Horas de tensión y negociaciones en la Corte por las tarifas

Horas de tensión y negociaciones en la Corte por las tarifas

Buscan acercar posiciones por el fallo que quieren firmar mañana por la mañana.

 

 

En la Corte Suprema hubo, estos días, una tensión que los propios integrantes dicen que no recuerdan en mucho tiempo. El fallo sobre las tarifas del gas generó fuertes rispideces internas en el Tribunal. Internas a las que los jueces aseguran no estar acostumbrados.

“El mecanismo habitual aquí es que un juez escribe un fallo y los otros le van agregando sus puntos de vista, marcando algún disenso si lo hay, pero todo en un estilo muy colaborativo”, dice una fuente del Tribunal. Pero en esta ocasión esa dinámica se rompió: cada uno de los cuatro magistrados escribió su propio fallo, por su cuenta. Y eso generó una gran dificultad a la hora de compatibilizarlos.

Tal como adelantó Clarín el martes, el disenso entre los magistrados era alto. Ese día por la mañana hubo una reunión de Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti buscando acercar posiciones. Por la tarde, volvieron a encontrarse con el mismo objetivo. En medio, los letrados que los asesoran seguían buscando puntos en común. Temas como en qué casos deben hacerse audiencias públicas, o qué significa “precio razonable” al hablar de tarifas, generaron idas y vueltas innumerables.

Hoy por la mañana hubo un nuevo encuentro de los cuatro miembros de la Corte. Por la tarde, los encuentros fueron de dos en dos. Y los asesores siguieron trabajando a destajo. Por la noche bromeaban acerca de que varios no iban a dormir puliendo el texto que querían tener listo a primera hora de mañana.

¿Qué fue lo que generó tanta tensión? Es que Lorenzetti, Maqueda y Highton tienen años de trabajar juntos, y es raro que haya fallos con disensos entre ellos. El ingreso de Rosatti a la Corte rompió ese formato. Algunos miembros se quejaban anoche que, además, el tema estuvo rodeado de “operaciones de prensa”. Otros, en cambio, minimizaban el asunto diciendo que “hablar de presiones en este nivel es casi una broma, esto es sólo la lógica del poder”.

En el Gobierno, en tanto, aseguran que miran el debate desde lejos. “Estamos en el mejor de los mundos, no sabemos nada de nada sobre cómo será el fallo”, ironizaba anoche un alto funcionario de la Casa Rosada. La verdad: cuesta mucho creerle.

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