La industria rechazó el plan de reconversión y pidió estimular el consumo para volver a crecer

La industria rechazó el plan de reconversión y pidió estimular el consumo para volver a crecer

Afirman que los créditos son beneficiosos en una economía reactivada. Esperan más detalles

 

La llegada del Programa Nacional de Reconversión Productiva generó tanto desconcierto como temor entre los industriales nacionales, destinatarios casi exclusivos de la herramienta con la que el Gobierno buscará enfocar la producción hacia los sectores de máxima competitividad. Lejos de incentivarlos, los hombres de negocios alertaron que un cambio en la matriz fabril generará mayor recesión y desempleo.

Aún sin “entender” los objetivos finales del plan presentado días atrás por los ministerios de Producción y Trabajo, los dueños de las fábricas enrolados en la UIA advirtieron que “no existen medidas acertadas o desacertadas si no reactivación de la actividad”. “Pueden ser muy beneficiosas o perjudiciales, pero nunca se va a comprobar porque son para un país en crecimiento y claramente en la Argentina hay crisis productiva”, alertó un líder de la central manufacturera más poderosa del país.

“Para volver a crecer se tiene que reactivar

el consumo interno”, afirman los industriales

En la reunión de Comité Ejecutivo industrial, los empresarios repasaron la situación de los sectores, que atraviesan un escenario con gran capacidad instalada ociosa en todos los rubros relevados y con una fuerte caída de la competitividad. “Ni la industria alimenticia, que siempre fue la más competitiva, está en condiciones de hacerle frente a las importaciones”, graficó un ejecutivo de una de las empresas nacionales más importantes del país.

Según la presentación que realizó el Gobierno, existen tres esquemas de transformación: la “competitiva”, para empresas que busquen mejorar procesos o desarrollar nuevos productos; la “lateral” para las que busquen reorientar la actividad que realizan en forma parcial o total; y la de integración, para las que busquen potenciarse mediante una fusión entre varias compañías.

El análisis industrial es unidireccional: ninguna empresa piensa en tomar créditos para reinvertir cuando existe una capacidad instalada ociosa de un promedio del 40%, con picos del 70% en algunos sectores sensibles. Y sin mercado interno, “nadie va a desarrollar productos nuevos”. “Es claro que el objetivo es reconvertir a aquellos sectores en donde se abrirán las importaciones, lo que significa el fin de la producción nacional en distintos sectores”, se lamentaron. En ese sentido, resulta llamativo que el programa vendido como un mecanismo para crear “empleo de calidad” incluya un apartado con compensaciones para los trabajadores que sean despedidos de las empresas en proceso de reconversión.

Existe un malestar creciente entre los industriales con un sector del Ejecutivo nacional. Los dueños de las fábricas acrecentaron sus temores por el avance de una mirada que “culpa” por el avance de la inflación a los fabricantes nacionales. Identifican cada día con mayor claridad la compulsa entre el espacio que se referencia en el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, y el que lidera el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.

“Si quieren resultados diferentes, que tomen medidas diferentes”, se quejó un encumbrado referente de la UIA consultado por BAE Negocios. La contracara propuesta por los industriales es reactivar el consumo, poner en funcionamientos las máquinas y recién en ascenso se puede pensar en la competitividad interna.

El flamante plan oficial de reconversión incluye

3 esquemas: competitiva, lateral y de integración

De hecho, los empresarios desacreditaron el análisis sobre un perjuicio inmediato a los productos argentinos a partir del triunfo de Donald Trump en Estados Unidos. “No podíamos vender ni carne ni limones, pero esto no sucede solamente ahora sino desde mucho antes. Los países europeos y EE.UU. siempre aplicaron restricciones para cuidar a sus productores”, se lamentó un líder fabril. “Hoy le falta de competitividad al país, no existe la capacidad exportadora. No hay competitividad en ningún sector, incluso alimentos se cayó. Por eso para volver a crecer se tiene que reactivar el consumo interno. Nosotros somos los principales interesados en que le vaya bien al gobierno, pero se alargaron demasiado los tiempos”, advirtió otro referente industrial.

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