La importación lenta complicó la exportación

La importación lenta complicó la exportación
Empresarios industriales locales entienden que aún no se resuelven las demoras en los trámites para comprar insumos. El encarecimiento de precios y la imposibilidad de cumplir los compromisos comerciales hacen decaer la competitividad.
Exportadores de vinos y derivados, frutas y maquinaria industrial consideran que los retrasos en los trámites para acceder a la importación de insumos siguen dificultando la producción de bienes que se comercializan desde Mendoza hacia otros países.

A nivel nacional las exportaciones cayeron en febrero 6% –principalmente por una menor venta de granos y un poco más atrás de productos industriales–, mientras que las importaciones crecieron 2%, traccionadas por la compra de combustibles (los dólares se reservan a este sector).

Y en estas tierras el impacto lo reportan, sobre todo, las pequeñas y medianas empresas. “La caída de las exportaciones está muy ligada al freno de las importaciones para los pequeños sectores industriales. La pérdida de competitividad de éstos en el plano internacional tiene que ver con su dificultad para cumplir con sus compromisos comerciales por las demoras en la aprobación de las importaciones de insumos del exterior. Se suma la suba de precios de los bienes necesarios para producir”, explicó Miguel Ponce, de la Cámara de Importadores de Argentina.

En 2012 se definió como requisito para importar bienes el régimen de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), cuya aprobación depende de la AFIP y la Secretaría de Comercio Interior, que ahora conduce Augusto Costa. El principal inconveniente fueron los retrasos por la acumulación de pedidos registrados, hecho que desde el Gobierno señalaron como resultado de “la especulación del sector empresarial para stockear”.

Horizonte poco claro

“El 82% de lo que se importa es para producción; si vos frenás esa posibilidad de comprar, cae la exportación”, dijo el referente nacional de la Cámara de Importadores.

En el ámbito local, el problema replica en actividades industriales. Juan Carlos Pina, de Bodegas de Argentina, mencionó la situación de bodegueros que tienen en sus manos productos que no resisten demoras en la llegada de los insumos del exterior. “Esta mañana recibí el llamado del dueño de una importante bodega local porque están frenadas dos parartidas de barricas de roble francés necesarias para reservar el vino. Si me decís que estás importando algo que se produce en el país, es entendible, pero aquí la necesidad es acuciante por el tipo de producto del que se trata”, ejemplificó Pina.

El referente vitivinícola explicó que pese a este tipo de situaciones, siguen gestionando las DJAI con la ayuda del Ministerio de Agroindustria de Mendoza y que la demora es de dos meses. Sobre la especulación que se les adjudica a muchos empresarios industriales, Pina agregó: “La mayoría de las cosas que compramos son para exportar (papeles para etiquetas, tintas, tapones de corchos), no hay especulación de ninguna índole”.

El panorama es desalentador para Orlando Dal Pozzo, de Albion SA, empresa que fabrica y vende máquinas para el procesamiento de frutas y hortalizas. En junio de 2013 dejaron de importar insumos y cambiaron la operatoria: decidieron que las piezas faltantes de las maquinarias fueran colocadas directamente en el país al que se le exportaba. “Fue una salida frente a las desesperación, para no perder la posibilidad de vender”, dijo el empresario que vende a Chile, Brasil, Perú y Ecuador, y consideró que “los tiempos del trámite y el encarecimiento de precios nos dejan fuera de competencia. Si quisiéramos sustituir la importación de esas piezas con otras hechas en el país no habría forma de competir con los estándares mundiales”.

Sustitución

Camino. Hace un par de semanas la ministra de Industria, Débora Giorgi, anunció un plan orientado a incrementar la inversión y las exportaciones y profundizar el proceso de sustitución de importaciones.

Objetivo. Entre las metas remarcó “un programa intensivo y agresivo de sustitución de importaciones” y dijo que los empresarios presentarán “los insumos que en corto, mediano y largo plazo sean pasibles de tener una sustitución de importaciones virtuosa”.

44 millones de dólares fue el superávit que registró en febrero la balanza comercial, el 91,6% menos que en el mismo período de 2013, según informó el INDEC.

6% fue la caída de las exportaciones debido al derrumbe de la venta de cereales (-54 por ciento), mientras que las importaciones crecieron 2%, impulsadas fundamentalmente por las compras de combustible, que treparon 43%.

El BID financiará obras municipales y becas en nuestro país

Convenio

El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof, suscribieron convenios con el BID, en la asamblea anual del organismo de crédito que se desarrolla en Brasil. Es para financiar obras municipales y becas en todo el país.

Exceso de pedidos, lenta aprobación

Hace dos años se determinó que la condición para comprar bienes fuera del país sea adherir al régimen de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), cuya aprobación pasa primero por la AFIP y luego por la Secretaría de Comercio Interior. El problema fundamental lo constituyeron las demoras por la acumulación de pedidos registrados frente a los tiempos de aprobación.

Luego se decidió que para financiar las importaciones con dólares del Banco Central haya un régimen de acuerdo con el volumen a importar. Así, las grandes compañías que quisieran adquirir cualquier tipo de producto o pagar servicios deberían valerse de sus dólares propios, tomar créditos internacionales o financiarse con ayuda de las casas matrices, una especie de “autogestión”.

Aunque muchos vieron esta decisión como “otra medida restrictiva”, Augusto Costa salió rápidamente a aclarar que “no es una condición indispensable para poder importar”, sino una forma de colaborar “con la política de administración de las divisas en curso, para garantizar su uso más conveniente desde el punto de vista social”.

Lo que el Gobierno intenta es preservar las reservas en dólares y evitar stockeo de mercadería: cuando se impuso como exigencia las DJAI, el promedio de pedidos de autorización para importaciones era de 2.800 a 3.000 por día, que ascendían a 5.600 y 6.000 cuando Guillermo Moreno dejó la Secretaría de Comercio Interior.

Su sucesor, Costa, se encontró con 17.000 de estos pedidos. “Nos comprometimos a que los socios de la cámara anulen pedidos mellizos (los multiplican para tener más posibilidades de ser aprobados), pero explicamos que para las pymes no es un espíritu de especular y hacer stock, sino de recomponer todo lo perdido y que está en falta por las restricciones”, sumó Miguel Ponce, de la Cámara de Importadores.

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