Una herida que se reabre

Una herida que se reabre

Si bien el macrismo salió ayer a poner paños fríos, el portazo del titular del interbloque oficialista en el Senado adelantó la disputa entre el PRO y los radicales por la conducción. Humberto Schiavoni, de confianza de Macri y Peña, encabeza las preferencias.

 

El macrismo salió ayer a bajarle el tono al conflicto desatado por la intempestiva renuncia del jefe del interbloque Cambiemos en el Senado, el radicalAngel Rozas, que abandonó el cargo en rechazo al “destrato” que viene sufriendo él y su partido por parte de la Casa Rosada. “Fue un gran conductor de nuestro bloque. Una persona con mucha personalidad, muy comprometido. Se sintió incómodo y está en un momento personal que tampoco lo favorece demasiado”, salió ayer a decir el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, tratando de calmar las aguas. En el radicalismo, sin embargo, volvió a salir a flote el malestar por la relación con Mauricio Macri y se abrió el debate por la sucesión al frente del interbloque en la Cámara alta: Humberto Schiavoni, titular del PRO y hombre del riñón del jefe de Gabinete, Marcos Peña, se perfila como la opción más fuerte, lo que profundizaría la situación de enojo de la UCR.

La relación entre los senadores radicales y el Poder Ejecutivo estuvo atravesada por resquemores desde el primer momento. El macrismo decidió establecer una interlocución directa entre la Casa Rosada y el jefe de la bancada del PJ-FpV, Miguel Pichetto, pasando por encima de los referentes del oficialismo (tanto radicales como del PRO) en el Senado. Los encargados de esa relación fueron Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Hasta el propio Macri mantuvo una reunión con Pichetto a principios de año.

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En el entorno de Rozas reconocen que su decisión fue sorpresiva e “inconsulta” pero argumentan que no se podría haber realizado de otra manera y que son varios los episodios motivaron el portazo. Aseguran que no fue invitado ni avisado de la visita de Mauricio Macri a Chaco, además de que no se lo convocó a una reunión en la Casa Rosada. Si bien el ex gobernador de Chaco había tenido algunos problemas de salud, ese no fue el motivo. Eso se suma a diferencias en distintas iniciativas del Gobierno nacional que no fueron dialogadas previamente al interior de la alianza Cambiemos. Rozas participaba con su par de Diputados, Mario Negri, y con el titular del Comité Nacional, José Corral, de algunas reuniones de gabinete.

El conflicto se agudizará con la llegada de los nuevos senadores, tras la elección del 22 de diciembre. La UCR estima que pasará de 9 a 12 porque sumará un senador por La Rioja, el ex ministro de Defensa Julio Martínez; uno por Santa Cruz, el diputado Eduardo Costa y uno por Jujuy, Mario Fiad. Sin embargo, según los cálculos que hacen a partir de las PASO, el frente PRO podría pasar de tener 6 bancas a empatar en 12 a la UCR, si es que suma al puntano Claudio Poggi y al peronista sanjuanino, Roberto Basualdo, aliados del macrismo. En esa situación de paridad y sin figuras de peso nacional en la bancada de la UCR, el PRO podría aprovechar la decisión de Rozas para liderar el interbloque. En el pasado quedaron los tiempos en los que Gerardo Morales o Ernesto Sanz llevaban la batuta de la Cámara Alta. En ese contexto, asoma la figura del formoseño Luis Naidenoff, que ya fue jefe del bloque radical. La llegada de Schiavoni como senador por Misiones servirá como una línea directa del “peñismo”. 

En este contexto, el radicalismo también tiene un importante desafío por delante: la renovación de autoridades del Comité Nacional. Corral culmina su mandato y existen varios hombres anotados para sucederlo. Mario Negri, uno de los radicales que combina consenso interno y una buena llegada a la Casa Rosada, tiene un escollo en su pago chico. No cuenta con el respaldo de Córdoba. Puntualmente del intendente de la capital y mandamás del radicalismo provincial, Ramón Mestre. Por otro lado, ya ocupa la presidencia del interbloque en Diputados. Otros nombres en danza son el del formoseño Luis Naidenoff y el del ex ministro del Interior Federico Storani, uno de los impulsores de Cambiemos en 2015. Storani pasó de apoyar en su momento la conformación de la alianza a sumarse al grupo de voces más críticas sobre el rol del radicalismo. El futuro de Ernesto Sanz, asesor especial de Macri, sigue siendo un misterio.

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