El senador provincial del Frente Renovador Sebastián Galmarini le pidió al intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, “que salte el cerco” para pasarse a las filas del diputado nacional Sergio Massa.

Independientemente de lo que haya contestado Curto (dijo que no), lo llamativo es analizar que el metalúrgico es el único peronista de la zona noroeste que se quedó en el kirchnerismo.

Hombre orgánico y vertical, Curto parece haber roto el molde que tentó a su par de Merlo, Raúl Othacehé; a su par de San Miguel, Joaquín de la Torre; de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino; de Pilar, Humberto Zúccaro; de San Martín, Gabriel Katopodis; de Hurlingham, Luis Acuña, y de San Fernando, Luis Andreotti.

El jefe comunal de Tres de Febrero no se dejó llevar por lo cantos de sirena y permaneció en el Frente para la Victoria y colabora intensamente con el gobernador Daniel Scioli para que sea presidente de la Nación.

Quizás, las encuestas por el momento le estén dando la razón a Curto, porque todo parece indicar que Massa no gana en primera vuelta y es algo que en el Frente Renovador lo tienen asumido.

Se sabe que el flanco débil del massismo es el interior del país, donde no ha logrado tentar al peronismo como lo hizo en la Provincia de Buenos Aires, que hasta el momento parece ser su territorio conquistado.

Como en aquella genial historieta francesa de Goscinny y Uderzo, Curto como Astérix, es el representante de una pequeña aldea que vuelve loco a Julio César porque no la puede conquistar.

Así, el intendente de Tres de Febrero parece ser el obscuro objeto del deseo de Sergio Massa, que le serviría para completar su mapa de la región con todas las caras que quiere, pero la de Curto parece ser “la más difícil” del álbum.

Política del Sur dialogó con un ex curtista de la primera hora ya pasado al Frente Renovador y este dirigente no dudó en afirmar que “sería un golazo sacarle al kirchnerismo un dirigente como Curto”.

La lectura que hizo es peronista de Tres de Febrero, consigna la posibilidad de provocar un golpe de efecto en un momento en que Massa parece estar estancado en las encuestas.

Curto lo sabe. El viejo caudillo del noroeste no da puntada sin hilo y no sólo, no le respondió a un senador provincial, sino que le contestó a un concejal massista (Martín Jofré), o sea, un rango menor en la escala del protocolo, lo que daría un significado de “ninguneo” al senador Sebastián Galmarini.

Así es el intendente de Tres de Febrero: polémico, controversial, provocador, impulsivo y ortodoxo. No quiso entrar en el debate con Galmarini para discutir de política partidaria, pero aceptó el convite de un concejal que inauguró un Centro de Monitoreo privado con la bendición del intendente Gustavo Posse, que apoya al edil que se enfrenta en el Municipio a la agrupación de los Galmarini, “La Perón Vive”, con lo que la interna de San Isidro se traslada a otros municipios.

Curto feliz de la interna massista en su Municipio. Hombre de mil batallas electorales, conoce el paño de las divisiones y debe estar descorchando un buen Malbec para celebrar que Galmarini y Posse le dividen un voto que lo beneficia a él.

Precisamente, en diálogo con el programa radial de este medio (Operativo Retorno por AM 1050), el ex concejal Eduardo Márquez opinó: “No debería haber internas en el Frente Renovador en Tres de Febrero, porque entre las PASO y el voto de Macri, creo que si vamos dividido terminaría ganando Curto”.

No hay mucho secreto en esta lectura: divide y reinarás. Quizás por eso Curto ni se molestó en contestar la provocación de Galmarini, porque por otra parte, el líder del PJ local, querrá que se lo pida el dueño del circo, Sergio Massa, pero el tigrense no se atrevería nunca a recibir un “no” como respuesta, por eso mandó una avanzada.

“No venimos a decirle al Intendente (Curto) que está todo mal, venimos a proponerle el futuro y a proponerle que no tenga miedo, que se anime a saltar el cerco y a acompañarnos y pensar que se puede construir una Argentina mejor”, desafío el senador Galmarini al pisar el terruño del metalúrgico. Curto no le contestó, pero tampoco le dijo que “no”.