Inclusión y turismo: crean el mayor parque ecológico nacional

Son 700.000 hectáreas en los Esteros del Iberá, en parte donadas por la ONG de Tompkins; buscan generar 20.000 puestos de trabajo

Parece una ironía: en 1997, lo describían como un empresario estadounidense que iba detrás del agua de los Esteros del Iberá. Sin embargo, casi 20 años después, el ecologista Douglas Tompkins recibe su mayor reconocimiento post mórtem. Su modelo de progreso social a partir de la restauración ambiental y la reintroducción de especies fue adoptado por el gobierno nacional y el de Corrientes, que ahora avanzan con la implementación del primer Plan Maestro de Desarrollo Ecoturístico en los Esteros del Iberá.

Se trata de convertir esa reserva en la gran promotora del crecimiento económico local, a partir de una inversión de 1250 millones de pesos en infraestructura de base. El acento del proyecto está centrado en la inclusión social y en la generación de 20.000 puestos de trabajo para sus 200.000 habitantes, gracias al impulso del ecoturismo.

La visión de Tompkins tiene ahora un nombre renovado para esa gran llanura de 700.000 hectáreas. Se la rebautizó Parque Ecoturístico Iberá y se convirtió en el área protegida más extensa y en el reservorio con mayor vida silvestre y biodiversidad del país.

Ahora, el humedal correntino, poblado por más de 4000 especies de flora y fauna, recibirá la inversión de $ 1250 millones en obra pública e infraestructura turística, para sumarle valor y posicionarlo en el mundo como el primer destino de naturaleza del país.

Competirá con el Pantanal brasileño, que hace tiempo viene cosechando pingües ganancias entre los viajeros internacionales. Se lo integrará, además, a un gran corredor verde, conectándolo mediante mejoras viales, con Puerto Iguazú, en Misiones, con el parque nacional El Impenetrable, en Chaco; con el bañado La Estrella, en Formosa, y con los bosques de yungas, en Salta y Jujuy.

El ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos; el gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi; junto al senador provincial Sergio Flinta anunciarán hoy el masterplán en la capital correntina. Al menos allí, hace tiempo que el concepto de "producción de naturaleza"-la reconstrucción de la cadena trófica, con el aumento de las poblaciones silvestres, como recurso comercializable a tráves del turismo-, tal como lo introdujo Tompkins, es visto como una fuente de desarrollo. Pero faltaba la inversión, que ahora es un hecho.

Con créditos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y aportes nacionales y provinciales las obras en infraestructura, que se extenderán por dos años, ya están en marcha. Suponen mejoras en rutas y accesos, la instalación de un parque solar para el abastecimiento eléctrico, obras de saneamiento, agua potable, cloacas y gestión de residuos. Todo se hará bajo estándares ecológicos .

Además, se construirán dos centros de interpretación de fauna en el corazón del humedal; otros de información turística junto con observatorios para las 350 especies de aves y miradores en las lagunas; se trazarán nuevos circuitos de navegación por los esteros; se sumará un nuevo camping; se mejorará el paisajismo en áreas descuidadas, y se invertirá en la puesta en valor de ocho museos. El énfasis está en la revalorización de la cultura local: de fuerte influencia guaraní, la identidad estereña se vincula a los caballos, al agua, al gaucho y a las canoas a botador. Y encarna como pocas otras el vínculo indisoluble entre el hombre y la naturaleza.

"Nuestra proyección es que con el Parque Ecoturístico toda la región cobre más valor y en cinco años lleguen 300.000 turistas anualmente, extendiendo sus estadías de tres a cinco días, con un gasto promedio de US$ 200 diarios", afirmó Santos.

Hoy la mayoría del turismo se concentra en Colonia Carlos Pellegrini, con 700 plazas hoteleras. Uno de los ejes apunta a democratizar y ampliar la oferta y a atraer nuevas inversiones.

Con créditos blandos y tasas subsidiadas, por parte del Consejo Federal de Inversiones y el Banco de Corrientes, se alentarán nuevos proyectos y servicios turísticos. Hay un especial acento en el respaldo a los emprendedores. También se prevén planes de capacitación para guías de sitio, guardaparques y entrenamiento laboral en el rubro ecoturístico.

El Parque Iberá está ahora compuesto por 550.000 hectáreas de pastizales, montes y bañados de difícil acceso, de jurisdicción provincial. A él, en el nuevo proyecto, se le suman 150.000 restauradas por Tompkins, actualmente en proceso de donación.

En el congreso provincial ya le dieron media sanción a la cesión de jurisdicción al estado nacional de esas tierras. Antes de fin de año, según anunció el vicepresidente de Parques Nacionales, Emiliano Ezcurra, las tierras de Tompkins se convertirán en un nuevo parque nacional, el número 33. Pero la visión de manejo ambiental y ecoturístico será una sola para toda el área.

El esquena integrado, de jurisdicciones mixtas en un mismo parque -uno nacional y otro provincial-, fue el modelo innovador al que se llegó para integrar las áreas fiscales y privadas. Los correntinos están muy identificados culturalmente con los esteros y nunca estuvieron dispuestos a ceder sus pastizales y lagunas a Parques Nacionales.

"Para nosotros todo esto es la gran punta del iceberg para atraer capitales nacionales e internacionales y salir a promocionar en el exterior al nuevo parque", dijo a LA NACION Sebastián Slobayen, subsecretario de Inversiones Turísticas del Ministerio de Turismo de la Nación. Slobayen, que además es correntino, tiene proyectos ambiciosos: piensa ofrecer las rutas del Paraná a embarcaciones.

Otro eje clave del plan apunta a la extensión en la restauración del patrimonio natural, a partir de la reintroducción y translocación de fauna. Conservation Land Trust (CLT), la ONG que dirigía Tompkins, continuará con esa tarea y la extenderá fuera de sus dominios. CLT fue pionera en reintroducir con éxito al oso hormiguero, traslocó y aumentó las poblaciones de venado de las pampas y ciervos de los pantanos y ahora avanza con tapires, guacamayos y aguará guazues. Tiene además un plan experimental de cría en cautiverio para el yaguareté, con vistas a que el mayor felino de América pueda volver a su hábitat. El desarrollo al servicio de la naturaleza,todo un legado puesto ahora en práctica.

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