48 horas después del escándalo, Cristina mantiene el silencio sobre el caso Aníbal

48 horas después del escándalo, Cristina mantiene el silencio sobre el caso Aníbal

La presidenta no publicó ni un tuit sobre la denuncia de narcotráfico. La zigzagueante relación con el jefe de Gabinete.

Cristina Kirchner no aparece. A 48 horas de explotada la denuncia por narcotráfico y autoría intelectual del Triple Crimen contra su jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, no se conocen palabras de la Presidenta en respaldo a su más importante funcionario.

No hubo tuits furiosos contra Clarín, cadenas nacionales imprevistas o extensas cartas en Facebook, mecanismos habituales cada vez que quiere descargar su furia.

 

 

 

No fue el caso esta vez, aunque Aníbal dijera ayer que la Presidenta le había expresado su solidaridad, sin aclarar cómo y cuando.

 

 

 

El resto de los apoyos tampoco fueron precisos. Eduardo Wado De Pedro tuiteó una supuesta carta del Partido Justicialista, pero no supo precisar quiénes y dónde se reunieron.

 

 

 

Julio de Vido fue más burdo y creó una cuenta de twitter para enviar un muy escueto tuit de "solidaridad" con su compañero de Gabinete.

 

 

 

Mientras que Daniel Scioli se tomó más de un día y medio para fijar posición: Esta tarde envió una tibia declaración de apoyo a Aníbal desde Santa Fe.

 

 

 

Zigzagueante

Como explicó LPO, no es la primera vez que Cristina muestra una relación zizagueante con Aníbal. Ni bien asumió su primer mandato, la entonces la ministra de Salud, Graciela Ocaña, incorporó a la efedrina como precursor químico y prohibió su importación.

 

 

 

Eran los días del triple crimen de los empresarios farmacéuticos vinculado al tráfico de efedrina que el domingo volvió a salpicar a Fernández.

 

 

 

Luego, la propia Presidenta reconoció años más tarde que Ocaña y Martín Lousteau se sumaron a su Gobierno por su decisión suya -ninguneando a Alberto Fernández, supuesto promotor de ambos- y lo consideró un error. Con el primer dato confirmó que la embestida contra la importación de efedrina fue suya.

 

 

 

No fue el único caso en el que buscó diferenciarse de su marido. Furiosa por el lavado de dinero, en 2010 echó a Rosa Falduto de la Unidad de Información Financiera (UIF) y puso a José Sbatella con la orden de ajustar los controles. "Yo lo mío lo tengo todo declarado, del resto no me hago cargo", se ufanó ante el flamante funcionario. El tiempo se encargaría de relativizar ese convicción.

 

 

 

Ese fue el año que peor la pasó Aníbal. En diciembre Cristina le quitó el manejo de las fuerzas y creó el Ministerio de Seguridad, con Nilda Garré a la cabeza.

Si Aníbal no resulta electo gobernador, Cristina lo habrá dejado sin fueron para enfrentar a la intemperie las acusaciones de narcotraficante y autor intelectual del Triple Crimen.

 

 

 

En 2011 Fernández tuvo una salida elegante: lideró la lista de senadores por la provincia, con un mandato de seis años por delante. Esa decisión le garantizó fueros hasta 2 años más tarde de la asunción del próximo presidente.

 

 

 

Pero sus fueros se cortaron en diciembre, cuando Cristina lo obligó a renunciar para asumir de jefe de Gabinete y acompañarla en la ardua faena que se abría tras el descabezamiento de la Secretaría de Inteligencia y su pelea con Jaime Stiusso.

 

 

 

Su cercanía a las fuerzas de seguridad y  un sector del mundo del espionaje vernáculo obligaron -se supone- a la Presidenta a repatriarlo. También la necesidad de un respaldo ante los medios, tras la zaga de papelones de Jorge Capitanich.

 

 

 

Pero al cierre de listas Aníbal quedó como candidato a gobernador frente Julián Domínguez, claramente preferido de los intendentes, quienes no toleran a Martín Sabbatella, quien los enfrenta hace más de una década.

 

 

 

Si logra suceder a Scioli tendrá una larga vida. De lo contrario se quedará si fueros y buscando apoyos para no seguir acusado de narcotraficante y autor intelectual de un triple homicidio de contornos mafiosos. 

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