Los importadores financian y subsidian exportaciones para compensar sus balanzas

Compran producción a exportadores y operan por cuenta de terceros

Por Patricia Valli.

El requisito de exportar un dólar por cada dólar que se quiera importar convirtió a los importadores en virtuales financistas del comercio exterior en los últimos meses. Las cámaras del sector, en tanto, tienen entre sus actividades estelares los cursos y charlas sobre cómo exportar por cuenta de terceros, por ejemplo, mecanismo con el que muchas empresas sortean el requisito de vender al exterior para poder traer productos de afuera.

El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, exige a los importadores que se compensen las compras con exportaciones, proyectos de inversión o aumentos de personal.

Esto hizo que en algunos casos los importadores terminaran siendo los financistas que tanto reclama el sector, que no encuentra en los bancos las condiciones que les gustarían. “Se dan casos donde las empresas necesitan el financiamiento para poder exportar y encontraron importadores que les dieron el ‘crédito’ necesario”, explicó el gerente de la Asociación de Importadores y Exportadores (AIERA), Adriano De Fina.

En otros casos, los empresarios que quieren traer productos del exterior se contactan con empresas nacionales que están en condiciones de exportar o que exportaban, pero que quedaron “fuera del mercado” por “la diferencia del tipo de cambio o la pérdida de competitividad”. La solución, contrato mediante para presentar en la Secretaría de Moreno, fue que el importador “subsidie” el precio según lo que establece el mercado internacional. Así, el fabricante vende el producto según sus costos y el importador lo coloca en el exterior con un margen de “pérdida”. Su ganancia, en tanto, estará en la importación que podrá realizar con el visto bueno de Comercio Interior.

Entre las empresas que realizan el contacto entre las partes hay traders y consultoras que cruzan la oferta de importadores y exportadores.

El camino más transitado, no obstante, es el de las exportaciones, aunque con atajos. “Salir a buscar mercados en el exterior lleva tiempo y las empresas lo solucionan como pueden”, reconoció De Fina. Así, lo más simple es salir a buscar empresas que están exportando para comprarles la producción y venderla o, en otros casos, operar “por cuenta de terceros”.

Con ese esquema no se logra un aumento de exportaciones sino que es una simple sustitución de la firma que exporta. Y como la trampa se popularizó en el último año, la Secretaría de Comercio Interior adaptó la norma. Moreno acepta los acuerdos privados como comprobantes del compromiso de exportar, pero pide, no obstante, que el acuerdo sea incremental.

Mientras tanto, en las cámaras, las vacantes para los cursos de exportación a través de terceros se agotan. “Por lo general son importadores que tienen declaraciones juradas anticipadas [DJAI] frenadas. También hay cámaras de maquinaria o herramientas que tienen problemas para ingresar insumos”, explicó el representante de AIERA, que da uno de estos cursos.

Estas herramientas “permiten a los pequeños productores insertarse en los mercados externos. Su uso dentro del plan de compensación de importaciones permite superar las actuales restricciones”, según indica la consultora de comercio exterior Tarifar, que el miércoles brindará un curso sobre el sistema de exportación por cuenta de terceros después de agotar la clase anterior. La Fundación Standard Bank y las cámaras de comercio exterior provinciales son otros de los lugares a los que concurren los importadores.

“El régimen permite y hace muy sencilla la operación de exportación en grupo, unificando a través de un intermediario los distintos productos y volúmenes aportados por cada miembro, en una sola operación, con una trazabilidad absoluta por cada CUIT interviniente”, según explica también la Fundación Export.Ar en las presentaciones que se realizan en todo el país. Para el fabricante o dueño de la mercadería simplifica la operación, porque no debe estar registrado como importador o exportador, mientras que los plazos de pagos a convenir con un importador ávido de un acuerdo son menores que los del exterior.

Convierten en “opcional” el seguro en el puerto

En una nota que circuló a las terminales del Puerto de Buenos Aires, la Administración General de Puertos (AGP), informó que el sistema TAP, el seguro para la guarda de camiones en el puerto que creó el Instituto Verificador de Transporte (Ivetra) -vinculado en ese momento a Hugo Moyano-, es "opcional".

Después del traspaso de la secretaría de Transporte al Ministerio de Interior, la Administración General de Puertos -ahora en manos de Sergio Borelli- rescindió el contrato de Ivetra -que cobraba u$s17 por contenedor- y lo intimó abandonar el puerto en 90 días. Ahora, además, la administración portuaria aclaró que el certificado TAP que para muchos operadores era casi obligatorio o formaba parte de un paquete de servicios de la empresa que estaba dirigida por el abogado de Moyano, Daniel Llermanos, no es necesario.

En tanto, la creación del Consejo Consultivo Portuario, que busca emular al Aduanero con la participación de las cámaras de sectoriales, fue bien recibida por los empresarios y operadores.

La medida se justificó como una forma de "brindar mayor competitividad a los puertos de la Nación", como señala la disposición del Ministerio del Interior que creó el Consejo en el que participarán las cámaras de exportadores, importadores, logísticas, navieras y de despachantes, entre otras.

"Da esperanza de que se termine la connivencia entre las terminales y la AGP", indicó una fuente del sector.

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