La inflación y los efectos negativos del peso devaluado se prolongarán al 2015

La inflación y los efectos negativos del peso devaluado se prolongarán al 2015
Se terminaron las tasas chinas de crecimiento y el boom de consumo. El Gobierno se prepara para dejar de “vivir con lo nuestro”. Son claves la eliminación de subsidios y el giro ortodoxo.
Alcanza con una mirada rápida al cuadro de los principales temas de la agenda económica, en el que se describe cómo están evolucionado, qué resolución pueden tener, en qué plazos y con qué impacto, para notar lo que ya se siente en el bolsillo: la economía actual es el tablero de un juego nuevo.

Adiós a las tasas chinas de crecimiento hiperestimuladas por políticas económicas expansivas, con dólar cuasifijo y consumo en un eterno boom de cuotas.

El nuevo escenario que marca la devaluación de enero implica que la economía entró de golpe y casi sin previo aviso en el freezer (hard landing le llaman los economistas). Las altas tasas de interés que hacen prohibitivo el financiamiento, tanto para empresas como para consumo –en este último caso en torno al 50%–, combinadas con la caída del poder adquisitivo, que difícilmente se recupere incluso paritarias mediante, indica que aun cuando no se produzca un nuevo shock devaluatorio las cuestiones a resolver en el corto y mediano plazo implicarían una caída del PBI que puede llegar a 1,5%, con la consecuente suba del desempleo, los dos principales baluartes del discurso económico kirchnerista.

◆ La devaluación del 22% en enero tuvo, pese a su correlato inflacionario, un costado macro positivo: la recuperación de la competitividad perdida por el atraso cambiario. No es una ganancia generalizada, ya que algunos sectores tienen una alta incidencia de insumos importados, por lo que aumentan sus costos de producción, pero es de esperar que el Gobierno apunte a mantener este nuevo margen, cuya principal amenaza es la madre de todos los males: la inflación.

◆ El nivel de inflación de este año ya tiene un piso determinado por la suba de precios de estos primeros meses más la expectativa que generan, entre otros elementos, las negociaciones salariales. Del resultado de estas últimas depende en gran medida la aceleración inflacionaria. “Con las paritarias cerrando en torno a 28%, el nivel de inflación puede ubicarse alrededor del 34%, lo que implicará una caída del salario real del 4,2%”, dice la economista Marina Dal Poggeto, socia del estudio Bein & Asociados. “Si la recomposición salarial llegara a 33%, la caída del salario real sería menor, pero el nivel inflacionario llegaría a 37% anual”, calcula. Las estimaciones de los economistas varían, pero es el consenso que la suba de precios promedio en 2014 superará el 30%.

◆ El aumento de tarifas y el desmantelamiento de subsidios tienen un peso clave en la suba de la inflación. De acuerdo con el esquema que se elija y previendo que no se eliminarán de golpe ni en la misma proporción para todos los sectores sociales, el impacto podría ser como mínimo de dos puntos de inflación si el aumento de tarifas fuera del 100% promedio.

◆ Con ese frente interno y con el fin de buscar el ingreso de dólares al país para evitar seguir perdiendo reservas, el Gobierno avanzó en el frente externo para resolver una nutrida lista de obstáculos que imposibilitan el acceso al crédito. El intento coincide con el inicio de un ciclo de suba de las tasas de interés internacionales, lo que encarecería las posibilidades una vez despejado el panorama, algo que tampoco será tan inmediato.

Lo primero fue el acuerdo con Repsol por la expropiación de YPF para el pago en bonos. La tasa acordada de 8,5% anual en dólares puede llegar a tomarse como referencia del costo que como mínimo deberá pagar el país (las tasas para Brasil están en el orden del 5% anual). En la misma línea de normalización de la situación financiera internacional para lograr la reapertura de los mercados de capitales y dejar de vivir sólo con lo nuestro, se intenta avanzar con el Club de París e, indirectamente, gracias al nuevo IPC, se abre el camino para retomar la revisión del famoso Artículo IV del FMI, condición sine qua non para acordar con el Club de París.

Queda abierta aún, y es la más incierta de todas, la negociación con los fondos buitre, que se discute en la Justicia norteamericana. En este sentido, la posición de la Argentina se vería fortalecida si las demás negociaciones externas se cerraran favorablemente en el corto plazo

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