Con inflación y tasas en baja, para el Gobierno está asegurada la reactivación

Con inflación y tasas en baja, para el Gobierno está asegurada la reactivación

Tanto la Casa Rosada como el FMI están conformes con los resultados de la nueva política económica. Los cálculos electorales con miras al 2019 y el factor Riesgo País

Con perfil bajísimo, el viernes terminó la misión técnica del FMI en la Argentina, que recién volverá en febrero. La visita estuvo enfocada básicamente en monitorear la marcha de la nueva política monetaria y los resultados, según la evaluación efectuada, son "óptimos". Tanto el Gobierno como el Fondo coinciden en que el nuevo esquema está cumpliendo con un objetivo primordial: recuperar la credibilidad perdida del Banco Central.

Ese mismo viernes por la mañana se realizó una evaluación final en la que participaron el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, su flamante segundo, Miguel Braun y el titular del Central, Guido Sandleris. Por el lado del FMI estuvieron Roberto Cardarelli, y el nuevo representante en la Argentina, Trevor Alleyne.  En el encuentro desarrollado en Hacienda se sacaron varias conclusiones:

2. La inflación de noviembre apunta a menos del 3% y se mantendría en la zona de 2,5% a partir de diciembre. Sería incluso contraproducente mantener tasas del 60%, que serían más de 20 puntos positivas en términos reales.

3. El piso de la actividad económica se estaría alcanzando en los próximos 30 días. A partir de ahí, en base a la estabilidad cambiaria, la baja de las tasas y de la inflación comenzará el repunte.

4. Lo mismo sucede con el salario real, que está en su peor momento. Pero empezará a recuperarse con los nuevos acuerdos salariales que se están alcanzando y un menor ajuste de precios. Eso hará que mejore los niveles de demanda interna.

5. La banda cambiaria viene funcionando a la perfección, con el dólar operando cerca del piso. Ésa fue la idea original cuando fue diseñada. A partir de enero habrá cambios. En principio, se resolvería un ajuste mensual del orden del 1,5% y no de 3% como hasta fin de año. El ritmo de ajuste se irá monitoreando en forma trimestral.

 El Gobierno se juega todo a la reactivación de la economía desde el arranque de 2019. Inflación y tasas en baja, más los dólares del campo deberían ser los sostenes de esa mejora. Empieza el tiempo de descuento para las elecciones

Los informes que llegan desde las oficinas del secretario de Agroindustria, Miguel Etchevehere, también ayudan para consolidar el optimismo. La cosecha de trigo viene de acuerdo a lo esperado y las perspectivas siguen siendo muy buenas para la soja. Si todo sigue en la dirección esperada, el campo sumará USD 10.000 millones adicionales el año próximo en relación a lo que fue la última campaña. No sólo representará un gran alivio desde el punto de vista de la generación de dólares, sino que también impulsaría la actividad especialmente en el interior.

Éste es el panorama que, además, Dujovne le transmite al Presidente. Y va acompañado de una lectura política. Según la visión del Gobierno, lo que terminará inclinando la balanza entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner en la elección presidencial será la economía. "Si la gente ve que somos capaces de estabilizar la situación después del terrible 2018 que tuvimos, nos van a renovar la confianza", explican.

La lógica es ir detras del 40% de indecisos que no se inclina aún por ninguna de las dos opciones. Y además apostar a que el techo de los que piensan votar a la ex presidenta sería -al menos en teoría- más que el de Macri.

Roberto Cardarelli y Trevor Alleyne, del FMI

Para el Gobierno es clave que las encuestas a partir de marzo o abril del año que viene muestren que Cristina no despega. Eso ayudaría a reducir la gran incertidumbre electoral, cuyas consecuencias ya son evidentes.

En las últimas dos semanas el dólar mantuvo su estabilidad y bajaron las tasas. También es claro que la inflación comenzará a descender más decididamente en noviembre. Pero hay una variable que no termina de acomodarse: el riesgo país. Este indicador había caído hasta 600 puntos pero volvió a rebotar en los últimos días hasta la zona de 650.

La contracara es nuevamente una debilidad en el precio de los bonos, que volvieron a rendir por encima del 10% anual en dólares. Esta debilidad de la deuda argentina, aún luego del millonario acuerdo alcanzado con el FMI, tiene dos lecturas. Pero ambas son complementarias.

 Pese a la mejora de la variable financieras el riesgo país sigue a los tumbos y volvió a los 650 puntos. No es sólo el “efecto Cristina”. También los grandes fondos poseen mucho más bonos argentinos que los que desearían a esta altura

Una de las razones que explican por qué no despejan los bonos argentinos es las grandes dudas sobre el resultado electoral. No sólo no está claro quién ganará en octubre, sino que además varios candidatos con chance han manifestado su repudio al acuerdo con el Fondo y no son claros sobre cómo manejar el pago de la deuda.

Pero ésa es sólo una parte de la historia. Además, hay una cuestión relacionada con las posiciones técnicas de los grandes fondos de inversión. La mayoría de los más conocidos, como Black Rock, Pimco o Templeton, tienen muchos más bonos argentinos que la participación del mercado local en el índice de emergentes. Por lo tanto, aún deberían desprenderse de muchos títulos para reducir esa exposición.

Algo parecido sucede con los inversores argentinos. Hubo grandes compras de bonos luego del blanqueo. No sólo la deuda argentina estaba exenta de impuestos (algo que cambió tras el gravamen a la renta financiera), sino que además compraron títulos con altos rendimientos para recuperar el pago del 10% vinculado a esa exteriorización de activos. Por lo tanto, la mayoría tiene mucha más deuda local de lo que desea.

Por eso parece difícil que el riesgo país pueda tener una reducción significativa en los próximos meses, lo que representa un problema para las provincias y especialmente las empresas que precisan financiarse en los mercados.

Es cierto que tener a Cristina como contrincante con chances de volver a poder espanta a los mercados financieros. Pero no es lo único. Las pérdidas que tuvieron que asumir este año los grandes administradores de fondos por haber confiado en el gobierno de Macri también explican una parte de ese deterioro en los precios de los activos argentinos.

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