El Hospital San Martín realizó el primer doble trasplante renal en la historia de la salud pública argentina

El Hospital San Martín realizó el primer doble trasplante renal en la historia de la salud pública argentina

Una mujer de 69 años de Berisso fue la primera paciente en recibir un doble trasplante de riñón en un hospital público argentino. El procedimiento puso de relieve la labor del equipo de Trasplante Renal del CUCAIBA que funciona en el hospital provincial San Martín, de La Plata, que realizó está compleja intervención el feriado del 1° de mayo, Día del Trabajador.

“El procedimiento duró siete horas, el doble de tiempo en comparación con un trasplante convencional, de un solo riñón, y requirió del trabajo de cuatro cirujanos, una instrumentadora, anestesiólogo y asistente”, explicó Fabián Taylor, jefe del Centro Regional de Ablación e Implante CRAI Sur, dependiente del CUCAIBA. Precisó que hoy, a nueve días de la cirugía, la paciente fue dada de alta y ya se encuentra en su casa en buen estado de salud.

De este modo, la mujer, que padecía de insuficiencia renal crónica, ya no tendrá que concurrir a diálisis durante cuatro horas tres veces por semana, hecho que mejora notablemente su calidad de vida.

“Un trasplante doble consiste en implantar ambos riñones a un mismo receptor. Es una situación excepcional en la cual se estima que el trasplante de un solo riñón, como se realiza habitualmente, puede no ser suficiente para lograr una sobrevida de injerto adecuada”, explicó Taylor.

La paciente contaba con los criterios para ser parte de un protocolo médico internacional, vigente desde 2010, que contempla la viabilidad de estos procedimientos de donantes añosos para receptores añosos. Ocurre que “si bien cada vez hay más donaciones de órganos y tejidos, la patología renal es muy frecuente en personas mayores de 60 años, y esta alternativa de trasplante doble ofrece una mejor calidad y más años de vida a las personas que, de otro modo, no accederían a un trasplante convencional”, explicó el especialista.

En ese sentido, detalló que en el país hay unas 30 mil personas en diálisis, de los cuales unos 6 mil habitan la provincia de Buenos Aires y un 20 por ciento se encuentra en lista de espera para recibir un trasplante.

EL PROCEDIMIENTO

El doble trasplante de riñón es una intervención más delicada que la convencional, de un solo órgano, dado que en general se realiza en pacientes mayores de 60 años, que requiere el doble de tiempo quirúrgico bajo anestesia y necesita, además, dos equipos de cirujanos.

Por otra parte, el órgano que es implantado en segundo término permanece mayor tiempo en isquemia, es decir, el lapso entre el enfriamiento del órgano después de que el suministro de sangre se ha interrumpido y el momento en que se restaura, con el consecuente riesgo para la viabilidad del órgano.

Lo valioso de esta técnica es que habilita al paciente a recibir su tratamiento sumando la capacidad de los dos órganos, dado que un implante único no llegaría a cubrir su función satisfactoriamente y hubieran sido descartados para un trasplante con los procedimientos habituales.

La población de mayor edad tiene un importante potencial de donación, debido a que presenta una alta incidencia de accidentes cerebrovasculares. Hasta hace unos años, estos potenciales donantes de edad avanzada eran rechazados. Desde principios de los años ‘90 algunos equipos comenzaron a aceptar riñones de donantes mayores de 50 y 60 años. Los resultados que obtuvieron fueron lo suficientemente satisfactorios para lograr que muchos otros equipos de trasplante ampliaran la edad para la donación renal.

Un poco más adelante algunos equipos de EE.UU. comenzaron a implantar en un solo receptor los dos riñones de donantes adultos. Además de unos excelentes resultados a corto plazo, han conseguido disminuir el número de riñones desechados e incrementar el número de receptores trasplantados.

En nuestro país esta técnica nunca se había llevado a cabo en una institución del sistema público y este caso se plantea como una primicia en el esfuerzo por ampliar las posibilidades de recibir tratamiento de trasplante a pacientes en lista de espera. Esta práctica va de la mano con un importante aumento en los coordinadores de trasplante, que son el personal especializado y formado por el CUCAIBA para la identificación oportuna de potenciales donantes de órganos.

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