La inflación no cede: se espera que en marzo tenga un piso cercano al 3%

La inflación no cede: se espera que en marzo tenga un piso cercano al 3%

En los próximos días se conocerá el número de febrero, que rondaría entre 3,5% y 4%. Para este mes, ya subieron luz y combustibles. Y también aumentará el transporte. 

 

Los aumentos en la luz, nafta y transporte -este último a mediados de mes- le ponen un piso a la inflación esperada para marzo. Para los analistas más optimistas estará en torno al 2,9% (al igual que enero), mientras que otros economistas acostumbrados a medir costo de vida advierten que rondará entre 3,5% y 4%. De todas formas, hay casi un consenso sobre un promedio que no bajará del 3%. 

El objetivo oficial de inflación para 2019 era de 23%. Enero arrancó con un alza del costo de vida de 2,9%, febrero -aún no divulgado por el Indec- estará en torno al 3,5%-4%, mientras que marzo estaría en un 3%. En cualquier caso, la inflación trimestral se ubicará por arriba del 10%, complicando la meta del Gobierno, escrita en el Presupuesto. Los especialistas ya hablan de más de 30% anual. En la Rosada esperan que empiece a bajar a partir de abril.

Luciano Cohan, socio de Elypsis, maneja una proyección de inflación de entre 3,5% y 4% para marzo. El ex subsecretario de Programación Macroeconómica del Ministerio de Hacienda tiene uno de los escenarios base de mayor índice en el alza del costo de vida. En la otra punta, Fausto Spotorno -socio de OJ&F Asociados- proyecta un 2,9% para este mes. Muy cerca de esa estimación, Federico Furiase, de Eco-Go, ve un 3% de aceleración y Rodrigo Alvarez, de Analytica, avizora un 3,1%.

 

La distribución eléctrica subió un 14% desde marzo en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano (acumula un 43% desde febrero), mientras que las naftas se incrementaron un 2,8% desde el primer día del mes. Los próximos aumentos, en 11 días, serán en transporte: trenes y colectivos (9% de suba cada uno) y subtes (15%).

"La inflación núcleo -no mide impactos puntuales, como aumentos de tarifas- da un incremento de 2,6% en marzo. Pero pondera (es decir, lo que representa dentro del total) en el 80% de la medición, con lo cual la inflación núcleo da un 2,1% en el total. El incremento de 'regulados' (como tarifas) será del 4%, pero pondera un 20%, es decir que esa parte suma un 0,8%. Si tomamos el 2,1% de la inflación núcleo y le añadimos el 0,8% de 'regulados', la composición es de 2,9%", detalla Spotorno.

Furiase se inclina por un 3%, con un acumulado trimestral del 10%. "El problema es la combinación de una inflación más alta por la inercia, la indexación y la suba de tarifas con una política monetaria dura que amplifica el impacto recesivo por la contracción de circulante monetario (menos dinero) en términos reales, ya que cae un 30% anual", advierte.

"Partimos de un piso de 3,5% de inflación en febrero, por lo que vamos a un 3,1% en marzo. No sólo por las tarifas, sino por el arrastre de febrero y la trayectoria del tipo de cambio, oscilando sobre el piso de la banda", analiza Rodrigo Alvarez, de Analytica. "El componente de inflación 'núcleo' de febrero viene con un 3%, por lo que el número de marzo tienen un piso alto, y hay que sumar estacionalidad", agrega.

Desde mayo de 2018, cuando fue la inflación fue de 2,08%, el trayecto del costo de vida fue empinado. En noviembre (3,1%) y diciembre (2,57%) parecía que venía una desaceleración, también fruto de menor actividad económica. Por eso, el número de inflación de enero (de 2,9%) cayó mal, en especial cuando fue oficializado por el Indec, porque la percepción de los inversores es que Argentina no le termina de encontrar la vuelta al combate contra la inflación.

"Hay que ver los impactos de segunda ronda de aumentos que se dieron en febrero. Por ejemplo, las subas en carnes, en un contexto de recalentamiento del dólar y reapertura de paritarias, además de los aumentos programados para marzo", dimensiona Furiase. "Estamos frente a una política monetaria que se compromete a sobrecumplir la meta de base monetaria de marzo-abril-mayo en $ 43,000 millones para tratar de anclar expectativas en un contexto de inflación más alta de lo esperado", añade.

La mayoría de los economistas consultados no difiere demasiado del rumbo tomado por el Poder Ejecutivo y sus recetas. "No hay magia. Para romper con la inercia y la indexación de contratos que complican la desinflación, hay que tener persistencia en una política monetaria dura que genere credibilidad, para lo cual se necesita equilibrio fiscal, desenchufe de la maquinita y precios relativos acomodados", dice Furiase.

Cuando hablan de precios relativos, los economistas hacen hincapié en el dólar -al que quieren ver con una cotización establecida por los mercados y no intervenida, salvo casos puntuales, por el Poder Ejecutivo- y tarifas que permitan menos subsidios. En la distribución eléctrica, se calcula que cerca de tres cuartas partes del costo real de la electricidad ya estará siendo abonada por hogares y comercios, mientras que el Estado todavía subsidia el resto.

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