Halcones y gaviotas

Halcones y gaviotas

El 10 de diciembre de 2015 Gustavo Pulti recibió un cachetazo, tal vez el más duro de su carrera política: después de dos mandatos, perdió la Intendencia por paliza contra Carlos Arroyo. A ese cachetazo se le sumó en los meses siguientes una causa judicial iniciada por José Reinaldo Cano y la nueva gestión municipal por presuntas irregularidades durante su gestión, que aún sigue su curso.

 

El exintendente se llamó a silencio. Mientras tanto, propios y extraños lo daban por muerto y anunciaban el fin de su carrera política. El viernes último, Pulti dio una muestra de que no está muerto y que, a pesar de los intentos de sacarlo de la cancha, sigue siendo el líder de Acción Marplatense.  

Trabajó durante semanas para que la cena aniversario se convirtiera en su plataforma de lanzamiento para 2017. Habló con dirigentes, periodistas, militantes para convencerlos de lo importante que era su presencia esa noche. Así, logró un club River repleto, con clima festivo. Su discurso tuvo una cuota de nostalgia, pero aplicada al futuro: intentará en este año que queda recuperar las bases del partido vecinal de cara a 2017.

¿Se lanzó como candidato? No y, por ahora, no lo hará. Pero en su fuero íntimo el exjefe comunal no rechaza esa posibilidad, no cree, ni por asomo, que sea un cadáver político, como muchos lo definieron a lo largo de estos meses. La respuesta a esa definición, al final, la darán los votos.

El exintendente afrontó una especie de rebelión a lo largo de estos meses. Desde la fundación de Acción Marplatense jamás se puso en duda el liderazgo de Pulti. Ni en las derrotas, que fueron muchas, ni en los triunfos que le permitieron al partido gobernar General Pueyrredon durante 8 años. Por primera vez, en estos meses comenzaron a alzarse voces en contra de su conducción, por forma y fondo.

Hubo varios dirigentes que decidieron alejarse del partido vecinal tras la última derrota. Los dos más emblemáticos fueron Ariel Ciano y Pablo Fernández, quienes comenzaron coqueteos y acercamientos con el Frente Renovador. Sin hacer públicas sus diferencias, tanto el exconcejal como el extitular del Emtur, dos hombres de mucha confianza con el jefe comunal en los últimos años, expresaron por lo bajo su disconformidad por el modo de conducción de Pulti.

Hubo otros, en tanto, que decidieron dar pelea dentro del partido. Los que más visibilizaron esa disidencia fueron los concejales Santiago Bonifatti yHéctor Rosso, los principales ausentes en la cena de Acción Marplatense el último viernes. Los dos ediles comenzaron a plantear la necesidad de renovar el aire del partido vecinal y sumar algunas voluntades.

La tensión entre ambos sectores comenzó a aumentar. No obstante, el exjefe comunal minimizaba la “rebelión” dentro del espacio y lo definía como “un partido con vida”.

Con la intención de generar un contrapeso hacia Pulti, Rosso y Bonifatti avanzaron en su propio armado. Así, fueron a buscar a Marcelo Artime, una figura histórica de Acción Marplatense, quien en los últimos años se distanció de Pulti y perdió peso en las decisiones del partido, aunque siguió en la gestión hasta el último día. Cuando pensaban que el espacio para discutirle realmente el liderazgo al exjefe comunal podía crecer, Pulti volvió a demostrar su peso dentro del partido que él fundó: se reunió con Artime y lo convenció de volver a trabajar junto a él.

Por eso, el viernes el exsecretario de Gobierno y presidente del Enosur fue uno de los oradores durante la cena aniversario y el elegido para hablar por los medios acerca de esa fecha. “Es increíble, con las cosas que ambos se dijeron que ahora se abracen y estén uno al lado de otro”, dijeron desde la otra vereda.

Pulti ya tiene la mira puesta en 2017. No afirma que será candidato, pero no lo descarta. Después de la última muestra de poder que dio dentro del partido lo que es seguro es que, como a lo largo de los 19 años, será quien tenga la lapicera.

 

 

Los videos que elaboraron para la cena aniversario tuvieron una particularidad: no mostraron a ninguno de los dirigentes que se fueron en los últimos meses o que plantearon diferencias dentro del partido. Desde el entorno del exjefe comunal miran con cierto recelo a los dos concejales: “Lo acusan de mezquino, pero Rosso fue cuatro veces concejal y Bonifatti fue concejal, secretario para la Descentralización, presidente del Emvial y dos veces presidente del partido”.

Las imágenes de ese día también tuvieron otra característica:no hubo referencias al anclaje nacional por el que optó AM en los últimos años.

La referenciación con Cristina Kirchner y el Frente para la Victoria fue una de las principales críticas que le hicieron al líder de AM. Y, seguramente sin haberles dado nunca la razón, Pulti comenzó a despegar su discurso del kirchnerismo. Jamás hablará en contra de los avances en materia social y de derechos humanos que se produjeron en la última década, pero tratará de volver a las bases del partido vecinal: un espacio conformado por independientes, progresistas, peronistas, socialistas y todos los que acepten avanzar bajo su ala.

De esta forma, intentará sumar nuevas voluntades para que el partido haga una buena elección en 2017. Además, le abre la puerta para entablar alianzas estratégicas con sectores provinciales y nacionales, una vez que se aclare más el cuadro político. Más allá de querer recuperar la identidad de Acción Marplatense, Pulti sabe que necesita instancias superiores en la boleta para ser más competitivo. Lo que hace al “deskirchnerizarse” es no cerrarle las puertas a ninguna opción que reivindique conquistas sociales de las que prácticamente nadie reniega. Es decir, abre muchas puertas.

Pulti ratificó en estos días su liderazgo sobre el partido que fundó. Aguantó los palazos en silencio y cuando tuvo la oportunidad sacó a relucir su chapa. Habrá que ver si la cintura que demostró le alcanza también para congraciarse con el electorado el año que viene.

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