Por Matías Pocai.

Al margen de lo de Don Bosco y de la política partidaria, la propuesta de que se realicen audiencias públicas previas a la convalidación de los convenios urbanísticos es interesante, porque fomenta la verdadera democracia, participativa, que lejos está de limitarse a las urnas o decisiones de un gobierno.

Por otra parte, los embates al Plan de Ordenamiento Territorial (que impulsó esta misma gestión), y en particular a las sierras, reflejan también la lucha de clases. Como señaló Mariano López Guerrero en “La naturaleza no hace excepciones”, “el poder del dinero organiza paso a paso la rifa patrimonial a la que asiste la ciudad”.

La nota, recomendable, habla del inicio de un proceso invasivo que hay que frenar cuanto antes. Porque la “belleza de este lugar no está en sus maquillajes, sino en el recorrido de sus arroyos, en la rusticidad de su granito, en el verde de sus pastizales”.

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Detalles e influencias. Para poder lotear en un predio aledaño a la avenida Don Bosco, Victoria y Elena Segurola fueron patrocinadas por Fabián Olegario Gutiérrez y Anibal Marcelinio Borthiry. El primero es hermano de la concejal radical Carolina Gutiérrez, mientras que el último es Vicepresidente de la Usina Municipal, es decir, el segundo de Matías Civale.

Cuando se firmó el Convenio Urbanístico (8 de octubre de 2014), Civale era Secretario de Gobierno de Tandil y Gutiérrez edil. En cuanto a Borthiry, Miguel Lunghi sorprendió a más de uno cuando lo colocó en la vicepresidencia de la importante y mixta entidad. Hay una relación de confianza entre el Intendente y el abogado. Miguel, como lo llaman sus colaboradores, no pone a cualquiera en un puesto semejante. Entonces, a pesar de que el convenio se firmó cuatro meses antes de la asunción de Borthity, es difícil creer que no tenía conexión con el Intendente.

Los vínculos del citado caso son públicos y fueron advertidos por el concejal del Pro Claudio Ersinger. Sería deshonesto minimizarlos, porque ponen en tela de juicio la salud de las instituciones y nos remontan a una vieja frase: “El poder tira más que una yunta de bueyes”.

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El problema de Alejandro Tiscornia, que renunció a la Presidencia del Foro de Seguridad a un mes de su asunción (seguirá en el cargo porque el organismo no aceptó su dimisión y rescató su reiterado pedido de disculpas), no surgió por su manejo de Facebook, sino por su odio hacia la Presidenta de la Nación, a quien le deseó lo peor. Para colmo, le faltó el respecto a los comunicadores que abordaron el tema (tratándolos de pseudoperiodistas que invadieron su privacidad), demostrando desconocer las funciones y tareas de la profesión.

Importante es hacerse cargo de lo que uno publica y reconocer lo que se desea. Máxime cuando uno es un abogado que representa a un conjunto de instituciones que lejos están, sospechamos, de fomentar el magnicidio. A propósito de las polémicas publicaciones, desde el martes Tiscornia adoptó un filtro privado en la citada red social.

El otro caso es el de Nicolás Heer, que fue presentado el jueves como Director de Atención Primaria de la Salud. El reconocido médico, al parecer, cerró su cuenta de Facebook este viernes: el día anterior cualquier persona podía ver en su perfil pensamientos repudiables.

“Terminemos con la estupidez de la inclusión. A mí cuando la guita no me alcanza nadie me incluye y no mato ni robo. Comparta”, replicó Heer el 15 de octubre pasado. Ergo: la inclusión no sólo es una estupidez, sino que las personas a quien el Estado ha dado una mano son las que matan y roban. Feo, feo.

Feo en particular porque los sectores más necesitados son los que se atienden, mayoritariamente, en los Centros de Salud.

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La directora general de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan, realizó una directa autocrítica. Frente a los 10.700 muertos por el ébola (sobre 25.800 contagios), dijo que: 1) se reaccionó tarde y mal contra la enfermedad, 2) el mundo, incluido el organismo que preside, no está preparado para una epidemia de larga duración, 3) hay que reformar la OMS “hasta el punto de que sea una nueva”.

Pero Chan señaló algo más: “Hemos visto que viejas enfermedades en contextos nuevos generan nuevas sorpresas”. La frase, llama la atención: uno había dado por descontado que los profesionales de la OMS se especializaban en prevenir eso, en estar atentos a cómo podían reaccionar nuevas y viejas enfermedades en distintos contextos. Parece ser que no era tan así.

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Esta semana se confirmó que el Papa visitará Cuba y después Estados Unidos. Es decir, Francisco, que fue clave para el acercamiento que estos países tuvieron las últimas semanas, seguirá con una actitud proactiva en pos de mejorar el asunto. Bienvenido sea.

Hablando del Papa, le dijo a Angela Boitano, presidenta de Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, que abrirá los archivos de la Iglesia sobre terrorismo de Estado en Argentina. Eso es lo bueno. Lo malo: abrirán los archivos a medida que lo solicite la justicia. Caben los interrogantes: ¿No se pueden abrir todos los archivos? ¿Hacerlo comprometería a actuales dirigentes de la Iglesia?

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Por último, volvemos al Concejo Deliberante. El jueves, nuevamente, más de veinte personas no pudieron entrar (por problemas de espacio físico), al ámbito donde se desarrolló la sesión. A diferencia del día que habló el Intendente, no se abrieron las puertas que conectan el recinto con el Salón Blanco, lo que hubiera permitido que ese grupo de ciudadanos viera y escuchara lo que adentro ocurría.

Dicho esto, es pertinente observar que la determinación de que las sesiones se realicen a las 10 de la mañana es positiva, porque les otorga mayor trascendencia y facilita la presencia del público en un Tandil que de noche es más frío.