La hipocresía subsidiada

La hipocresía subsidiada

Por Pablo Salgado

Durante años, todos los políticos opositores y los periodistas críticos de este proyecto, criticaron los subsidios aplicados por el gobierno. La queja principal radicaba en que se beneficiaba, en algunos casos, a sectores sociales que no lo necesitaban.

Ayer, luego de los anuncios, y cuando algunos pensábamos encontrarnos con alguna cuota de coherencia y sentido común, los mismos que pedían estos cambios, ahora los critican y hablan de "tarifazo".

Nada más alejado de la realidad. Los anuncios de Kicillof constituyen una de las medidas más claras y acertadas del gobierno.

La semana pasada, algunos días antes de estos cambios, Marcelo Longobardi dejaba la idea de solucionar el conflicto docente destinando el 10 o 20% del monto de los subsidios que otorgaba el gobierno, quitando esos beneficios especialmente a miles de hogares porteños que pagan tarifas muy bajas. "Se pueden conseguir veinte mil millones de pesos, y con mil quinientos millones solucionás el conflicto docente", expresaba Longobardi. Ahora, perdió la memoria de lo dicho el domingo para criticar la medida ayer.

Los medios se empeñan en convocar a los mismos gurúes impresentables de los últimos veinte años, que se equivocan siempre y que nunca lo reconocen, para analizar las medidas: "De algo estoy seguro, este tarifazo va a generar que circule menos plata en la calle", explicaba siempre tan didáctico Roberto Cachanovsky, un hombre que, si viviera en un país donde la mentira y la tergiverzación de la noticia, fueran penadas, recibiría cadena perpetua.

Pongamos las cosas en claro. No es un tarifazo, es un acto de extrema equidad y justicia. Van a pagar lo que tendrían que haber pagado siempre, sectores de la sociedad de niveles medios altos y altos. El tema se plantea mal, lo que deben mirar no es cuánto van a pagar ahora, sino todo lo que no pagaron durante años, y que el Estado, se hizo cargo y pagó parte de sus gastos, consumos, usos y abusos.

Es mentira que va a haber menos plata en circulación, es falso que va a disminuir el consumo. Ocurrirá todo lo contrario. Los anuncios tienen que ver con reasignación de recursos: Basta de pagarle parte de la luz, el gas y el agua a una familia en San Isidro, Belgrano o Los Troncos en Mar del Plata. Ahora ese dinero va al Progresar y a la asignación universal por hijo. Sectores que destinan todo el dinero que reciben para el consumo, sin poder ahorrar. Los otros, son los que compran los dólares a ocho para atesoramiento y luego los venden a once en el mercado ilegal. Son los que fugan, los que no confían ni en el país ni en el gobierno, son los que quieren el caos, los que evaden y esgrimen el argumento rancio de no querer pagar impuestos porque después los políticos corruptos roban. Un mal realizado no habilita a repetirlo, ni lava culpas.

Los que ahora se quejan, hablan de tarifazo, presentan mil cuentas y cifras para ver en cuanto los va a "afectar" tener que pagar lo que siempre tendrían que haber pagado, son los mismos hipócritas que vociferan contra el "gasto social", el clásico "clientelismo berreta" de este gobierno.

Son los mismos que critican a las "negritas" que cobran la asignación, los "vagos" de los programas sociales, los "pibes chorros" que ahora "ligan" el Progresar. Destilan su odio, su veneno tilingo hacia esos otros que hoy tienen voz, voto y presencia.

Este clásico hipócrita medio pelo argentino, quiere, como la Corte, la lista con nombre y apellido de todos los que reciben esta dádiva del gobierno, en orden alfabético y con DNI.

Son tan hipócritcas, que no ven, o no quieren ver, que en esa lista también deben estar ellos. Todos los que durante años recibieron religiosamente, todos los meses, los subsidios del gobierno en la luz, el gas y el agua. En Capital principalmente, y en cada provincia argentina.

Son volátiles, ignorantes, sin memoria, llenos de resentimiento, repletos de prejuicios. Son los abanderados de la hipocresía subsidiada. 

Los subsidios se los van a sacar de a poco. La hipocresía, parece no tener remedio.

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