Petrillo. La empresa ofrece reunirse con las autoridades de la escuela recién después de las vacaciones de invierno. Mientras tanto, la empresa continúa con una obra que si bien era esperada, resulta inadecuada por su proyecto y por la época del año en que se está realizando. No se sabe en que condiciones, cuando ni como se van a comenzar los chicos las clases”, concluyó Tesán.

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