Hillary Clinton hace historia: es la primera candidata a la Casa Blanca

Hillary Clinton hace historia: es la primera candidata a la Casa Blanca

Estados Unidos. Ayer fue nominada por el partido demócrata. Bill Clinton pidió el voto por su esposa en un emotivo discurso. 

Hubo emoción, lágrimas en las mejillas de muchos que habían esperado este momento histórico. Una delegada de 102 años que, con voz cascada, juró que ahora podía ir a “su casa en el cielo” con enorme satisfacción. El estadio vibraba: a las 18.56 en Filadelfia, Hillary Clinton rompía ayer el techo de cristal en Estados Unidos al ser nominada oficialmente, por aclamación, como la primera mujer candidata a la presidencia.

Esta medianoche (hora argentina), Bill Clinton elogió a su esposa ante los delegados y la audiencia nacional en un esperado discurso donde “el inoxidable” ex presidente había puesto enorme expectativa y minucioso trabajo personal.

En su mensaje, que cerró la segunda jornada de la Convención Demócrata, Clinton electrizó a todos con usando un tono muy personal en el que hilvanó su historia y la de Hillary para destacar sus virtudes y “humanizarla”. El ex líder de la Casa Blanca puso todo su talento al servicio de su mujer.

Contó la historia de cómo se conocieron, cuando ella, decidida, le dijo en la biblioteca de la universidad de Yale: “Si te vas quedar mirándome allí parado, y yo a vos, mejor me presento, soy Hillary Rodham”. Luego fue desgranando su historia juntos y así destacaba la virtudes de Hillary. Resaltó, por ejemplo, que a ella no le gustaba tanto hablar como hacer. “Es la mejor organizadora y generadora de cambio que conozco”, destacó. Resaltó su compasión y trabajo por los niños y por la educación. “Fue la mejor senadora en la historia de nueva York”.

Luego, repasó cada una de las facetas de Hillary como secretaria de Estado y remató con una comparación con Donald Trump, aunque sin nombrarlo. “De un lado tienen ustedes la opción real; del otro, la inventada”, y enseguida calificó al candidato republicano como “una caricatura, no lo olviden”. “Ustedes esta noche nominaron a la que va a cambiar las cosas”, concluyó.

Poco después, Hillary apareció en la pantalla de la Convención para agradecer la nominación, rodeada de jóvenes. “Gracias por esta nominación –dijo–. Pero sepan esto: yo puedo ser la primera mujer en ser presidenta. Pero una de ustedes puede ser la próxima. Gracias a todos”.

Esos mensajes pusieron el broche a una jornada histórica. Las delegaciones habían votado antes una a una y Hillary alcanzó la nominación con el resultado de Dakota del Norte. Pero al final, y en un movimiento trabajado cuidadosamente entre bambalinas durante todo el día por las campañas, el senador que fue derrotado por ella, Bernie Sanders, apareció entre su delegación de Vermont y pidió que todos votaran a Hillary por aclamación. Entonces la presidenta del partido preguntó a los delegados y se escuchó un fuerte “¡Aye!”, una antigua expresión que significa “sí”. Hubo aplausos y por los parlantes se escuchaba la canción “Happy”. Así se selló la victoria de Hillary. Con la inmediatez de estos tiempos, ella tuiteó inmediatamente solo una palabra: “Historia”.

El gesto de Sanders fue un nuevo intento de unidad en un partido dividido porque sus votantes estaban ilusionados con la “revolución” que habían emprendido y muchos no quieren a Hillary. También están heridos por las recientes revelaciones de Wikileaks de que la cúpula del partido había boicoteado la campaña de su candidato. Pero Sanders hizo todo lo que estuvo a su alcance para que sus seguidores acompañen a Hillary en la dura pelea que comienza ahora contra el magnate Donald Trump.

Según supo Clarín, el senador fue por la mañana “de sorpresa” a desayunar con la delegación de Florida y allí les dio las razones a sus seguidores de por qué había que votar a Hillary. El gran factor de unión es frenar a Trump. Les pidió que hagan campaña, que no se queden en sus casas y salgan a votar. Que habían logrado colar sus ideas progresistas en la plataforma demócrata. A diferencia de lo que había pasado el día anterior, cuando su propuesta de apoyo fue abucheada, esta vez los delegados asintieron. Fue un gesto de nobleza de Sanders a favor del partido que tanto lo había vapuleado.

Así, en el recinto no hubo esta vez silbidos ni expresiones públicas contra Hillary, pero representantes de algunos Estados donde había ganado el senador dejaron sus sillas vacías en señal de protesta. Otros se quedaron.

En un estadio todavía vibrante, Tony Cardenas, representante por California, dijo a Clarín que la nominación de Hillary “es una inspiración para cada mujer en los Estados Unidos y también para todo el planeta. El país más poderoso del mundo va a elegir a una mujer y eso quiere decir que habrá más mujeres en posiciones de liderazgo aquí en los Estados Unidos y en todo el mundo”.

Por el escenario desfilaron anoche una enorme diversidad de oradores: hubo latinos, negros, gays, un mundo variado en comparación del que se vio en la Convención de Trump. Un momento emotivo fue cuando hablaron las madres de víctimas de la violencia. Luego de los Clinton, la noche cerró con un mensaje de la actriz Meryl Streep en el escenario de Filadelfia.

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