Lo que el Indio dejó en Mendoza: un "pogo" multitudinario y algunos desajustes vocales

Lo que el Indio dejó en Mendoza: un "pogo" multitudinario y algunos desajustes vocales
Solari logró crear una gran ciudad este sábado en San Martín; más de 130 mil personas lo adoraron bajo la lluvia y el frío. No hubo disturbios importantes y la provincia brilló en todo el país a través del recital.

Como todo rito pagano, también se tenía que asociar con el tiempo. Y no quiso ser menos que esas 130 mil personas o más que asistieron al autódromo Ciudad de San Martín. El viento y la lluvia fueron protagonistas, tal vez para darle a este show las características de único e irrepetible y, obviamente, histórico para Mendoza.

El “pogo” más grande del Universo (ya no del mundo) fue en Mendoza; el mismo Solari lo expresó durante la presentación. Quizás no fue el mejor show del Indio, y eso puede tener que ver con las inclemencias del tiempo, que impidieron apreciar a la banda en toda su expresión.

También –como nunca antes- escuchamos algunos desacoples entre el líder y el resto. Incluso en un par de temas desafinó, su voz no estaba para darle batalla al frío y la lluvia. “Este viento me está helando la lengua”, expresó entre un tema y otro.

Y abajo que pasa. Pasa de todo. Fiesta, unión y un descontrol extraño, ese que no hace daño. No hubo peleas entre el público y hay que decir que estaban las camisetas de casi todos los equipos argentinos. Sin embargo, ni un solo insulto. Abrazos y sí, claro, mucho alcohol, pero el rito todo lo puede, los adormece y se entregan a la misa.

“Luzbelito” fue el elegido para abrir y “Ji Ji Ji” para cerrar, y de ese modo quedar en la retina de todos los asistentes. Familias enteras, mínimo dos generaciones, y en muchos casos hasta tres generaciones de ricoteros vivieron un show increíble. Pero no comenzó cuando el Indio subió al escenario. Todo empezó cuando cada uno de ellos esperaba para poder sacar la entrada, después recorrer todo el país para verlo. Esta vez fuimos locales y muchos pudieron apreciar lo que Solari provoca en la gente.

Hay que aclarar, como pasa siempre en sus conciertos, que el público espera los temas de los Redondos para “poguear” y para corearlos masivamente. Con “Todo preso es político” se produjo el primer “movimiento lateral” de importancia.

Y después siguieron grandes éxitos como: “El rock para el negro Atila”, “Un ángel para tu soledad”, “El pibe de los Astilleros”, “Juguetes perdidos”, “El templo de Momo” y “Pabellón Séptimo”, entre otros.

Desde lo artístico, se podría decir que por culpa del tiempo nos privamos de ver y escuchar un show más ajustado, más perfecto en los detalles técnicos. Ahora, pregunto: ¿a quién le importa esto? Solo a los músicos, los técnicos y los periodistas.

A los dueños del rito, a esas más de 130 mil personas, que estuvieron y se bancaron la lluvia y el viento helado, solo les importó que su mesías les estaba dando una alegría que es bien Argentina.

En nuestra “Ciudad Ricotera” estuvieron: médicos, abogados, ingenieros, políticos, empresarios, estudiantes, músicos, carniceros, mecánicos, barrabravas, punguistas, chicas lindas y chicas feas. Señoras grandes, señores grandes, es decir, todos los componentes de una orbe. Una gran ciudad en una gran provincia.

Ojalá que luego de este show comprendamos que Mendoza está preparada para realizar este tipo de acontecimientos. Me parece que Mendoza es demasiado grande y merece que su gente pueda vivir estas experiencias culturales, que dejan huellas en sus asistentes.

Y pensar que dentro de unos años hasta los que lo criticaron al Indio Solari van a decir: “Pero si yo estuve allí”. Y no se olviden de exigirle al Indio que solucione todos los problemas del país, porque él es el culpable de todo lo que nos pasa y la próxima más vale que venga en tren y no en un avión privado; perdón me dicen que no tenemos tren, bueno que se venga en “bondi”, pero que venga.

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