Hortel admitió que los sensores del alambrado no funcionaban

Hortel admitió que los sensores del alambrado no funcionaban
El saliente jefe del Servicio Penitenciario Federal (SPF) Víctor Hortel admitió ayer que no funcionaban los sensores perimetrales de la cárcel de Ezeiza de la que escaparon 13 presos porque faltaba "mantenimiento" y "no se conseguían los repuestos", que debían ser importados de España. Además, volvió a acusar al "núcleo duro" de la "corporación penitenciaria" de haberlo boicoteado.

Por las fallas de los sensores, enumeró, se habían dispuesto más medios de seguridad, como puestos en tierra, además de las torres, patrullas con perros y rondines en vehículos. Pero Hortel reconoció que "nada de eso funcionó" durante la evasión, que se produjo en algún momento del fin de semana pasado.

Según publicó la agencia de noticias DyN, Hortel reiteró su impresión de que la fuga "fue por el túnel" cavado entre la celda y el exterior, y tomó distancia de otras hipótesis: "Yo tengo dudas de que se hayan ido caminando" por la puerta de la unidad, que da a la autopista Ezeiza-Cañuelas.

"Si se fueron por el boquete y el túnel o si se fueron caminando [por la puerta] son dos situaciones de suma gravedad y en cualquier caso exigen una respuesta", sostuvo Hortel, en declaraciones a radio La Red. No obstante, aclaró que él "no está a cargo de la investigación".

El ex jefe político de las cárceles federales reiteró su sospecha de que la fuga fue "un pase de facturas" contra su gestión por parte del "núcleo duro" de la "corporación penitenciaria". "Afectamos nichos de negocios y de privilegios que esta corporación no quiere perder", argumentó.

Entre las supuestas prerrogativas, enumeró "la comida, los servicios y la logística" de abastecimiento a las prisiones, que representan "mucha plata". Sostuvo: "Es muy difícil romper determinadas redes, y nosotros nos hemos metido con todo eso".

Hortel evaluó que su sucesor, Alejandro Marambio, "tiene una formación académica y profesional sólida" y que en el desarrollo de su gestión "va a mantener y profundizar las políticas" que él llevó adelante hasta su renuncia, el martes pasado.

El ex director del SPF se sumó así a la monolítica defensa de Marambio por parte del Gobierno, luego de que el nuevo jefe de las cárceles nacionales fuera criticado con dureza por su anterior paso en la gestión, del que se fue en medio de denuncias de organismos de derechos humanos por presuntos maltratos y anomalías en las prisiones federales.

En las últimas horas se reiteraron esos cuestionamientos. Uno de los más duros fue el del premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, que le pidió al Poder Ejecutivo Nacional que reconsidere la designación de Marambio. Esquivel lo considera uno de los máximos responsables de la muerte de 180 internos durante su anterior gestión, que se extendió entre 2007 y 2011.

No faltaron tampoco las defensas al nuevo director por parte del oficialismo. El ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Nación, Julio Alak, consideró que las críticas contra Marambio provienen de "miembros de la derecha conservadora, a los que no les interesa la reinserción social".

El penal de Ezeiza es de máxima seguridad, fue construido por la empresa española Dycasa durante el gobierno de la Alianza (1999-2001) y cuenta con cuatro perímetros de alambre tejido, concéntricos y de varios metros de altura, que ahora aparecieron cortados y con boquetes..

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