La historia del joven al que su papá entregó a la Policía

La historia del joven al que su papá entregó a la Policía

El crimen de la estudiante chilena. Tiene antecedentes violentos con su madre y una ex novia. Ahora investigan si luego del crimen de Nicole Sessarego Bórquez quiso abusar de una joven y lo balearon en una pierna.

Lucas Azcona (22), para quienes lo conocen, tiene una personalidad nerviosa, pero algo contenida. Es callado, de apariencia tímida, más bien sumiso. Según su padre, nunca se drogó, tomó alcohol ni fumó. Jamás había caído preso y no tenía antecedentes. Pero ahora está acusado de asesinar de 11 puñaladas a la estudiante chilena Nicole Sessarego Bórquez (21). Su hermana lo reconoció por TV en el video que difundió la Justicia para identificar al sospechoso que seguía a la joven a un final sangriento. Y fue su padre el que lo entregó a la Policía, a pesar de ese dolor que lo atravesaba.

Según revelaron a Clarín fuentes de la investigación, Lucasprotagonizó episodios de violencia con su madre y una ex novia algunos años mayor que él. Por otra parte, se cree que la herida de bala que tiene en una de sus piernas no fue durante un robo -como él adujo-. Una de las hipótesis que se barajan es que pudo haber sido baleado por familiares de una chica a la que habría intentado abusar exactamente un mes después del crimen de Nicole. Al padre de Lucas, Roberto, también le llegó esa versión.

El nuevo sospechoso del homicidio de Nicole, cometido el 15 de julio pasado en el barrio porteño de Almagro, atravesó un nacimiento complicado. Debió pasar un tiempo en incubadora y años medicado. Luego, sus padres se divorciaron. La madre volvió a formar pareja y se llevó a Lucas y a una de sus hermanas a vivir a Chaco. El ahora detenido pasó parte de su infancia en el campo, cazando animales, como cualquier chico a su edad.

El joven tiene un tatuaje en su brazo izquierdo que a los investigadores no se les pasó por alto: es el retrato de una mujer sentada en pose sensual pero con cuernos, como si fuera una representación femenina del Diablo. Lo llamativo es que la imagen tiene cierto parecido con los rasgos fisonómicos de Nicole, aunque el dibujo sería previo al homicidio.

En el primer contacto con la Policía, Lucas fue algo evasivo. Le preguntaron si había salido de caza, en referencia a la búsqueda de una víctima para matar. "Cuando yo era chico fantaseaba con cazar yacarés", les respondió él.

Cuando tenía diez años, la madre decidió que Lucas se volviera a Buenos Aires (vivía en Bernal, Quilmes, con sus abuelos) porque ya no podía con él, tenía muchos problemas de conducta.

Según relató su papá, al discutir con su hermana Camila (20) y haberle confesado que había asesinado a Nicole, lo que más le preocupaba era qué pasaría a partir de ahora con su tobillo herido, como si no tuviera real noción de lo que acababa de revelar.

Ayer se negó a declarar ante el juez de instrucción en lo Criminal N° 13, Luis Zelaya. La Justicia ordenó una extracción compulsiva de sangre porque él no dio su consentimiento. El cotejo de ADN con los rastros que pudieron levantarse en el lugar del hecho (Don Bosco al 4100, Almagro) cerraría el círculo alrededor de Azcona en caso de haber coincidencia. Es que el homicida se cortó al acuchillar a la víctima y dejó sangre suya en una pared del edificio y en un trapo que arrojó a la basura.

Lucas trabaja en una empresa de limpieza, en Caballito. Y los investigadores creen que pueden estar ante un joven con trastornos psicopáticos, lo cual no lo haría inimputable ya que tuvo comprensión de lo que hizo. El juez Luis Zelaya cree que atacó a la estudiante de Periodismo por azar, quizás con intenciones de abusarla sexualmente.

Azcona está imputado de "homicidio calificado", aunque la querella evalúa pedir el cambio de carátula. Uno de los abogados de la familia de Nicole, Julio Cisterna, dijo ayer que hay que esperar los estudios de ADN y que, teniendo en cuenta "los agravantes", menos que una condena a "perpetua no vamos a pedir".

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