¿Una imagen a prueba de agua?

¿Una imagen a prueba de agua?

Mar del Plata sufrió una inundación sin precedentes: en cinco horas llovió más de lo que habitualmente llueve en todo el mes de abril. Se trata de un fenómeno incontrolable, pero al mismo clave para la política.

 

Caso 1: todos recuerdan aquellas fotos del exintendente Daniel Katz con  su piloto amarillo, mientras recorría zonas inundadas de Mar del Plata. Y le achacan buena parte de la popularidad que todavía hoy mantiene.

Caso 2: otro exintendente, Gustavo Pulti, todavía se lamenta porque el día de las Paso 2015 se desató un temporal en Mar del Plata. La gente tuvo que embarrarse para ir a votar y, en muchos casos, emitieron su voto en escuelas inundadas. Ninguna encuesta había anticipado la derrota aquel día del candidato del Frente Marplatense, que luego se ratificaría en las generales de octubre.  

Es difícil anticipar si el temporal de las últimas horas tendrá impactos electorales en algunos meses. Todas las miradas están puestas en la secretaria de Desarrollo Social Vilma Baragiola, casi segura candidata del oficialismo, que el domingo, con más de 150 evacuados en Mar del Plata, se subió a un avión para irse de vacaciones a Río de Janeiro.

Nadie duda que no se podía prever lo que ocurriría ese fin de semana. A partir de ese hecho “mala suerte” de la funcionaria que planificó el viaje con un par de meses de antelación y no fortuito, surgen dos posturas bien diferenciadas: aquellos que entienden que se haya ido y aquellos que creen que debió quedarse.

Está claro que un funcionario público no es un ciudadano común, por ende no puede recibir el mismo tratamiento que una persona que trabaja, por ejemplo, en una empresa. Por eso, quien escribe estas líneas, cree que la secretaria de Desarrollo Social debió permanecer en la ciudad. Pudo haber cambiado los pasajes y, pese a la pérdida económica que eso significa, haber cumplido con su responsabilidad.

Fuera de cualquier idealismo, esa decisión también era estratégica para una dirigente política que este año tiene intenciones de ser candidata. La funcionaria es, además, la mejor posicionada en todas las encuestas por lo que es consciente de que sus opositores buscarán argumentos en cualquier lado para “bajarla”. Su viaje les facilitó el trabajo.

El pultismo, como era de prever, fue el sector que salió a cuestionarla con mayor dureza, a buscar instalar que en el momento más difícil la secretaria de Desarrollo Social se borró. A esas declaraciones públicas se sumaron los habituales memes desde el anonimato de las redes sociales. 

Estas críticas de Acción Marplatense surgen en un momento de convulsión interna. Este miércoles, el concejal y presidente del partido Santiago Bonifatti lanza su línea interna para tomar más distancia del exintendente Gustavo Pulti. En el acto mostrará a algunos dirigentes que lo acompañan en esta escisión: su compañero de bloque Héctor Rosso y el exfuncionario de Cultura Juan Rey, entre otros. La mayoría todavía sigue de la vereda pultista, pero esperan que una vez dado el primer paso más dirigentes y militantes que no están conformes con la conducción del exintendente se incorporen al espacio.

El objetivo del nuevo espacio es mostrar que existe vida en Acción Marplatense después de Pulti. El exjefe comunal, mientras tanto, no piensa en la vida partidaria sin él y avanza en su propia estrategia electoral. Muestra a Marcelo Artime y Leandro Laserna como los precandidatos a concejales, pero por detrás se alimenta cada vez más la posibilidad de su candidatura. “Va a pasar lo mismo de siempre: llega a la recta final y el único que mide es él”, dicen desde la nueva línea de AM.

Más cerca del jefe comunal no descartan una candidatura a senador por la Quinta Sección Electoral. La pregunta aquí es por qué partido. “Habló con todos. Con encuestas en la mano que muestran que todavía tiene un caudal de votos importante, se reunió con kirchneristas duros, randazzistas, socialistas y hasta con el vidalismo”, deslizan.

La idea de competir con una boleta corta, aunque no está descartada, sería dar mucha ventaja en una elección que tendrá muchos condimentos nacionales. Mientras estas estrategias se definen, el núcleo duro del exjefe comunal en el HCD trata de desgastar al gobierno municipal y, fundamentalmente, a Baragiola.

Más allá de la defensa pública que realizó el secretario de Gobierno Alejandro Vicente sobre el viaje de Baragiola –Arroyo hasta el momento no habló sobre el tema-, Vilma perdió una gran posibilidad el martes: la foto con María Eugenia Vidal. En el ámbito Cambiemos, la gobernadora sigue siendo el tractor que empuja a todo el espacio y su fugaz visita por el centro de evacuados de Mar del Plata hubiese significado un espaldarazo para la secretaria de Desarrollo Social.

“¿Quién te dijo que se hubiera sacado una foto con Vilma si hubiera estado acá?”, pregunta una fuente cercana a la mandataria provincial. Hay muchos indicios para sospechar que la inquietud tiene asidero: el equipo de prensa de Vidal hizo denodados esfuerzos para mantener lo más secreto posible el desembarco de la gobernadora en Mar del Plata. “Sí, va para allá, pero no sabemos ni hora, ni lugar”, repetían ante la consulta de los medios.

Y lo que pasó una vez acá fue más evidente: en las tres imágenes que envió la prensa oficial de la gobernadora con el comunicado, en una, de refilón, se podía ver al intendente Arroyo.  En el resto, era la gobernadora con la gente. “Ella tiene claro que una foto implica mucho y no las va a regalar así nomás”, cuentan.

En ese contexto, hay quienes se entusiasman para disputar la representatividad de Vidal en Mar del Plata. Lucas Fiorini, por caso, quiere ocupar ese espacio. No es el único, claro, pero es el que tiene el aval del poderoso ministro de Gobierno Joaquín De la Torre.

Lo cierto es que nadie puede afirmar que Baragiola hubiese podido obtener una foto con Vidal, junto a los damnificados. Pero algo sí es seguro: a 3.000 kilómetros de Mar del Plata es imposible.

La situación se produjo cuando todavía falta un tiempo prudencial para la definición de las listas y, mucho más, para las elecciones. Habrá que ver si esta situación reproduce lo que vivió Vilma con el famoso video o se convierte en un tropezón sin consecuencias.

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