Incertidumbres, certezas y pases de factura en el cierre de las alianzas

Desde 2003, los cierres de listas terminan descolocando a más de uno. La última sorpresa la dio Unión Pro en 2009 cuando bendijo a la lista del curismo y dejó el tendal. El radicalismo quería cerrar sin heridos. El kirchnerismo insistiría con sumar para Cristina y el duhaldismo arma por separado. Cladera iría con la UCR y De Narváez.
En principio, y en virtud de priorizar determinados valores como el de la lealtad y obediencia, el secretario general de la Presidencia y lápiz mayor del oficialismo, Carlos Zannini, puso en marcha una ingeniería electoral que le otorga centralidad al Partido Justicialista pero también condena a quienes a juicio del kirchnerismo puro mantuvieron una actitud errática durante el conflicto con el campo.

En ese sentido, la postura a nivel nacional es la de sumar en Olavarría el 60% de los votos a través de tres listas, la que encabeza José Eseverri, la de Adriana Capuano y la de Saúl Bajamón.

El tema es saber si a José lo habilitarán para ir a internas el 14 de agosto o si le darán un partido para adherir al Frente para la Victoria e ir directamente a octubre. Diez minutos antes del cierre de las listas, Pablo Bruera no sabía si iría con lista de adhesión o competiría en las primarias y José Eseverri estaba probablemente en una situación similar.

Aunque parezca extraño, al Intendente no le perdonan su alineamiento en el Grupo de los Ocho cuando Néstor Kirchner amagó con habilitar internas por todos lados, y otros hechos relacionados con la sempiterna pelea del Gobierno contra el Grupo Clarín. No le reconocen, sin embargo, el haberse prestado a una doble candidatura testimonial en junio de 2009, y que terminó pagando muy caro.

La versión es que a Capuano le habrían asegurado que iba sola y que no tendría que disputar la representación distrital con nadie. De ahí precisamente que haya venido Gabriel Mariotto y todo el PJ seccional a respaldarla en su lanzamiento.

La lista de concejales del PJ la encabezaría Guillermo Santellán y el segundo lugar sería para Rodolfo Pulido, un hombre traccionado por la CGT. Pulido ya ocupó una banca en el Concejo allá por 1989, en reemplazo de Andrés Ferro cuando el extinto dirigente justicialista se hizo cargo de la secretaría de Gobierno. En esta lista o en la sección, la Cámpora especula con tener un lugar entrable.

Se dijo además que Zannini se reunió con Daniel Scioli y que el secretario de la Presidencia le bajó a Cristina Alvarez Rodríguez y en su lugar iría Mariotto poniéndole un cancerbero K de paladar negro al Gobernador.

El kirchnerismo de paladar negro juega con los tiempos. Aprieta y aprieta hasta último momento porque sabe que ya queda muy poco para saltar a otros espacios o quedarse con un vecinalismo.

Es más, hasta Sergio Massa camina por la cornisa casi sin margen pese a que está dentro del PJ y puede hacer la interna por dentro del partido. Pero al ex jefe de Gabinete no le perdonan haber sido el mentor de los Ocho y sus declaraciones en Wikileaks. Es que lo que está prevaleciendo no es el criterio político de la representatividad fundamentado en que el valor de cada uno está basado en los votos que puede juntar, sino que el precio está dado por la adscripción al modelo y la obediencia a la cabeza mayor.

Frente popular

En el frente encabezado por la fórmula Duhalde-Das Neves, la situación es un poco más simple o menos compleja. En lo local, Mingo Vitale ya viene remando desde hace tiempo en el espacio y exhibe a Raúl Sabbatini como su candidato a intendente, dispuesto a negociar con Mario Cura todo lo que se ponga en juego.

El curismo, sin embargo, está en el frente pero trabajará por separado del sector que lidera Mingo. De todos modos armarán su propia lista local con gente de su palo, en tanto que Mario Cura buscará su reelección encabezando la lista seccional.

