Heit y Olivera habrían arrojado pertenencias de Molina a la basura

Así lo declararon dos empleados municipales de Arroyo Corto, quienes denunciaron que encontraron una tarjeta de crédito a nombre de la víctima, entre otros elementos.
Se trata de Sergio Gabriel Anecha y Luis Angel Ruppel, quienes relataron esta circunstancia ante el Tribunal Oral Criminal 1 de Bahía Blanca que juzga a Heit y a Olivera por reducción a la servidumbre, lesiones graves y estafa, además de abuso sexual por parte del segundo, contra Molina.

Anecha relató esta mañana ante los magistrados que el 12 de noviembre de 2012 cortaba el pasto cuando la pareja ahora acusada se le acercó a bordo de un auto.

"Estaba cortando pasto con una motoguadaña en Arroyo Corto y aparece un Corsa de color bordó que manejaba ésta señora (por Heit) y el hombre (por Olivera)", sostuvo.

"Me preguntan si podían arrojar una bolsa de residuos -añadió el testigo- y les dije que el camión de la municipalidad se había ido a la planta de reciclado".

Según Anecha, le dijo a la pareja que podía dejar la bolsa -a la que describió como de `consorcio`- arriba de un carro que había en el lugar, tras lo cual se retiró.

El empleado municipal agregó que más tarde le comentó lo que le había pasado a un compañero de trabajo, quien poco después abrió la bolsa, en la que había una caja con recortes de papel y una tarjeta de crédito.

"Me llamó la atención que había una tarjeta de crédito que vencía en el 2015", acotó.

Luego, el testigo recordó: "A la otra mañana seguí leyendo las cosas que había y al mediodía mi señora me comentó lo que había sucedido en (Coronel) Suárez. Al escuchar el nombre de Sonia Molina fui al corralón, busqué la tarjeta y vi que estaba a nombre de Sonia Molina, por lo que llamé a la Policía".

Además de los empleados municipales, declaró hoy un analista de sistemas, quien recordó que la pareja quería armar una página para difundir la religión que practicaba.

"Hicimos una entrevista para armar una pagina web. Ambos querían hacerla y era una página para promulgar la religión que ellos practicaban. Simplemente fue una primera charla, íbamos a pactar otra reunión como cualquier trabajo y el próximo paso iba a ser terminar el diseño de la página y el panel de autogestión", dijo el testigo Leonardo Jáuregui.

Y añadió: "El señor Olivera se presentó como pastor y el nombre de la página web iba a ser `Zoe el Ministerio`".

También recordó que Heit le habló de la existencia de una ONG: "El nombre, tengo entendido, era `Visión 21`", dijo.

En el marco de la audiencia también declaró un mecánico y vecino de Heit y Olivera, Carlos Laurentino, quien dijo que a la periodista la "conocía como todo el pueblo y por su trabajo", mientras que a Olivera "no lo conocía".

"Era un vecino más y uno no se pone a mirar lo que hace, cada cual en su mundo", afirmó el hombre ante una consulta del fiscal Eduardo Zaragiegui sobre si observabaa movimientos en la casa.

En un tramo de la declaración, la defensa le preguntó al testigo si tenía un guante autografiado por el boxeador Carlos "Maravilla Martínez" que le había dado la periodista.

"Le hice un trabajo (por el auto) a la señora y me dio un presente, que era un guante de boxeo de Maravilla Martínez", admitió.

Al respecto, uno de los defensores, Leonardo Gómez Talamoni, explicó a Télam que esa pregunta tuvo como objeto demostrar la existencia de la ONG que manejaba la pareja, ya que el boxeador colaboraba con ella y por eso dejaba guantes con su firma.

Heit (30) y Olivera (29) están detenidos desde el 12 de noviembre de 2012, cuando Molina denunció que acababa de escapar de la casa de ellos, donde había permanecido cautiva tres meses.

Según Molina, Heit y Olivera la privaron de su libertad y la sometieron a tormentos y abusos, al tiempo que la despojaron de todos sus bienes bajo un ardid motivado en cuestiones religiosas, ya que Olivera decía ser un pastor.

La víctima aseguró que no podía escaparse de la casa porque Olivera la custodiaba todo el día y porque la amenazaban con dañar a su hija de 10 años, que vivía en Río Colorado.

Durante su cautiverio, Molina dijo que llegó a pesar 45 kilos, que la alimentaban con comida para perros y excremento de perro, que sufrió quemaduras y lesiones con elementos punzantes y que Olivera abusó sexualmente "tantas veces" que no recuerda cual fue la primera.

Comentá la nota