Incertidumbre en el comercio y la industria para lo que resta del año

Incertidumbre en el comercio y la industria para lo que resta del año

El impacto del cambio de las variables económicas retrajo las ventas y demora los procesos de inversión. Esperan medidas para generar confianza en el mercado.

Después de un primer trimestre con niveles de actividad que invitaban al optimismo, el comercio y la industria, sobre todo la minorista, se llenaron de incertidumbre a partir de la caída de ventas que produjeron los cambios en la economía.

“En el primer trimestre hubo una temporada que no fue tan mala como pensábamos que iba a ser, con niveles de actividad que disminuyeron con respecto al año anterior pero no tanto. Y feriados como los de Carnaval y Semana Santa muy buenos”, analiza Raúl Lamacchia, presidente de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción (UCIP).

Enseguida marca diferencias: “En el segundo trimestre salieron a superficie temas estructurales que no han sido solucionados. El incremento de tarifas, la inflación y sobre todo la crisis cambiaria generaron un proceso de incertidumbre y se profundizó la desconfianza”.

Esas sensaciones se reproducen en las encuestas que hace la UCIP entre sus asociados. “La gente está muy preocupada y no tiene una actitud positiva como podía tener ante lo que viene”, señala. Y particulariza: “El sector comercial está mal. La última encuesta que hicimos nos dio un porcentaje muy alto de problemas de desenvolvimiento comercial. La industria también tiene sus problemas: el tema de las importaciones pesa mucho”.

A su entender, “se estaría generando un proceso recesivo y, si no hay medidas que reviertan esta situación, se puede profundizar”. “Esperamos que haya medidas que marquen el rumbo para salir de esto”, insiste.

Ignacio Mesa, presidente del Parque Industrial, aclara de antemano que la situación varía depende el sector: “En el Parque Industrial hay empresas alimenticias, farmacéuticas, metalúrgicas. Cada una está envuelta en diferentes problemáticas”.

Pero no elude trazar un panorama general, del que también se desprenden dos momentos puntuales: “Veníamos en un ritmo de crecimiento de la industria, se veía una mejora en el consumo y la exportación de varias empresas; el empleo registraba un aumento lento pero más o menos constante, y la verdad que en estos dos últimos meses, con estos impactos del tipo de cambio, se retrajo la actividad”.

Las listas de precios se están ajustando al nuevo valor del dólar. “Este impacto recién se empieza a sentir. Afecta sí o sí los costos de los productos y se tienen que trasladar a precio, lamentablemente”, explica Mesa.

Menciona además que “los procesos de inversión llevan mucho tiempo y en el Parque hay varias empresas con idea de expandirse”, pero “esta situación cambia un poco las variables”.

El dirigente subraya que en el Parque Industrial no sólo se mira lo que ocurre en el mercado interno, sino además las derivaciones que puede tener la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que “afecta a muchas variables de la economía argentina”.

Mesa marca “un enfriamiento” de la actividad económica, pero sostiene que las empresas con perfil exportador (el 60% en el Parque) compensan con el aumento del dólar: “Les favorece el tipo de cambio”.

“Allí se equilibra la expectativa. Pero no creo que sea bueno el segundo semestre. Esperemos que esto sea lo más corto posible y que sigamos con las buenas expectativas que teníamos desde el año pasado”, agrega.

Pesca: pronóstico reservado por la conflictividad laboral

Fue uno de los sectores que se benefició por la modificación del tipo de cambio. La ecuación es simple: la pesca exporta el 90% de su producción y el incremento del dólar significa un incremento de los ingresos para pagar la actividad. Pero en el sector preocupa la conflictividad laboral, por lo que el pronóstico para lo que resta del año tiene claroscuros.

“La mejora en el tipo de cambio lamentablemente se pierde por otro lado. Porque si no hay tranquilidad y seguridad para trabajar, no se hace efectiva”, interpreta Fernando Rivera, presidente de la Cámara de la Industria Pesquera Argentina (Caipa).

El dirigente cuestiona la dispersión sindical: “La actividad tiene muchos gremios, los reclamos no se hacen en forma orgánica, en cada puerto hay alguna persona a la que se le ocurre reclamar algo”.

Menciona que “todo eso complica” el panorama “porque cada reclamo es mediante alguna medida de acción directa”, lo que impide “trabajar con continuidad”.

Un costado positivo para la industria es la posibilidad de pescar langostino en el sur. “Es una pesca que tiene rentabilidad”, ratifica Rivera. Y sostiene que no sólo se benefician las empresas: “Hay tripulantes que están ganando $ 100.000 por viaje. Son cifras astronómicas. A pesar de eso, todos los días hay reclamos. Entonces, no se puede trabajar de esa forma”, insiste.

