Hallan el cadáver de una mujer en un pozo ciego y detienen al marido

Hallan el cadáver de una mujer en un pozo ciego y detienen al marido
La víctima, de 38 años, tenía dos hijos y trabajaba como empleada doméstica. Su esposo es encargado de un edificio de Recoleta. El hombre había denunciado su desaparición el sábado. Se cree que la mujer fue estrangulada por celos.
El viernes, Susana Beatriz Leiva faltó a su trabajo en un departamento de Recoleta. Su empleadora, María del Carmen, se sorprendió porque ella siempre le avisaba si llegaba más tarde o si no podía ir. La mujer llamó al celular de su empleada doméstica pero el que contestó fue su marido, Alberto Ponce, de 40 años. Este le dijo que ella había salido de su casa como todos los días, pero que se había olvidado el teléfono. Nada se supo de Susana ese día. El sábado a la mañana, Ponce hizo la denuncia por averiguación de paradero en la comisaría de Temperley. La búsqueda se demoró más de 72 horas, pese a que la familia de Susana empezó a dudar de la versión de Ponce. Ayer a la mañana, el fiscal Héctor Toneguzzo recibió algunos testimonios que referían de una relación muy conflictiva y ordenó un allanamiento a la casa de la pareja. Fue el olfato de Rocky, un perro policial, el que dio el primer indicio: en el pozo ciego del baño de la vivienda, a un metro de profundidad, estaba el cuerpo de Susana.

Los peritos policiales tardaron un rato largo en romper la improvisada tapa de cemento con la que el asesino pretendió ocultar el cadáver. Cuando lograron sacarlo, comprobaron que estaba vestido con sweater, pantalón de jogging y medias. En una primera inspección ocular, los médicos forenses notaron signos de ahorcamiento. La autopsia determinará en las próximas horas si Susana fue estrangulada y si sufrió algún otro tipo de agresión.

Con el hallazgo, Ponce se convirtió en el primer y único sospechoso. Fue atrapado de casualidad a las 16 por agentes de la División Transporte de la Federal en Pavón y Salta, en el barrio de Constitución, luego de que fuera reconocido por transeúntes. Llevaba 4000 pesos en efectivo y algunos gramos de cocaína, por los que quedó demorado, ya que todavía no tenía un pedido formal de detención por el crimen.

El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, dijo al respecto que "este es un típico y claro ejemplo de cómo detenemos a un ciudadano, buscamos sus antecedentes y ni siquiera tiene una orden, un pedido o una solicitud de la justicia". "Estas son las cosas que permanentemente reclamamos a la justicia. Los tiempos de la justicia son los que a veces nos retardan todas estas cuestiones", consideró.

El hecho ocurrió en una casa ubicada en la calle Blanco Encalada 245 del barrio La Perla, en la localidad de Temperley. Allí vivía la víctima, junto al principal sospechoso, la hija de ambos, de un año y medio, y un nene de diez años, hijo de Leiva con otra pareja.

Ayer a la mañana, el dolor y la bronca invadieron a las hermanas de Leiva y otros familiares cuando se enteraron de que la mujer había sido asesinada. Ellas acusaron a Ponce y cuestionaron que la casa fuera allanada recién cuatro días después de que se hiciera la denuncia por la desaparición. Los familiares debieron ser contenidos por médicos del servicio público de emergencias y los policías apostados en la puerta de la casa.

"Estamos enojados porque se tardó en allanar la casa. No es la primera vez que encuentran un cadáver en un pozo ciego, no hay que ser Sherlock Holmes, es sentido común", expresó indignado a Tiempo Argentino un vecino del barrio.

"Él era remisero, pero ahora estaba trabajando como encargado, como Mangeri (el detenido por el crimen de Ángeles Rawson)", comentó Olga, que lo señaló como "un hombre tímido y bueno".

Durante el tiempo que Leiva estuvo desaparecida, sus familiares criticaron a Ponce por no salir a buscarla. La vecina explicó que "él decía que se quedaba en la casa porque pensaba que ella iba a volver".

Sobre el móvil del crimen, se especulaba ayer que Ponce habría matado a Leiva en un ataque de celos: "Él tenía celos del chico de ella, del más grande", contó Olga.

"Se ponía celoso por boludeces, pero no celos mal", contó Ludmila, sobrina del Ponce, quien vive en el mismo terreno. "No puedo creer lo que pasó. No escuché ni vi nada, la última vez que lo vi fue ayer, que le dejó la nena a la madre y le dijo que la cuidara."

Sin embargo, los familiares dijeron que no había antecedentes de violencia familiar.

"A nosotros nos hizo mierda, que Alberto haya hecho algo así. No era una persona violenta, sólo se enojaba cuando perdía River", dijo Carlos Ponce, tío del detenido, y agregó muy angustiado "queremos pensar que fue un accidente, pero todo apunta contra él".

El tío del acusado relató que hace unos dos años que su sobrino estaba con Leiva, a quien había conocido en Recoleta, donde ambos trabajaban. «

dos crímenes similares

 La Matanza: Beatriz Morales, de 45 años, estuvo desaparecida un mes. Sus restos fueron hallados el 13 de julio en el pozo ciego de su casa de Villa Luzuriaga, en La Matanza. La autopsia estableció que fue golpeada y estrangulada. Después del hallazgo, el hermano de la víctima se convirtió en el principal sospechoso y se fugó. El caso fue advertido por otro hermano que vio cabellos y una mano por una de las aberturas de la cámara séptica.

 Mendoza: A fines de diciembre, Efraín Peca, de 29 años, confesó haber asesinado a golpes a su esposa, Angélica Lama, también de 29. El hombre no soportó la culpa, se comunicó con una prima y le relató que discutió, y la golpeó hasta matarla. Luego, hizo un pozo en el fondo de su casa del Departamento de Guaymallén, en Mendoza, y enterró los restos envueltos en un nylon. La policía descubrió el cuerpo y Peca cayó detenido.

la preocupación impostada del sospechoso

"No tenemos ninguna noticia de mi señora. Ya lo anunciamos por todos los medios, por todos lados. La estoy esperando acá con el bebé. No sabemos qué más hacer." Así respondió a los medios el portero Alberto Ponce cuando Susana Leiva estaba desaparecida.

Horas antes de que el cuerpo fuera hallado en el pozo ciego de la vivienda, el hombre argumentó: "No sé si se fue por sus propios medios aunque si no aparece no sé qué más pensar. No está la SUBE ni tampoco su documento."

Además, el principal sospechoso explicó la supuesta conversación que mantuvo la mañana del viernes con su esposa: "Se despertó a las 7 de la mañana, apagó el celular y lo dejó al costado de la cama. Entre 7:30 y 8 me dijo "chau papi, me voy", y se fue. El día anterior le había dicho que no iba a ir a trabajar. Que me iba a quedar con los chicos porque tenía mucho dolor de cintura e iba a pedir al médico. Salió y se fue y desde ahí no tengo más noticias de ella." Y, preocupado por su bebé, dijo una frase que ahora cobra otro sentido: "Le falta la madre, después le voy a faltar yo. Con quién se va a quedar ese bebé."

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