En la primera jornada del debate por el crimen de Leandro Centeno se dispuso un operativo de seguridad que incluyó la presencia de poco más de 50 efectivos, tanto de las fuerzas especiales como regulares de la Policía de la provincia, siendo asistidos también por uniformados de la Guardia Urbana municipal.

El vallado colocado en la intersección de calles San Martín y Junín logró contener en un primer momento a los familiares y allegados del joven asesinado, quienes se predispusieron a protestar con pancartas y fotografías.

A la salida de los imputados hubo incidentes, ya que los manifestantes arrojaron elementos contundentes a los móviles y a los efectivos. Afortunadamente no se registraron personas heridas. Sólo una manifestante fue asistida por el Same tras descompensarse.