La historia del ex funcionario Pro premiado por Kicillof, que le costó millones a los bonaerenses

Se trata de Héctor Escalada, actual subadministrador General de Vialidad. Como gerente técnico de ese organismo durante la gestión Vidal, aprobó un proceso licitatorio para la extensión de la ruta 6. Sin embargo, parte de esa idea fue desechada y la provincia debió pagarle millones a la constructora por un proyecto que no realizó.

El suceso tomó trascendencia mediática cuando los vecinos de Arana, una localidad rural de la capital provincial, se cruzaron con otro de similares características geográficas: Ignacio Correas. En una reunión que mantuvieron el año pasado en Vialidad provincial, expresaron sus diferencias en cuanto a la traza de la ruta 6. 

Si bien el proyecto original estipulaba que la obra pase por la calle 90, se modificó por la 630 de Arana y, sus vecinos, en desacuerdo por lo que representaba este cambio para los productores del cordón hortícola local, ofrecieron una propuesta para que el tramo en cuestión se materialice en Correas.  

En definitiva, lejos de llegar a un acuerdo, el rechazo de ambas localidades fue mayor y ningún diseño fue aplicado, sino que quedaron archivados. No obstante, el proyecto para conectar la autopista Balbín con la ruta provincial 6 requirió una proyección de estudios y proyectos en esta traza en disputa. Evaluaciones de carácter hidrológico e hidráulico, análisis de obras, presentación de planos y demás, fueron parte de estos, por lo que Centro Construcciones S.A. –la empresa ganadora de la licitación–, y la subcontratada consultora Cadia, percibieron una remuneración de un proyecto que jamás se efectivizó. 

 

Parte de estos 124.193.895 millones de pesos fue derrochado. Tirados a la basura, como quien dice. Esta negligencia estatal, que no contempló el trazado original, tiene nombre y apellido: Héctor Escalada. 

El por entonces gerente técnico de Vialidad se cegó por su ambición en la obra con “la conexión al Puerto La Plata y la integridad al aeropuerto de la ciudad”, según sus propias palabras, pero jamás tuvo en cuenta el impacto ambiental en Arana. Así, su desmanejo le costó millones a las arcas provinciales.

 

Ahora bien, a pesar de esta ineficiente decisión política, Escalada no sólo mantuvo su lugar en el gobierno de María Eugenia Vidal, sino que fue promovido a la Unidad Coordinadora de Programas. Por su parte, Axel Kicillof, lejos de desplazarlo con un funcionario de su riñón, lo designó subadministrador General de Vialidad de la provincia con un salario aún mayor. Como si eso no fuera poco, la actual gestión también promovió a todo el equipo de Escalada. 

Mientras tanto, militantes y dirigentes K deberán seguir esperando su oportunidad para ocupar cargos. 

Comentá la nota