Hacia dónde gira el mundo K

Hacia dónde gira el mundo K

Cómo se mueven, qué buscan y cuáles son las ilusiones de los dirigentes bonaerenses más cercanos al kirchnerismo duro. El rol del Instituto Patria y el posicionamiento en cada estamento de poder.

“La buena noticia es que el peronismo empezó a unirse frente al gobierno”, dijo la semana pasada Jorge Ferraresi. El intendente de Avellaneda, y vicepresidente del Instituto Patria, donde se recluye gran parte del ultrakirchnerismo, es uno de los más fervientes militantes en la provincia de Buenos Aires de una reconstrucción del Frente para la Victoria. 

La empresa parece difícil a la luz de las señales que da, precisamente, el Partido Justicialista, de enterrar el pasado reciente y comenzar una nueva etapa.

En esa lucha dialéctica, el kicrhnerismo pretende no peder más fuerza, se ilusiona con transitar pronto el chubasco judicial que empapa a Cristina Fernández, y pone constantemente énfasis en un supuesto fracaso del gobierno de Mauricio Macri para resurgir. Buena parte del peronismo ya los descarta y mira hacia otros horizontes. A todos, no obstante, los persigue la misma dificultad: la figura excluyente para las elecciones intermedias.

Una buena parte del PJ mira cada vez con más cariño a Sergio Massa. Otros aguardan que Florencio Randazzo se decida a jugar en serio y no espere ningún Espíritu Santo que lo erija candidato de la nada. Aparecen también intendentes del Conurbano con buena imagen que pueden ser. En todos los casos, el kirchnerismo estaría dispuesto a negociar. 

Sin dudas, la opción Massa es la menos seductora para ellos. También en el Frente Renovador hay quienes ya ponen barreras. “Peronistas, sí; ultrakirchneristas, no”, claman algunos que ven con preocupación que el “todos unidos triunfaremos” termine en un rejunte multifacético que le facilite al oficialismo la campaña. Sobre todo si surgen más valijas, cuentas y cajas de seguridad repletas de dólares.

Las huestes K atraviesan su peor momento, pero mantienen cierto optimismo en lo que vendrá. El kirchnerismo mantiene una importante representación en la Legislatura y el Congreso, y cuenta a los intendentes Mario Secco, Patricio Mussi, Pablo Zurro, Francisco Durañona, Hernán Y Zurieta, Juan Ignacio Ustarroz, Hernán Ralinqueo, Francisco Echarren y el propio Ferraresi. Algunos más dialoguistas que otros con el peronismo que amaga con tomar otros rumbos.

La dificultad para poner reparos a futuros consensos es saber que “divididos volvemos a perder”. Bajo esa premisa aparecen ciertos límites. Ferraresi dice que debe primar el contenido y no las formas. El contenido en base a la idea de país que se quiere llevar adelante, y en ese sentido asevera: “Si vos votás un endeudamiento de 16 mil millones de dólares mostrás qué tipo de país querés”. En cuanto a las formas se refiere a que no es importante el sello con el que se compita. 

Al mismo límite se refiere su par de Ensenada, Mario Secco. “Cuando vos hablás del pueblo argentino no tenías ninguna necesidad de hacer semejante salvajada; ayudaron a aprobar los fondos buitre, ayudaron a rifar ANSES”, sentencia, en alusión a los legisladores nacionales que acompañaron leyes del macrismo con las cuales los K mostraron irreconciliables diferencias. “Con esos tipos yo no tengo nada que ver. Cometimos muchos errores, pero de ahí a pasarte de la raya y pegarle tan bajo como le han pegado al pueblo...; con esos tipos sí que tenemos un límite. No tenemos nada que hacer”, insiste Secco. 

Mientras algunos en el peronismo tratan de marginarlos y dejarlos a la cola de las definiciones, los utra K se mantienen activos y esperan que pase el tiempo. 

Un tiempo en el cual el peronismo sigue huérfano de conducción. Por eso, el contraataque es “Cristina es la única mujer que se mueve y genera esas cuestiones que nadie las puede generar en la República Argentina. El fenómeno que es Cristina Fernández de Kirchner en lo popular está intacto”. No todos lo creen, pero ellos se muestran convencidos.

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