Originalmente, iba a tratarse de una marcha de protesta en Córdoba contra la violencia policial, tradicionalmente conocida como “marcha contra el gatillo fácil”, coordinada por organizaciones sociales y familiares de presuntas víctimas de la represión de organismos de seguridad. Pero también se terminó reclamando allí por la desaparición del artesano Santiago Maldonado, desaparecido en Chubut hace hoy 28 días tras una protesta mapuche.

Pero lo cierto es que, a poco de empezar y aun antes de llegar al lugar de la protesta, el Panal, la casa de Gobierno de Córdoba, se produjeron incidentes. Encapuchados completamente vestidos de negro, agrupados bajo una bandera negra con letras amarillas, destrozaron por completo la vidriera de una financiera y vandalizaron edificios públicos y religiosos, además de varios establecimientos privados, entre ellos un McDonalds. También provocaron incendios de contenedores de basura.

Voceros de la Agrupación de Víc­timas del Gatillo Fácil leyeron un documento y culparon a “infiltrados de las fuerzas de segu­ridad” por “desvirtuar el eje de la protesta”, que ellos pretendían que fuera pacífica.

Eduardo Salas, dirigente del Partido Obrero y legislador provincial por el FIT, deslindó responsabilidades y remarcó que tanto su partido como las demás organizaciones partidarias marcharon al fondo de la manifestación, tal como se había acordado. Sostuvo que presentará en la Legislatura un proyecto de resolución para solicitar la renuncia de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y remarcó el compromiso asumido por los distintos participantes de manifestar pacíficamente frente a la Gendarmería el 1° de septiembre.

El fiscal Gustavo Dalma afirmó que están “trabajando para individualizar a los responsables” de los hechos vandálicos.

Protestas similares se realizaron en varias ciudades del país. Y también en ellas hubo incidentes, como sucedió en Plaza de Mayo –Capital Federal– y en La Plata, por ejemplo. En todas ellas se reclamó por Santiago Maldonado, en un día álgido. Diego Maradona se sumó al reclamo: “Un día más y sigue sin aparecer Santiago Mal­donado. Todos los argentinos te esperamos, al igual que a todos los desparecidos!!!”, dijo.

La oposición multiplicó sus pedidos de renuncia contra Bull­rich, mientras la investigación ju­dicial no descarta aún que el artesano pueda estar en Chile y mientras se aguardan pruebas de ADN de restos de sangre hallados en un vehículo de Gendarmería.

Bonafini hace distinción entre desaparecidos. El caso Santiago Maldonado generó encontronazos. Hebe de Bonafini negó cualquier similitud entre los casos de Julio López (desaparecido durante el gobierno kirchnerista) y el del artesano. “Son diferentes personas. (Maldonado) Era un militante y Julio López era un guardiacárcel”, dijo. El hijo de López le respondió: “Me molesta que diga mentiras. Trabajó como albañil hasta que se jubiló”.