Huelga de mujeres contra la prohibición total del aborto en Polonia

Proyecto de ley. Abogados religiosos buscan erradicar la terminación del embarazo en todos los casos, incluso violación. Las empresas dieron el guiño a sus empleadas para que protesten.

Organizaciones feministas y de derechos humanos pidieron a las mujeres polacas que hagan hoy huelga para protestar contra la iniciativa de prohibir totalmente el aborto. El sábado ya salieron a la calle en grandes manifestaciones contra una medida impulsada por un grupo de abogados religiosos organizados por “Ordo Iuris”, una organización cercana al Opus Dei y apoyada por el gubernamental partido ultraconservador PIS y por la Conferencia Episcopal polaca.

Universidades, varias grandes empresas y ayuntamientos como el de Varsovia y otras grandes ciudades como Gdansk, Lodz o Poznan dieron luz verde a sus empleadas para hacer huelga, la consigna: irvestidas de negro. Además del parón laboral, las polacas están llamadas a concentrarse en más de 50 localidades y esta mañana hubo concentraciones de emigrantes polacas en varias ciudades europeas, entre ellas en Bruselas frente a la sede de la Comisión Europea.

La legislación actual, aprobada en 1993, es ya una de las más restrictivas de Europa y sólo autoriza la interrupción del embarazo en caso de violación, incesto, grave enfermedad del feto o riesgo grave para la salud y la vida de la madre. El proyecto de ley del PIS trata de eliminar todas esas excepciones y hacer imposible el aborto de forma legal. Nunca un país de los 28 de la UE dio marcha atrás en sus leyes sobre el aborto.

La iniciativa intenta incluso limitar los casos en los que se puede hacer análisis sobre la salud del feto y condenar a quienes aborten –y a quienes les ayuden- a penas de prisión de entre tres meses y cinco años. Además, también dificulta la reproducción in vitro al hacer ilegal la congelación de embriones y permitir que se fertilice sólo un embrión. Miembros del PIS también quieren que se prohíba totalmente la “píldora del día después” y que se pene su venta con hasta dos años de prisión.

Los datos muestran que ahora mismo se hacen menos de 2.000 abortos legales en Polonia cada año –para un país con casi 40 millones de habitantes-. Es una de las tasas de aborto más bajas de Europa. Pero es un dato irreal, porque las organizaciones feministas aseguran que los abortos clandestinos superan los 100.000 cada año y, si se incluye a las polacas que viajan al extranjero para abortar –principalmente a Eslovaquia, la República Checa, Austria o Alemania- esa cifra se iría hasta los 150.000 abortos anuales.

En algunas regiones polacas es prácticamente imposible abortar de forma legal incluso en los casos aceptados por la ley, porque la legislación permite a los médicos invocar una cláusula de conciencia que les exime de practicar abortos.

Los últimos sondeos dicen que el 70% de los polacos quiere que se mantenga la ley actual, un 16% prefiere que se liberalice y sólo un 14% está de acuerdo con endurecerla. Los proponentes de la ley dicen que no tratan de limitar el aborto sino “la discriminación contra los niños antes de que nazcan”. Los críticos de la ley aseguran que el gubernamental PIS apoya la ley como recompensa a sus votantes católicos y que, de aprobarse, la ley tratará peor a la mujer violada que a su violador.

El Parlamento Europeo –que ya discutió sobre la deriva autoritaria polaca y su intento de controlar desde el gobierno al poder judicial y los medios de comunicación- debatirá la iniciativa legislativa el miércoles y el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas lo hará en su sesión del 17 ó del 18 de este mes. La primera ministro Beata Szydlo dijo que la UE no es quién para dar lecciones a Polonia.

Comentá la nota