A un mes del horror

A un mes del horror
Decenas de relatos de sobrevivientes, albañiles y otros testigos incluidos en el procesamiento de los tres imputados dan cuenta de la magnitud de la tragedia. Una causa que avanza hacia el juicio.
Minutos antes de las 20, hoy se cumplirá un mes de la tragedia del supermercado Cooperativa Obrera. El derrumbe de una losa, que no estaba preparada para sostener los diez departamentos que se estaban construyendo en la planta superior, provocó la muerte de Fedra Yáñez, Ida Martínez, Tiago Yáñez, Juan Martín Yáñez, Carlos Arrigoni, Lorena Ockier y Evan Aguilar Quinteros. Otras 50 personas salvaron su vida por pequeñas casualidades: metros de diferencia, minutos o segundos demás o de menos que los ubicaron en lugares dentro o fuera del edificio, de igual o incluso mayor riesgo potencial. Sus relatos forman parte de una investigación que, por el momento, apunta a tres responsables y que en las próximas semanas podría derivar en un juicio oral que, de no mediar trabas en el proceso, se realizará al calor del verano.

El lunes pasado, el juez Mauricio Zabala dictó el procesamiento con prisión preventiva contra el propietario del edificio, Néstor Guerrero, y contra el arquitecto Alberto Luis Diez. Los consideró autores del delito de estrago con dolo eventual, la figura que había sugerido el equipo de fiscales una semana después del derrumbe. Al capataz de la obra, José Silva, le atribuyó el mismo delito, pero como partícipe necesario.

El texto del procesamiento sacó a la luz la crudeza de los relatos de los testigos. Personas que vieron de frente el horror, pero también que anticiparon lo que podía ocurrir. Es que si algo queda claro en las decenas de testimonios que se tomaron en el último mes, y en las pruebas recolectadas por el juzgado y la fiscalía, es que fueron demasiadas las señales ignoradas.

Más allá del peritaje preliminar que realizaron los bomberos de la Policía y que se completarán con el de los profesionales de la Universidad Nacional del Comahue, fueron muchos los testigos, entre albañiles y empleados de la Cooperativa, que alertaron sobre los problemas en la cuarta y quinta columna del techo del supermercado.

"Estoy preocupado"

El 25 de octubre, durante el almuerzo con los albañiles, el capataz Silva les dijo: “Muchachos, hay un problema. Una viga se reventó, se abrió, y eso me tiene muy preocupado”.

Lo reveló uno de los trabajadores a su cargo. Dijo que la solución era que "había que apuntalar" y que así se le informó "a los de la Cooperativa". Fueron los testimonios de los albañiles los que dejaron en claro al juez los roles de los tres imputados. También que sabían sobre los peligros que, incluso antes de que se construyeran los departamentos, representaba el edificio del supermercado. Es que las falencias, en realidad, comenzaron con la primera construcción y que todas las órdenes en la dirección de la obra de los departamentos apuntaron a reducir el peso de la estructura.

El juicio

En lo técnico, el juez consideró probado que la obra estaba a cargo, con diferentes funciones, de Guerrero, Diez y Silva, que trabajaban desde hacía tiempo juntos; que fue un empleado municipal que estudió ingeniería el que hizo los cálculos, de esa y de otras construcciones, por encargo del arquitecto; que los materiales fallaron porque fueron mal utilizados o, directamente, se optó por usarlos en menor cantidad o calidad que la declarada y necesaria; que el propietario y constructor tenía por costumbre o sistema de trabajo declarar las obras una vez iniciadas o realizadas y que los tres tienen responsabilidad sobre al menos alguno de estos hechos.

Los imputados tuvieron por estrategia esperar a ser procesados para declarar. Primero fue Guerrero, luego Silva y, finalmente, Diez. Su situación no cambió radicalmente, más allá de que la Cámara de Apelaciones aún debe resolver las excarcelaciones que se presentaron en los últimos días. Permanecerían detenidos hasta el juicio, lo que, de algún modo, acelerará el proceso, ya que no correrá la feria judicial. Fuentes de la investigación confirmaron que el único elemento que falta para la elevación es el informe técnico de la Universidad, que demandaría entre 30 y 40 días, un plazo que comenzó a correr hace más de una semana. Así, el juicio comenzará este verano.

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