El presidente de la empresa Grupo Servicios Junín, Pablo Torres, advirtió ayer en una entrevista con Democracia que detectaron casos de conexiones clandestinas de gas domiciliario en nuestra ciudad. “Es un peligro, porque muchas no tienen el regulador”, afirmó el funcionario. 

Es que, según explicó, la presión que viene de la cañería es de 1,5 kilos, mientras que la que ingresa, por ejemplo, a un calefactor o un calefón hogareño, es de 20 gramos, con lo cual, “se puede hacer una bolsa de gas y explotar”.

Hasta el momento la compañía descubrió cuatro viviendas con conexiones clandestinas, pero se calcula que pueden ser muchas más. “Cuando detectamos un caso enseguida le avisamos a la Policía y se hace la denuncia correspondiente y las actuaciones”, afirmó Torres. 

Según dijo, muchas familias que están conectadas de forma ilegal “pueden pagar la tarifa”. 

De hecho, el titular de la firma agregó que hay entre 150 y 200 medidores adulterados. “Le quitan el precinto y le cambian los valores, los retrasan o directamente los rompen, y si bien queremos que todos paguen, no es nuestra prioridad salir a detectar estos casos, sino las conexiones clandestinas, que pueden ocasionar una tragedia”, afirmó.