Hollande impone por decreto una reforma económica

Hollande impone por decreto una reforma económica

Busca así que comiencen a aplicarse cambios que exige la Unión Europea

Cuando el presidente socialista Francois Hollande estaba en la oposición, consideraba al artículo 49-3 de la Constitución francesa una “negación de democracia, una violación de los derechos del Parlamento, una brutalidad”. Ayer, su primer ministro Manuel Valls se vio forzado a aplicar este revolver de la democracia, que permite que una ley pase sin ser votada por los legisladores de la Asamblea para hacer conseguir la “Ley Macron”. Un paquete de medidas, discutidas en más de 200 horas de debate y que incluye el trabajo dominical, para comenzar a aplicar las postergadas reformas francesas, que le exige la Comisión Europea en Bruselas, para destrabar su crecimiento.

Al mediodía, Valls advirtió que la “Ley Macron” –el primer proyecto ante el Parlamento del ministro de Economía y ex banquero Emmanuel Macron– no pasaba. Colorado de furia, el franco catalán Valls dobló la apuesta a sus 40 diputados socialistas rebeldes o “frondeurs”, que se negaban a apoyar esta reforma “liberal”. La ley será adoptada sin voto si el gobierno socialista consigue pasar la moción de censura gubernamental, que depositaron la oposición conservadora de la UMP y la UDI al conocerse la acción y que será votada el jueves por la tarde.

Un póker peligroso para Hollande y Valls. Deberán conquistar en la próximas horas, voto a voto, la voluntad de los “frondeurs” socialistas, el Frente de Izquierda, los Comunistas y los ecologistas para recuperar la mayoría y que su gobierno no caiga en la moción de la censura. Las acusaciones de “bonapartismo” llueven sobre el temperamental Valls.

Después de horas de debate sobre el proyecto de ley, el Poder Ejecutivo y algunos de sus diputados en la mayoría pusieron una máxima presión sobre los legisladores porque la adopción de la legislación estaba comprometida. Los legisladores socialistas rebeldes y el Frente de Izquierda advertían que no votarían esta “ley liberal, retrógrada”.

Valls se comunicó con Hollande. Los dos decidieron “comprometer la responsabilidad del gobierno” y se lanzaron sobre este póker difícil y, al mismo tiempo, audaz. A las cuatro y media de la tarde, dramáticamente, Valls anunció la aplicación del artículo 49,3 de la Constitución, que prevé el paso de la ley sin votos si antes el gobierno no es eyectado por una moción de censura.

La UMP se apresuró a presentarla con la UDI. Denunció el “pasaje bajo fuerza” del gobierno sobre la Ley Macron, que testimonia “una realidad: este gobierno no tiene más mayoría”.

“No tiene más mayoría porque ha desertado el campo de la política económica y social de Francia. Como lo hemos denunciado a lo largo del examen de este proyecto de ley, es una compilación de medidas heteróclitas que no liberan ni el trabajo, ni la inversión ni la actividad”, argumentaron los conservadores de la oposición.

Ante esta dramático paso y la explosión de la mayoría socialista en la Asamblea Nacional, el oficialismo comenzó a contar los votos. El Frente de Izquierda votará la moción de censura y los ecologistas no se sumarán a ella. ¿Y los “frondeurs” socialistas? Es la gran incógnita en estas horas.

En un Tuit, el ex presidente Nicolas Sarkozy –debilitado en sus filas de la UMP– denunció: “La verdad explotó en gran día: no hay más mayoría ni gobierno”. Pero, durante la tarde, algunos diputados de la UMP y la UDI estaban dispuestos a apoyar al gobierno con su voto. ¿Qué pasa ahora? Si el gobierno socialista atraviesa la moción de censura, la ley será considera como adoptada en primera lectura en la Asamblea, sin voto y pasará al Senado.

Comentá la nota