Hace tres meses vive con su familia bajo un árbol agobiado por las deudas

Hace tres meses vive con su familia bajo un árbol agobiado por las deudas
Se llama Rodrigo y prefiere conservar la identidad de su grupo familiar. Tenía una verdulería pero fue a quiebra, con lo cual abandonó la casa que alquilaba. Le prestaron un carro con el que hacía changas. Un día transitaba por Ruta 12 y se le rompió a pocos metros del árbol donde decidió instalarse. Vecinos lo ayudan.
Un hombre, su mujer y dos hijos adolescentes pasan sus días en una carpa bajo un árbol en un amplio predio que se encuentra sobre la Ruta Nacional Nª 12 cerca de la intersección con avenida Centenario. Se llama Rodrigo y prefiere preservar tanto su apellido como la identidad de su grupo familiar.

Explicó a El Litoral que “estoy acá por una circunstancia y me voy a quedar hasta que Dios lo decida”, expresa este hombre que se aferra a su fe y de paso relata que “vivía de las ganancias que me dejaba una verdulería que había montado sobre Ruta 5, pero a causa de la crisis y de unas deudas que había contrido con algunos usureros, debí dejar eso. Tampoco me daba para seguir pagando el alquiler en una casa que tenía en el barrio Cremonte”, relató.

Fue entonces, “hace tres meses aproximdamente que un amigo me prestó un carrito que se me rompió cuando pasaba por acá. Como no tenía donde ir decidí armar mi carpa y desde entonces estoy subsistiendo”, explicó.

Vive con su señora y dos hijos, un varón de 10 años y una nena de 13. “Me las ingenio con mi mujer para que sigan yendo al colegio”.

En cuanto a los ingresos admite que percibe la Asignación Universal y además “me las ingenio con changas y todo tipo de cosas, como ser la venta de tortas o pochoclo los fines de semana”, relata y añade que “tampoco puede meterme a laburar en algo que me demande estar lejos de acá porque estamos a la interperie y puede ser inseguro para mi familia”.

Al referirse a sus acreencias dijo que “tengo una deuda con usureros que asciende a los 13 mil pesos, y entonces cada vez que junto algo de plata entrego para achicar mi saldo”, destacó.

Sobre su futuro opinó que “no pienso quedarme toda la vida acá, si permanezco es por una circunstancia. No me queda otra, pero tampoco voy a salir a pedirle ayuda al Gobierno, sé como funciona esto, te dicen que sí, después no pasa nada”, planteó.

Además contó que “en varias ocasiones vino gente del asentamiento del Pirayuí a ofrecerme para ir a ocupar esos terrenos, les dije siempre que no, que me dejen acá junto a mi familia”, expresó.

“Tengo una enorme fe en Dios y tampoco pido que me regalen nada”, sostuvo.

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