"Bien, bien". Con esas escuetas palabras y el gesto adusto se despidió Jorge Almirón de la conferencia de prensa. El técnico se refería al modo en que a su entender llegará Independientea los dos compromisos que se avecinan en el horizonte del equipo. Primero, con el puntero Boca y, una semana más tarde, el clásico del barrio ante Racing. Dos partidos que, en gran medida, definirán su futuro como entrenador del conjunto de Avellaneda. Dos encuentros que servirán de bisagra para saber para qué está Independiente y en qué situación se encontrará un técnico que no logra entrar en el corazón del hincha.

Si bien sabe que no hay un plan B y que cuenta con el aval del presidente Hugo Moyano, Almirón continúa sumando cuestionamientos internos. Sobre todo, de los simpatizantes del Rojo, que en cada partido en el Libertadores de América le muestran el descontento que les provoca un equipo con el que no se sienten identificados. El equipo no gana desde la 4ta jornada (4-0 a Arsenal) y, con un presente fluctuante, se aleja del lote de los punteros (en 11 fechas quedó a 12 puntos del líder Boca).

En el fútbol, se sabe, el apoyo de los dirigentes tiene fecha de vencimiento. Y ese estado puede comenzar a gestarse ante el xeneize, justo un partido antes de visitar a la Academia en el Cilindro. De allí venía la imperiosa necesidad de ganarle al Taladro. Independiente tuvo todo para hacerlo. Mucho más en la primera parte, cuando mostró su mejor repertorio futbolístico. La sociedad concreta que establecieron Pizzini, Mancuello y Pisano transformó a Albertengo en una peligrosa punta de lanza ante los dos centrales de Banfield, que daban mucha ventaja en el mano a mano. O los laterales, Toledo y Tagliafico, lanzados al ataque de manera constante y criteriosa, para sumar más opciones de pase. Ese juego asociado tuvo en el gol de Matías Pisano una verdadera obra maestra de un pibe salido del potrero. El tanto del Rojo no hizo aminorar la búsqueda del arco de Pellegrino, quien debió revolcarse, al menos, en cuatro ocasiones, para evitar una nueva caída de su valla. Tal vez mereció más suerte el Rojo. O, mejor dicho, debió tener más puntería, porque no estuvo fino en la última estocada. Para Almirón lo que faltó fue ganar, pero "jugando así -dijo- vamos a tener más chances de hacerlo". Su análisis resulta, cuanto menos, parcial porque no esgrime que los Rojos pasaron de un protagonismo absoluto en el comienzo a una actitud pasiva en el segundo tiempo. Acaso el cambio de Bellocq por Martín Benítez fue perjudicial y no sirvió para nivelar, al margen del tanto en contra del volante rojo.

Enfrente, el elenco de Matías Almeyda mostró su habitual versión desarticulada entre ataque y defensa. Dos bloques bien contrapuestos que dejan en evidencia un estilo de juego que mira en demasía el arco de enfrente, pero que deja a su última línea a merced de los delanteros rivales. Así jugó Banfield. Así juega Banfield. Ese es el ADN que Almeyda le imprimió al Taladro desde su desembarco en la B Nacional. Y da toda la sensación de que no se saldrá de ese libreto ofensivo por más que quede expuesto.

Para el Rojo, la igualdad tiene sabor a poco. Un punto por bando que, mirando el calendario, le convino más a Banfield que a Independiente. De eso no quedan dudas. Pero, más allá de los méritos de los que habla en su discurso, adentro Almirón deberá operar una transformación en los jugadores, para que sean los verdaderos artífices de su continuidad. Porque en menos de 14 días, su historia en Avellaneda podría cambiar... para siempre.

"Hasta el gol de Independiente no podíamos encontrar juego en ataque, pero de a poco nos acomodamos mejor en el campo y todo se hizo más parejo", explicó Matías Almeyda. Y agregó: "En el segundo tiempo tuvimos más llegadas, pudimos empatar, y creo que fue lo más justo por lo que fue el desarrollo del partido". Asimismo, el DT del Taladro se refirió al déficit que tuvo su equipo para imponerse en el mediocampo, zona en la que el Rojo tuvo mayor preponderancia que Banfield. "No nos faltó solidaridad. Había mucha marca, poco espacio, y teníamos que recurrir a la jugada individual".

El gol en contra y la sinceridad de Asenjo. El delantero de Banfield consideró que fue en contra, de Bellocq, el gol con el que el Taladro empató el partido. "Le pegué pifiado y entró porque rozó en él", explicó.

Matías Pisano: "Todo para ganar". "Erramos muchos goles. Tuvimos todo para ganar", dijo Matías Pisano, la figura del partido. "Independiente es un grande y hay que ganar donde sea", agregó, en referencia a los dos próximos partidos del equipo, con Boca y Racing.

Víctor Cuestasumó la 5ta amarilla. El defensor del Rojo sumó la 5ta amonestación y no podrá jugar contra Boca, pero sí estará ante Racing..