La “inflación electoral” entusiasma al gobierno

La “inflación electoral” entusiasma al gobierno

Aseguran que la corrección del dólar de junio hasta las PASO no se trasladó a los precios. El “ala política” cree que la tranquilidad se mantendrá hasta las elecciones del 22 de octubre.

En medio del clima hostil por el caso Maldonado, el ala político electoral del gobierno parece descansar ahora en cuanto a las novedades que vienen del capítulo que más complicaciones parecía traer antes de las PASO. El dólar le está dando una respiro de tranquilidad en su cotización al macrismo; y, con esto, el alza de los precios que se esperan para agosto y septiembre (los dos meses que se anunciarán antes de las elecciones de octubre), traerían buenas noticias al oficialismo. Según los datos que se manejan en el ministerio de Hacienda, podría hablar una inflación "electoral" tanto el mes pasado como el que transcurre actualmente, llegando al 22 de octubre con la menor presión sobre los precios de todo el año. Las especulaciones primarias hablan de un incremento menor al 1,5% en junio y de cerca de 1% en agosto. Y, lo más importante para mostrar ante los analistas: asegura el ministerio de Nicolás Dujovne que, quizá, por primera vez en décadas, se logró una corrección en el valor del dólar sin que esto se traslade a los precios. Algunos en el "ala política" se entusiasman, quizá demasiado, y definen el logro como "revolucionario": 

Lo cierto es que para el oficialismo no habría existido "pass through" entre julio y agosto entre el alza del dólar y los precios. Se insiste además en que Juan José Aranguren está políticamente controlado; y que el reacomodamiento final de la divisa norteamericana a partir del 13 de junio no habría provocado estragos mayores en la inflación; y el Ministerio de Energía no aplicaría inoportunos aumentos ni de servicios públicos ni de combustibles antes de las elecciones del 22 de octubre. No podrá evitar el oficialismo que la proyección anualizada esté por debajo del 20% anual y que se cumpla la meta de 17% que figura en el Presupuesto nacional. Pero ya habría tiempo luego de las elecciones para dar las explicaciones correspondientes y defender luego que para 2018 se espera un 15% anual

El próximo IPC del INDEC que maneja Jorge Todesca se conocerá el martes 12 de septiembre, mientras que el jueves 12 de octubre será el turno del indicador de septiembre; el último antes de las elecciones. En el primer caso, el indicador sería menor que 1,5% mientras que el segundo, espera el Gobierno, sería el menor nivel del año, cerrando por debajo incluso que el 1,2% de junio. Si el oficialismo logra evitar este fenómeno de "pass through" (traslado del alza del dólar a precios estructurales), podrá decir que se pudo revalorizar a un ritmo acelerado el precio retrasado del dólar hasta llevarlo a un nivel de equilibrio sin que esto afecte la inflación. El dato es técnico, pero reflejaría que, al menos una vez, se pudo utilizar una corrección del tipo de cambio sin consecuencias sobre los precios, algo que habitualmente ocurre en cualquier economía ordenada pero que va a contramano con la experiencia histórica de la Argentina. Los indicadores de agosto y septiembre se ubicarían en un nivel "razonable" y "dominable" para el resto del año. Los candidatos del oficialismo llegarían a las legislativas de octubre (en definitiva, las que valen) con un dato defendible y, lo más importante, podría ser cierta la proyección en la que insiste Federico Sturzenegger sobre un alza del IPC del 1% (o incluso menos) en el último tramo del año. El tema, a diferencia de las PASO, quedaría fuera de agenda. 

Círculo Rojo 

En el macrismo se considera este mínimo "pass through" del aumento del dólar a precios de julio como el primer aporte importante del "Círculo Rojo" al oficialismo para el proceso electoral de 2017. Dentro del, por ahora prudente, optimismo hay igualmente algunos capítulos que generan bronca y malhumor en el oficialismo. En especial por el comportamiento de dos rubros. El primero es la evolución de los precios de la construcción, que en promedio se habrían revaluado en un 5%, cumpliendo la premisa eterna de la Argentina de los últimos 35 años que indica que una suba del dólar inmediatamente es trasladada a los valores de los materiales; aunque, en su mayoría, no tengan ningún componente importado. En el oficialismo prometen concentrarse en los controles futuros a este rubro.

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