El legislador cuenta con Martín Acosta en Tapalqué, con Nicolás Lasa, en 25 de Mayo, entre otros, y calculaba contar con Agustín Carús, un macrista que pegó el salto al denarvaísmo y armó un lío sistémico en el escenario político azuleño.

Es que el radical Leandro Prat había empapelado todo Azul con su candidatura a intendente y de pronto De Narváez le levanta la mano a Carús y lo pone en carrera por el mismo objetivo. ¿Qué hace Prat después de esto?, nadie lo sabe. Lo cierto es que el concejal dejó una bronca tremenda tanto en el radicalismo como en el Pro, que han quedado muy descolocados después de la movida de Carus.

Incertidumbre

Al cierre de esta edición parecía estar definido que Ernesto Cladera jugaría dentro de la alianza entre la UCR y Francisco De Narváez. Marcelo Urlézaga, referente local del "Colorado", se entusiasmó con esa posibilidad y recordó la alianza que hicieron en el Concejo Deliberante local, cuando le arrebataron la presidencia del cuerpo al oficialismo.

En el radicalismo local se esperó con mucha ansiedad a lo largo de todo el día la definición que tomaría Ernesto Cladera. El escenario en el comité de la calle 25 de Mayo es por demás conflictivo. Les ha costado mucho digerir la alianza con De Narváez pero, después de la convención de Avellaneda, no les queda otra alternativa que aceptarla.

La oposición a la conducción que lidera Mariano Arrieta inició hace un par de semanas una fuerte arremetida. Con una paradójica actitud ya que algunos de ellos habían respaldado la candidatura de Roberto Lavagna en 2007, enarbolaron la bandera de la pureza radical y la opusieron al acuerdo con De Narváez.

Dentro o fuera de esa estrategia, la vocal, Mercedes Germillac pidió por nota que se le diera alguna explicación "valedera (no subjetiva ni antidemocrática), (de por qué) no fue acatada y plasmada la decisión tomada en la última reunión de comisión directiva del día 07/06/2011 de publicar un documento en el que manifestábamos nuestro compromiso a nivel local de no acordar con gente del grupo político que responde al señor De Narváez". Hablaba de una supuesta "falta de idoneidad para ejercer el cargo que poseen algunos miembros de la actual Comisión Directiva" y reclamaba "que se tomen medidas disciplinarias (para el) Presidente y Secretario".

Germillac se refería a la famosa nota que no alcanzó a llegar a los medios de comunicación a pesar de que se había decidido hacerla llegar para que se conociera públicamente la posición frente al acuerdo con el denarvaísmo.

Tranquilidad sabbatellista

El sabbatellismo, en cambio, tiene un panorama mucho más tranquilo. A las 20 de ayer, y con la firma de Saúl Bajamón, su partido vecinal Olavarría en movimiento se incorporaba a un mismo frente electoral con Nuevo Encuentro.

Por lo tanto, el sabbatellismo consumaba a esa hora con lo que había venido trabajando desde hace tiempo y sin problemas mayores. Efectivamente, de movida nomás, ambos espacios se pusieron de acuerdo y desde entonces mantuvieron un romance indestructible.

Ni siquiera las intemperancias de Luis D'Elía y la ruptura provincial pudieron minar las bases de este acuerdo que desde un comienzo marchó sobre rieles.

De todas maneras, el candidato a gobernador debería ahora pelear para incluir en la lista de diputados nacionales a algunos de sus hombres, entre ellos Jorge Basteiro y Hugo Cañón, ya que, y tal como lo adelantara este Diario, le fue advertido que el Gobierno no quiere más que la lista oficial en la Provincia.

En Olavarría, la boleta llevará los dos logos, también el de "Olavarría en movimiento", con la candidatura de Saúl Bajamón para intendente, algo que el sabbatellismo no puso nunca en discusión. Supuestamente, y es algo que la gente de Nuevo Encuentro da por descontado y festeja de antemano, la lista local iría pegada el 14 de agosto con la de Cristina y obviamente la de Martín Sabbatella en la Provincia.

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