A su juicio, las ventajas tampoco se pueden aprovechar por completo debido a medidas que tomó Prefectura después de los hundimientos de los buques Repunte y Rigel. “Puso en funcionamiento un sistema que nosotros consideramos muy grave: permitió que cualquier persona pueda denunciar a un 0800 en forma anónima cualquier anomalía que pueda tener un barco. Nos parece bien que la persona que quiera denunciar un hecho lo denuncie, pero que ponga nombre y apellido, porque puede ser que lo que denuncie no sea cierto”, advirtió.

“Lo que trae aparejada la denuncia anónima es que la Prefectura tiene que revisar todo el barco, verificar las condiciones, y a lo mejor se encuentra con que está perfectamente bien, pero todo eso significa el barco parado uno, dos, tres o cuatro días”, lamentó, y aclaró: “Con esto pierde la empresa y también los embarcados”.

Turismo: buenas expectativas y reclamo por los impuestos

Los destinos nacionales, como Mar del Plata, tienen pronóstico alentador con el aumento del dólar: cada vez es más caro viajar al exterior. Y otras medidas, como la desregulación de los precios mínimos de las low cost, imprimen en los operadores turísticos una perspectiva optimista.

El presidente de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica, Avedis Sahakián, no duda: “La suba del dólar va a impactar positivamente en el turismo de nuestro país. Siempre ha favorecido al turismo interno”.

Lo mismo que “las desregulaciones de precios”, como la que se empezará a materializar a mediados de agosto para las empresas aéreas y podría imitarse en las compañías de micros. Según Sahakián, “favorecen la competencia”.

No quiere decir que el sector turístico tenga un camino repleto de luces hacia el final del año. También aparecen las sombras. “Tenemos una serie de dificultades, como la ley de accesibilidad, que está generando muchos problemas, y la cuestión impositiva, que está afectando fuertemente”, dice Sahakián.

La entidad tiene una postura clara sobre el impuesto inmobiliario: “Un hotel es una unidad productiva, equivalente a una fábrica, y hay que tratarlo de esa manera, no como si fuera un objeto suntuario”.

El mercado inmobiliario, ante un escenario más complejo

El incremento constante de las escrituras a partir del impulso a los créditos hipotecarios se diluyó en mayo, cuando el mercado inmobiliario empezó a sentir la escalada del dólar.

El balance en el sector inmobiliario del primer semestre tiene dos momentos marcados. “Comenzamos el año con una expectativa y un panorama bueno. En el primer cuatrimestre, los números de crecimiento del mercado inmobiliario estaban apoyados en un 45% de escrituras gracias al crédito hipotecario. A partir de mayo el crédito hipotecario se paralizó”, señala el martillero Diego del Valle. “El anuncio del Presidente de que íbamos al Fondo Monetario Internacional generó un cimbronazo con el cual se ha dado una caída que nadie preveía a partir de mayo, junio y julio. Hubo un cambio en las reglas de juego. Ha sido una desilusión”, lamenta.

El segundo semestre, a su entender, mantendrá la lógica del último tramo del primero: “Va a ser muy complicado, vamos a necesitar volver al valor confianza, que es lo que se rompió mucho”.

Mejor perspectiva para el campo

El presidente de la Sociedad Rural, Esteban Area, calificó de “complejo” el primer semestre a partir de la disminución de los rindes de soja y maíz, pero dijo ver “con expectativas muy grandes el avance de la siembra de trigo”. En la primera parte del año hubo “menores rendimientos a los esperados” como consecuencia de la sequía.

Pero el panorama agrícola se presenta mejor para lo que resta del año. “El productor se vio beneficiado por una suba del tipo de cambio, obtiene un precio superior de todo lo que se exporta. Pero estamos en un precio internacional de la soja y la commodities en general de los más bajos de los últimos años”, aseguró.

La siembra de trigo despierta entusiasmo. “Estoy viendo expectativas muy grandes, hay un avance importante de la siembra con respecto del año pasado debido a condiciones climáticas favorables para el desarrollo de los cultivos y precios futuros muy interesantes en dólares”, indicó. “Además, se está sembrando la cebada, con características similares: acompaña el tipo de cambio y habrá buen precio”, agregó.

La ganadería presenta un panorama menos auspicioso. “El costo de producir un kilo de carne está más alto que el precio de venta. Esa situación hace que haya menos inversión y los feedlots no estén ocupados en su totalidad”, explicó Area.

Por su parte, “la producción de pollos, huevos, cerdos y tambos tienen una situación delicada porque producen para el mercado interno, los precios de venta de los productos son en pesos y los costos están muy relacionados con el tipo de cambio”.

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