La industria petrolera lucha por la igualdad de condiciones en todo el sector productivo

La industria petrolera lucha por la igualdad de condiciones en todo el sector productivo

Los buenos tiempos en la actividad hidrocarburífera chocan en las pequeñas firmas con la inflación y el cobro a 60 y 90 días de sus servicios. Si bien las inversiones en Vaca Muerta subirán un 31% y el incremento de la actividad beneficia a todo el sector, la situación financiera no permite que se aproveche a pleno el momento.

La actividad hidrocarburífera continúa registrando cifras ascendentes en la Argentina, a tal punto que, liderada por la explotación de los recursos no convencionales que ofrece la Cuenca Neuquina, provocó una suba interanual en todo el país en la producción de ambos hidrocarburos luego de meses de constante caída. Sólo por nombrar estadísticas generales, la producción de petróleo total país del primer semestre 2018 fue de 13,9 millones de metros cúbicos (m³), es decir, 77.031 m³/d, un 1,9% más que el mismo período del año anterior, que fue de 75.589 m³/d.

Mientras tanto, la extracción de gas natural total país en el período enero/junio alcanzó los 23.000 millones de m³, es decir, 127,3 millones de m³/d, un 4,6% superior a lo producido en el período del año anterior, que fue de 121,7 millones de m³/d. En cuanto a la producción no convencional de gas, también del primer semestre, se elevó un 38,5 %, alcanzando los 7,5 miles de millones de m³.En ese marco, las provincias productoras festejan los mayores ingresos por regalías y en el sector se anuncian nuevas y millonarias inversiones. En rigor, la perforación subió un 14% con 527 pozos terminados en los primeros seis meses del año, mientras que la elaboración de petróleo cayó un 5,7%, se elaboraron 13,6 millones de m³ este año, contra 14,46 millones de m³ elaborados en el primer semestre de 2017.

El incremento de la actividad debería beneficiar por igual tanto a las grandes operadoras como a las Pymes. Sin embargo, estas últimas encendieron luces de alarma debido a que la situación financiera no les permite aprovechar a pleno el momento.

El incremento de la actividad debería beneficiar por igual tanto a las grandes operadoras como a las Pymes del sector. Sin embargo, estas últimas encendieron luces de alarma debido a que la situación financiera no les permite aprovechar a pleno el momento. Sucede que, ante el nuevo escenario cambiario, se encuentran en la disyuntiva de aceptar el trabajo o no, porque saben que pueden pasar varios meses hasta que cobren por éste.El contexto se complica aún más por el cada vez más difícil acceso al crédito. Y no es el caso de otros años en los que pudieron recurrir a la línea aguinaldo que ofrecen los bancos, ya que en la actualidad es imposible por las altas tasas y quedarían endeudadas por mucho tiempo.

En la mayoría de los casos, las pequeñas y medianas empresas de la industria tienen contratos por dos años con los clientes y eso brinda seguridad por la continuidad del trabajo, pero a su vez hace difícil efectuar reajustes por inflación. Asimismo, los repuestos aumentaron y se deben pagar en el momento, al igual que los sueldos.A contramano con esta realidad parecen estar las grandes operadoras, ya que en el año se estima que se invertirán sólo en Neuquén u$s 4.539 millones, un 31% más de lo que se desembolsó el año pasado. El número representa el 56% de las inversiones de la industria a nivel país, y que de concretarse como están previstas, colocaría a la provincia 4 puntos porcentuales sobre su participación en 2017.

Motor económico

Desde hace un tiempo los discursos del Gobierno nacional, incluyendo los del presidente Mauricio Macri, sitúan a Vaca Muerta como el motor económico del país. Y si bien las últimas medidas regulatorias adoptadas no desorientan esa visión, sí podría decirse que la distorsionan.Es que este mes anunció la aplicación de retenciones a las exportaciones, incluyendo en el listado las ventas de crudo y gas. En el primer caso el gravamen impactará –si el dólar no se dispara aún más– en un 10%, al cargar $ 4 por dólar.

Entre las operadoras se analizó que con las retenciones se buscó una suerte de impacto ecuánime entre todos los sectores productivos, con el agregado de que es muy posible que funcione como una suerte de control del precio interno del crudo.

Entre las operadoras se analizó que con las retenciones se buscó una suerte de impacto ecuánime entre todos los sectores productivos, con el agregado de que es muy posible que funcione como una suerte de control del precio interno del crudo, que se mantendría en ese 10% por debajo de la export parity, impactando en menor medida en el valor en los surtidores. Pero las preocupaciones se centran en el caso del gas. El ahora devenido secretario de Energía de la Nación, Javier Iguacel, había anunciado en agosto que “el 1 de septiembre vamos a volver a exportar gas a Chile”. El día pasó y el gas de Vaca Muerta no cruzó la cordillera.

El efecto de las nuevas retenciones mella la ganancia que las operadoras puedan sacarle al mercado externo, con el agregado de que aquellas que hayan logrado ingresar al reducido grupo de la Resolución 46 perderán una cuota del subsidio acorde al volumen exportado. En esa línea, los mayores volúmenes de producción alcanzados impulsan a las operadoras a exportar en los períodos de menor consumo de gas, aunque el escenario ya no sea tan positivo. La mayoría de las operadoras ya dieron muestra de que confían en que indefectiblemente las exportaciones se concretarán, debido a que las inversiones en marcha no tienen ya la opción de desactivarse. Pero advirtieron que los cambios de reglas de juego aplicados en los últimos meses desalentarán nuevas operaciones y dependerán de las medidas que se adopten de ahora en más.

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