Un ícono mundial de la libertad y de la paz que tiene pocos herederos en el mundo

Algunos se convirtieron en símbolos por sus penurias, pero carecen del peso de Mandela

La muerte de Nelson Mandela deja a un mermado número de figuras mundiales representantes de la libertad y la lucha contra la opresión, y a un mundo cambiante que hace muy difícil que cualquiera pueda acercarse al poder icónico de Madiba.

Hay algunos que se convirtieron en símbolos de la libertad por sus penurias, como la ex prisionera político Aung San Suu Kyi, de Myanmar; el Dalai Lama, y, más recientemente, Malala Yousafzai, la joven paquistaní devenida activista de los derechos civiles.

Pero Mandela, el revolucionario negro que emergió de 27 años de encarcelamiento para abrazar a sus opresores blancos y ponerse a la cabeza de una nueva Sudáfrica, puede ser el último de una casta por toda suerte de razones, incluidas las circunstancias de su heroísmo, su extraordinario éxito y la llegada de una era en la que las flaquezas de los héroes suelen quedar al descubierto.

"Vivió y trabajó en un contexto y en un período histórico en que sus extraordinarias cualidades personales lo ayudaron a cambiar su país, con repercusiones en todo el mundo", dijo Daniel Calengaret, vicepresidente ejecutivo de Freedom House, un grupo de control ciudadano que promueve la libertad en todo el mundo.

"Es difícil pensar en alguien que haya sido tanto una figura icónica de la disidencia local y, al mismo tiempo, un personaje central en la construcción de un nuevo sistema", agregó Calengaret.

Suele mencionarse a Mandela en la misma línea que a Mahatma Gandhi y Martin Luther King, quienes también transformaron sus países a través de la no violencia. Pero a Gandhi y a King los mataron antes de que pudieran ver sus sueños realizados.

Suu Kyi, líder del movimiento prodemocrático de Myanmar, estuvo encarcelada por el régimen militar durante 15 años, hasta que la liberaron y ganó un escaño en el Parlamento. Sin embargo, Suu Kyi se debate en una arena política en la que no existe un crudo racismo como en el de la Sudáfrica del apartheid .

"Ella representa el final de una dictadura, no el final del sistema racista", señaló Dores Cruz, profesora de antropología de la Universidad de Denver.

Cruz explicó que el desmantelamiento del comunismo por parte del líder soviético Mikhail Gorbachov es comparable al fin del apartheid gracias a Mandela. Pero Gorbachov no sufrió una persecución personal.

Cruz señaló que la imagen de Mandela fue cuidadosamente construida con fines políticos en la Sudáfrica anterior a la era de Internet, y luego fue lustrada por los medios de prensa internacionales, los músicos y Hollywood.

"El impacto que ha tenido en la imaginación histórica no es comparable con el de nadie", dijo Cruz. "Nadie tiene su dimensión icónica ni su estatus histórico."

NO VIOLENCIA

El Dalai Lama, la personalidad del budismo que busca por la no violencia la restauración de la independencia de Tíbet por parte de China, ha vivido en el exilio más de 60 años. Y en la reivindicación tibetana hay un aspecto racial o étnico, ya que China pretende borrar la cultura tradicional tibetana y reemplazarla por la cultura de los han de China.

"Como Mandela, el Dalai Lama representa las décadas de sufrimiento de su pueblo. Y articula una posibilidad pacífica en respuesta a la violencia y la agresión", dijo William Edelglass, profesor de filosofía del Marlboro College.

Pero a sus 78 años, y con China firmemente al mando, es improbable que el Dalai Lama llegue a ver la libertad en Tíbet. Y su religión budista lo aparta de Mandela, que gozaba de una especie de santidad secular que trasciende las diferencias religiosas.

Malala, la estudiante paquistaní de 16 años, alcanzó fama mundial el año pasado cuando los talibanes intentaron matarla por defender la igualdad y educación para las mujeres. Al enterarse de la muerte de Mandela, Malala lo llamó "mi líder".

En el pasado, otros políticos sufrieron para reformar regímenes opresivos. Lech Walesa, en Polonia, o Vaclav Havel, en Checoslovaquia. Pero la cima de sus carreras llegó en el momento cuando el viejo régimen se tambaleaba, observó Calengaret.

"En cierto sentido, los mayores logros de Mandela fueron como presidente", dijo. "Estaba arriba de todo, y eligió pugnar por la reconciliación y la inclusión."

El ascenso de Mandela podría haberse complicado de haber ocurrido durante la era de Internet. Mandela tenía sus flaquezas, incluida la infidelidad y un pasado de violencia, pero fueron pasados por alto. El volumen y la velocidad de la información que viaja actualmente por el mundo hacen imposible que un líder ascienda tan alto sin que sus flaquezas sean amplificadas.

"Una de las cosas que hace único a Mandela son todos esos años en prisión, cuando realmente no podía hacer nada malo. Y vivió antes de la era de la conectividad", dijo Edelglass.

Edelglass cree que existe potencial para que aparezca un Mandela que luche por la democracia en China. "Pero sabríamos todo de esa persona, todos los errores pasados."

"No me gustaría decir que no hay más figuras como Mandela en el horizonte. Espero que las haya", añadió Edelglass. "Pero el mundo actual es mucho más complicado."

DOS REFERENTES DE HOY

El Dalai Lama y Malala, símbolos de distintas luchas

Dalai Lama / Líder espiritual del Tíbet

Referente del budismo, el Dalai Lama busca por la no violencia la restauración de la independencia de Tíbet, hoy territorio perteneciente a China; vivió en el exilio más de 60 años

Malala / Activista paquistaní

Esta paquistaní de 16 años alcanzó renombre mundial el año pasado cuando los talibanes intentaron matarla por defender la igualdad y la educación para las mujeres

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