De acuerdo al relevamiento realizado por el Indec entre abril y junio de este año a través de la Encuesta Permanente de Hogares, en el Gran Resistencia, el 82,2 por ciento de los trabajadores son asalariados, de los cuales el 35,6 por ciento está en condiciones de informalidad laboral, sin aportes jubilatorios ni obra social. Esto marca un descenso de 7,9 puntos porcentuales al mismo si se lo compara con el igual período del año pasado.

 El conglomerado chaqueño quedó así como el segunda mejor posicionado del nordeste en cuanto a trabajo formal, sólo superada por Posadas, que resgistró un 32,2% de informalidad laboral. Detrás quedaron Corrientes, con 36,2% y Formosa, con 36,4%.

 Según el Indec, el nivel de desocupación del nordeste argentino se encuentra en un 3,3 por ciento, casi tres puntos porcentuales por encima del valor registrado en el Gran Resistencia (0,6%).

 La tasa de actividad (calculada como porcentaje entre la población económicamente activa y la población total -14 años y más-) en el conglomerado chaqueño mostró un leve descenso entre el segundo trimestre de este año y el mismo período de 2013: pasó del 42,3 por ciento al 39,9.

 El país

 A nivel nacional, el trabajo en negro bajó al 33,1%. El Indec reconoce que en la informalidad están cerca de 2,8 millones de personas entre la población urbana. Sin embargo, si se toma el total de empleados, se llega a que 4,7 millones de asalariados no registraban aportes jubilatorios en el segundo trimestre de este año, consigna la agencia DyN. Según el organismo estadístico, la situación más precaria se observa en el Noroeste (NOA), donde el 41,5% de los trabajadores no está inscripto. Luego aparece la región Noreste con 35% y Cuyo con 35,2%.

 En el Gran Buenos Aires el 32,6% de los empleados no está anotado y en la región Pampeana el porcentaje se ubica en 32,2%. La mejor situación aparece en la región Patagónica, donde el 19,1% de los empleados trabaja de manera informal.

 El fenómeno del empleo no registrado, según indican las planillas del Indec, afecta con mayor intensidad a las ciudades de más 500.000 habitantes, donde trepa al 33,7%, mientras que en aglomerados de menos de medio millón desciende a 30,4%.